El día primero de cada mes, Nuestro Señor le da a Anne un nuevo mensaje sobre Su llamada al servicio.
1 de julio de 2009
Jesús:
Mis queridos apóstoles, cuán agradecido estarán que Yo les haya dado esas oportunidades para servir. Van a mirar hacia atrás en su tiempo en la tierra y verán que las oportunidades que les di para servir a otros como apóstoles, fueron verdaderamente Mis más grandes actos de misericordia para ustedes. Ustedes ven que Mi servicio requiere sacrificio. Ustedes han visto a menudo que Mi servicio causa mucho sufrimiento y quizás piensen que podría ser más fácil vivir sus vidas sin tal llamada a servir. Es cierto que a menudo rechazando a Mi servicio en un día, ustedes pueden disminuir sufrimientos inmediatos. Yo reconozco esta verdad. Es evidente que todo servicio a Jesucristo viene con una llamada a mayor sacrificio. Mientras Yo reconozco esto, Pido también que ustedes, reconozcan esto también. Ustedes están dándome su día y Yo luego estoy sacándolos de las cosas que podrían darle un instante de gratificación y pidiéndoles que atrasen la gratificación por el bien de los demás. Que pueden aparecer en estos momentos de tu vida, que se están rindiendo a algo.
Lo que ustedes no ven es que mientras mas Me sirven y más se abandonan a ustedes mismos a Mi llamada, más será la gracia para recibir. Ustedes se están rindiendo a los placeres terrenales y recibiendo un torrente constante de placeres celestiales. Comparen ambos. Los placeres terrenales duran por momentos. Los placeres celestiales duran por toda la eternidad. Quizás no entiendan la diferencia. Solamente en el cielo ustedes tendrán completo entendimiento pero hay que señalar que los placeres celestiales vienen a través de ustedes, bendiciéndolos, y luego esparciéndolos, bendiciendo a todos los demás. Sus almas están abiertas para recibir las gracias celestiales, no sólo para ustedes sino para el mundo entero. Imagínense cómo se ve un alma bella en el cielo cuando el alma es receptora de la gracia celestial. Gracias por ayudar al cielo. Gracias por ayudar a quienes le rodean. Y gracias por ayudarme a Mí. A pesar de sus sufrimientos y a pesar de sus sacrificios, habrá un momento en que ustedes me darán las gracias a Mí por haberles permitido participar en esta, Mi renovación.
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