San Pablo, Brasil
4 septiembre 2011
2:30 pm
Agustín hijo amado ora y pide perdón al Señor porque son muchos los pecados que cubren de oscuridad al pueblo brasilero, ora para que mis hijos se conviertan a Dios. Ora para que reine el pudor, la pureza y la castidad porque los pecados de la carne han llevado a muchísimas almas a las profundidades del infierno.
Los pecados de la carne han aumentado el vírus del SIDA, epidemia y plaga mortal del final de los tiempos.
Los pecados de la carne han hecho que muchas almas sean trofeos de satanás.
Los pecados de la carne han hecho que la copa del Señor rebose en su justa cólera por eso pronto sobrevendrá una plaga mucho peor que la del SIDA, plaga que causará estragos a una humanidad apartada y alejada de los caminos de Dios, plaga que hará tambalear de espanto a muchos que se hallan en pecado mortal, plaga que custionará a la ciencia llevándola a una investigación profunda porque no encontrarán la cura, no encontrarán los médios para contrarrestarla.
Reparad hijos mios y uníos al dolor y sufrimiento del corazón agonizante de mi hijo Jesús.
Os amo y os bendigo
San Pablo, Brasil
4 septiembre 2011
5:33 pm
Hijos carísimos: os pido orar por los que no oran, reparar por los que no reparan, adorar y alabar a Jesús presente en todos los sagrarios de la tierra porque muchos hombres no le acompañan, no le rinden la gloria merecida por ser el Dios uno y trino, por haberse quedado por todos los siglos en la humilde apariencia del pan consagrado.
Haced que vuestros hermanos se unan al apostolado de reparación porque Brasil debe volver al Señor.
Tengo muchos hijos pródigos ausentes de la casa de Dios, hijos que se han dejado sacar de la verdad, hijos que se han dejado impresionar por otros pensamientos, por otras ideas que aparentemente acercan a Dios cuando en realidad les separa, les divide de la Iglesia fundada por Jesucristo.
Hijos amados no os contamineis por filosofías extrañas: espiritismo, candomblé, macumba, vudú. No creais en la reencarnación, creed más bien en la resurrección. No creais en falsos dioses, creed más bien en el Dios verdadero, Dios que libera y salva. No invoqueis a los espiritus, invocad a los santos ángeles para que os ayuden durante vuestro peregrinaje en la tierra. No practiqueis ritos diabólicos, practicad la caridad para que se os borren multitud de vuestros pecados.
San Pablo, Brasil
4 septiembre 2011
7:10 pm
Hijos amados: vuestra Madre os llama angustiosamnete para que eleveis plegarias al cielo, para que oreis unos por otros para que volvais de regreso al Señor.
Vuestra Madre os pide reparación porque Jesús es ofendido, su santo nombre es ultrajado, sus leyes divinas son mal interpretadas, acomodadas a los pensamientos de hombres concupiscentes, de hombres que caminan en la holgura, en la laxitud; de hombres sin espíritu de piedad, de conversión; de hombres que son guiados por las inspiraciones del espíritu del mal.
Vuestra Madre os pide orar por Brasil porque muchos de mis hijos corren a una velocidad vertiginosa directo al abismo.
Muchos de mis hijos aparentan ser buenos cuando muy en el fondo de sus corazones llevan la ponzoña y el veneno demoníaco que mata a otros.
Muchos de mis hijos se ahogan en el pecado, han perdido la dirección en sus vidas.
Muchos de mis hijos cierran sus oídos a mi voz, endurecen sus corazones a mis palabras, les molesta cuando se les llama a un cambio, a uma conversión perfecta y transformante.
El hedonismo es el dios del momento.
Desventuradas estas almas que abusan de la misericórdia de Dios.
Desventuradas estas almas que juegan con la salvación.
Desventuradas estas almas que no atienden a mis mensajes.
Desventuradas estas almas que no quieren salir de los pozos de la perdición.
Desventuradas estas almas que caminan em vías contrarias al Señor.
Desventuradas estas almas que no creen en la existencia del cielo, del infierno y del purgatório.
Desventuradas estas almas que serán sorprendidas como virgenes necias en la segunda venida de mi Hijo Jesús.
No os hablo por hablar estais en un tiempo crucial, aún no os ha llegado la hora de pasar por el cedazo de la tribulación. La prueba aún no ha comenzado, estais a tiempo de arrepentiros, estais a tiempo de reparar y de hacer penitencia por vuestras faltas y ofensas a Jesús misericordioso.
Os bendigo y os arropo bajo mi manto celestial.
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