Santa Teresa de Ávila Responde:
En contra del miedo injustificado al demonio, presentamos un extracto de la vida de Santa Teresa de Avilá (Capítulo 25, 19-22). Es un pasaje fortalecedor, a menos que nosotros mismos voluntariamente abramos las puertas al demonio…
Si el Señor es tan poderoso como yo se y como yo veo, si los demonios no son mas que esclavos, y que mi fe no me permite dudar, ¿qué daño pueden hacerme si soy una sierva del Señor y Rey? Entonces porqué no puedo decir – sentirme suficientemente fuerte para enfrentar al infierno completo?
Si el Señor es tan poderoso como yo se y como yo veo, si los demonios no son mas que esclavos, y que mi fe no me permite dudar, ¿qué daño pueden hacerme si soy una sierva del Señor y Rey? Entonces porqué no puedo decir – sentirme suficientemente fuerte para enfrentar al infierno completo?
Agarré una cruz entre las manos y pareció que Dios me dio la Fortaleza necesaria. Pronto, fui transformada que no tuve mas miedo de caer en el piso y pelear con ellos, y les grité: “Vengan acá ahora, siendo una sierva del Señor quiero ver lo que pueden hacerme!”
Y pareció que ellos tenían el mismo miedo de mi porque se fueron y me dejaron tranquila. De ahí en adelante no me molestaron otra vez y no me preocupé de tener mas miedo a los demonios, al punto de que cuando ellos vienen, como explico adelante, no solo ya no les tengo miedo si no que realmente tengo la impresión que son ellos los que tienen miedo de mi.
El Maestro Soverano de todas las cosas me dio tal soveranía sobre ellos que hoy; ellos no pueden ponerme mas miedo que las moscas. Ellos son tan cobardes que cuando son descartados, pierden coraje.
Ellos sólo atacan frontalmente cuando ven aquellos que se rinden fácilmente, o cuando el Señor lo permite para que así con las batallas de persecusión, sus siervos ganen méritos.
Lo que le agrada a Su Majestad, es que nosotros tengamos miedo de aquello que debemos tenerle miedo, teniendo en mente que solo un pecado venial nos afecta mas que todo el infierno y esta es una verdadera realidad.
¿Saben cuando los demonios son manifestados y nos debe causar miedo? Cuando nos preocupamos por los honores, los placeres y las riquezas de este mundo.
Entonces nosotros, amando y buscando lo que debemos aborrecer, ponemos en sus manos las armas con las cuales deberiamos defendernos, y les damos el coraje para que ellos peleen en contra de nosotros mismos, para nuestra derrota. Me da mucha pena pensar en esto porque, simplemente agarrándonos firmemente en la cruz y rechazar todas las cosas por el amor de Dios, para que Satanás se escape de esas prácticas, más de lo que nos escapamos de las plagas.
Amigo de las mentiras y él en si mismo es una mentira, el Maligno nunca se lleva bien con aquellos que siguen el camino de la verdad. Pero, si él ve que el espíritu está borroso, hace lo que sea para cegarlo completamente y cuando se da cuenta de que la persona está tan ciega al punto de contentarse con las cosas del mundo las cuales son vanas y sin uso como lo son los juegos de niños, él está convencido de que está tratando con un niño, tratándolos como tal y divirtiéndose de atacar y volver a atacar.
Dios no quiera que yo sea así, pero, apoyada por la gracia, descansar cuando es occasion de descansar, honrar lo que se merece honrar, estoy muy feliz con la verdadera alegría y no de lo contrario.
Así puedo mostrarle todos los cuernos a los demonios, que huyen despavoridos. No entiendo el miedo de esos que gritan: “demonio!, demonio! “ellos deberían gritar: “Dios! Dios!” “Y así llenar el infierno de miedo.”
¿No sabemos que los demonios no pueden moverse sin el permiso de Dios? Entonces ¿porqué el miedo en vano? Para mi, la gente aterrorizada por el demonio me dan mas miedo que el demonio, porque éste no puede hacerme nada mientras que los otros especialmente tienen que ver con malos confesores quienes llenan el alma con inquietudes.
Por causa de ellos, yo pasé muchos años de tormento y aún sigo admirando todo lo que tuve que soportar. Bendito sea el Señor que me trajo Su ayuda valiosa.
Padre Gabriel Amorth
Famoso exorcista de la diócesis de Roma.
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