Queridos hijitos,
No rechacen más mis mensajes. Tomen un momento para meditar si realmente han aceptado y vivido todo lo que les he dicho.
En no otro tiempo como en el de hoy, están tan necesitados de escuchar la voz de su Madre para llamarlos de nuevo por el camino correcto. Es por eso que les digo: oren, hagan sacrificio y penitencia y regresen a los Sacramentos; entonces, la paz y el gozo que todo ser humano desea vendrá a reposar en sus corazones.
Los amo, los bendigo y que la paz del Señor permanezca en sus corazones.
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