Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras
de Nuestra Señora
EL
TIEMPO DE PREPARACIÓN PARA LA PURIFICACIÓN DE LA HUMANIDAD
19 de Abril de 2012
En esta linda noche, el
Señor viene a alimentaros con Su Santa Palabra, para que tengáis vida
eternamente.
La Palabra de Dios
es alegría, es felicidad para todos aquellos que la escuchan, aquellos que aman
al Señor.
Es a través de la
Palabra que recibís las Enseñanzas de Dios en todos los tiempos. Por eso, Mi
Divino Hijo Jesucristo se hizo Palabra Viva y vino al mundo, para que el mundo
aprendiese a amar.
Todo aquel que abre
su corazón para escucharlo con amor y atención, se convierte, será salvo.
Dios os avisa todos
los días, sin Sus Avisos el hombre no se
preocupa en cuidar del alma, no tiene fuerza para enfrentar situaciones
difíciles en ningún momento.
Mis hijos, escuchad
la Palabra de Dios, vosotros estáis en
el tiempo de prepararos para presentaros delante Dios.
Si no escucháis los Avisos de Dios, estaréis siempre
en peligro de dejar sólo para la hora de la muerte la corrección de vuestros
errores.
“Muchos piensan en
dejar de pecar, para pensar en dejar de pecar solamente después de ya ser
viejos, ahora es el tiempo de aprovechar.”
El tiempo es ahora, no después, la conversión tiene
que ser ya, antes de vuestra muerte, porque en la muerte muchos están desesperados y no piden perdón a Dios
de todo lo que hicieron durante el tiempo de vida en la Tierra.
Despertad, es el tiempo de cuidar vuestro futuro,
vosotros estáis lejos de Dios, pronto vendrá la gran y terrible oscuridad para
toda la humanidad.
El hombre corre el gran riesgo
de ver llegar ese día sin haberse arrepentido de sus pecados. Es necesario
arrepentirse antes de que sea demasiado tarde, antes de que el Día del Juicio
Divino se manifieste. Es ahora el tiempo de cultivar la fe, porque Dios dio
al mundo este tiempo para escuchar. Para luego cambiar y vivir lo que
escuchó y sobrevivir.
Quien no escuche,
no sobrevive, se muere de miedo. Quien no escuche, no se corrige, es mejor convertirse para cultivar la fe, que no
tener nada que cosechar.
Mis hijos, creced
en el amor, en la fe, en la esperanza, así sabréis dónde buscar la ayuda
necesaria para crecer en el amor, en la espiritualidad, y vencer la tribulación
que se aproxima.
Preparaos, el tiempo es corto, recibiréis la Gracia de
Dios, si vuestros corazones estuvieren abiertos a Él. No debéis seguir
en el orgullo, es necesario que el hombre se humille y reconozca que necesita
de Dios, para ser fiel a Él.
Mis hijos, todo lo que podéis hacer ahora es recuperar
vuestro tiempo perdido y comenzar una batalla más fuerte contra el desánimo, debéis dar pasos
seguros, sin caer en las trampas que el enemigo está preparando para todos
vosotros en esta última etapa de vuestras vidas en la Tierra.
Nadie ve las trampas si no estuviereis asegurados en
las Manos de Dios. Estad atentos, no olvidéis que de ahora en adelante,
tendréis pocos lugares para pisar con confianza.
El enemigo os quiere destruir,
él prepara sin parar las emboscadas para vengar en vosotros su ruina.
Este tiempo que él pasa
haciendo trampas, él bien cuenta con aquellos que lo ayudan, son personas que
no tienen temor de Dios, y quieren poseer las riquezas a costa de la muerte de
los otros.
Personas que roban,
violentan a otras y a los niños, y personas que especialmente traicionan a los
demás, cometen adulterios y lo peor, hacen leyes autorizando la matanza de los
inocentes con los abortos y tantas otras cosas, como la pena de muerte.
¡Qué cosa terrible! Es
necesario que todos los cristianos se unan en oración para derrotar las fuerzas
del Infierno sobre los que gustan servir al demonio. Ella domina a los que
desprecian el Amor de Dios y les causan la infelicidad.
Mis hijos, convertíos, no os
dejéis esclavizar por el enemigo de Dios y vuestro también.
Convertíos,
convertíos, ya viene llegando la hora de los sufrimientos.
Queridos y amados hijos de Mi
Inmaculado Corazón, os bendigo en Nombre del Padre, del Hijo y del Divino
Espíritu Santo que os ilumina, conduciéndoos para siempre con Su Luz.
