Em 18.01.2009
¡La paz esté con ustedes!
Mis hijos amados, yo su Madre, la Reina del Rosario y de la Paz, vengo esta noche a decirles que Dios desea la oración en sus familias. Sean testigos del amor de Dios en sus hermanos. Recen, recen mucho para tener la fuerza de Dios para vencer las pruebas que aparecen en sus vidas sin jamás desanimarse y sin perder la fe. Yo, su Madre, estoy aquí, mis hijos, y quiero conducirlos por la mano para llevarlos al Corazón de mi Hijo Jesús, que arde de amor por ustedes. Amen a mi Divino Hijo y de él recibirán gracias sobre gracias que llenarán sus vidas con paz y amor.
Los invito todavía: conviértanse. Sean de Jesús para que sus familias y el mundo estén salvos de las tinieblas actuales que desean envolverlos. Sean de Jesús y su luz brillará fuertemente sobre ustedes disipando toda las tinieblas. Yo los amo. Agradezco su presencia. A todos los bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
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