Mensaje de Nuestra Santísima Madre a Carlos López

Marzo 3, 2010 Iglesia de San Bruno, San Bruno, CA

Queridos hijitos,

Vengo esta noche a llamarlos nuevamente a la conversión, a orar por una conversión sincera del corazón. Vengo a llamar a muchos que se están desviando de esta gracia del llamado, de mi petición, a una conversión de sus corazones.

Hijitos, muchos están ciegos en el mundo. Muchos que a mi me pertenecían ya no oran. Muchos que se consagraron a mi Inmaculado Corazón están desviados en el mundo y el mundo se los esta tragando en el camino de la distracción y el placer del pecado.

¿Donde están, hijitos, todos aquellos que venían a orar junto conmigo? ¿Dónde están mis hijos quienes deseaban mi compañía y mi ayuda? Muchas iglesias están solas. Muchos que pertenecían a mi grupo de oración ya no vienen a orar conmigo. Ellos se han olvidado de mí y muchos hasta me rechazan. Miren a su alrededor a los signos de este tiempo – desesperación, llanto; el dolor de muchos de mis hijos que han perdido todo. Las cosas que vienen y verán son grandes; llanto, angustia y tristeza viene pronto.

Oren, oren, oren. Solo la oración, solo el sacrificio y la penitencia los ayudara a calmar la cólera de Dios. Regresen a la oración, regresen a la iglesia de Dios y pidan de rodillas misericordia al Dios de amor, al Dios de misericordia y de paz.

Ahora es el tiempo, ahora es el momento de regresar a Dios. Hoy es el momento de pedir misericordia, con humildad y amor, al Dios de amor y de paz para que pueda tener misericordia de este mundo que poco a poco se aleja más y más de El.

Hijitos, ustedes les pido, les suplico – oren, hagan sacrificio y penitencia y la luz del Espíritu Santo brillara sobre ustedes.

Gracias por haber aceptado a mi mensaje de esta noche. Los bendigo junto a mis amados sacerdotes y diacono que me ayudaron esta noche.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.