Soy la Sierva del Señor, María,
la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo, soy la Inmaculada Concepción de
María, soy la Mensajera de Dios y en el Mensaje de hoy, Él os agradece por el
momento de oración y os alerta:
“Mis hijos, Yo Soy vuestro
Dios y os alerto, un gran castigo que se aproxima; será para todos los que
Me desafían, ultrapasan los límites que di a ellos, son los Mandamientos. Cuando
di los Mandamientos al mundo, dejé bien claro que quien Me desobedeciese,
conocería la consecuencia de tal acto. Serán castigados, sobre ellos caerán castigos
más pesados, porque hacen leyes que Yo no permito.
Todo esto es para
desafiarme, ahora voy a dar la respuesta a los desafíos, voy a mostrar al
mundo, qué grande es Mi Poder. Todos sabrán que Soy Dios, Soy el que Soy.
Todo lo que existe está debajo de Mí. No adelanta al hombre querer huir del
tiempo que se aproxima, voy a limpiar la impureza de la humanidad. Quien no
estuviere Conmigo está contra Mí, y
estos no conocen Mi Poder, os alerto, voy a dejar que la oscuridad cubra la
Tierra por tres días.
Preparaos todos, Yo os amo con Amor Eterno.”
Queridos hijos,
unidos vamos reflexionar en las Palabras de Dios, nuestro Padre Eterno, El
Todopoderoso, que hoy una vez más os llama a escuchar los Avisos que Él os
envía, porque el tiempo que os queda es muy corto y vosotros no estáis
listos para pasar por las pruebas que Él os dará. Vosotros no sabéis qué tan
poco tiempo tenéis todavía, tenéis que esforzaros para vencer.
Escuchad y enderezaos, con la ayuda de Dios vosotros venceréis.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os alerta hoy sobre el Poder que Él
tiene sobre todas las cosas. Sed sumisos y humilles, reconoced que Él es el
Creador de todas las cosas, tiene Poder sobre ellas, Él os mantiene de pie y
vosotros no tenéis fuerza para vencerlo. No adelanta a nadie querer ser más que
Él, jamás alguien tendrá buenos resultados queriendo ser más fuerte que Dios.
Como Jesucristo es el más
grande de todos los maestros, Él os enseña que lo que viene del Cielo está por
encima de todos.
Mis hijos, humillaos, reconoced
que si quisiereis vencer cualquier batalla, sólo venceréis con la ayuda de
Dios.
Si el mundo está hoy en ruinas es porque despreció la
Voluntad de Dios, midió fuerzas con
Él, quiso ser más que Él y se arruinó. La desobediencia es la causa, están ahí
para todos, las consecuencias del apego al pecado. El castigo vendrá muy
pronto.
Ahora es tarde para el mundo, el próximo año el mundo
verá con sus propios ojos de la carne y del alma, el resultado de la
desobediencia.
Es esto lo que vengo a
alertaros hoy, para vuestra conversión.
Es necesario tener
más fe, más esperanza en la Misericordia de Dios.
Ahora os pido la Santa Misa, la
Santa Eucaristía con fidelidad a Dios.
Rezad, rezad, rezad por el
Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero, por los religiosos y
religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos
y paganos, ayudadlos con vuestras oraciones.
Rezad por la Santa Iglesia
fundada por Jesucristo, renunciad a vuestra voluntad, y reconoced que
necesitáis de la ayuda de Dios, no tenéis fuerza alguna si Dios no os la diere.
Ayudad al Santo Padre, Él ya está cansado y necesita la ayuda de todos los
cristianos para llevar adelante su misión. Quien ayuda, recibe
la Bendición de Dios para vosotros.
Yo os amo mucho y os cubro de
Mi Manto de Amor.
Brasil, Brasil, viene llegando
vuestra hora, rezad, rezad.
Todos los pueblos
estad atentos, entonces vendrán muchos peligros para todos los países.
Ahora os bendigo en Nombre del
Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el
Salvador del mundo,
María, la
Inmaculada Concepción.
Gracias por corresponder al
Llamado de Dios.
Aumentad vuestras
oraciones, la oración da alivio al que
tienen fe.
Ahora os ofrezco Mi
Inmaculado Corazón como Refugio en la hora del castigo que se aproxima por el
pecado.
Un gran castigo se aproxima, cuidad de vuestras almas.
Con todo el cariño
y amor de Madre os deseo la Paz y llevo hasta Dios vuestros pedidos.
La Paz de Nuestro
Señor Jesucristo esté con vosotros ahora y por siempre. Amén. La Paz.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! ¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!
¡Bendito sea Dios! Bendito sea Su Santo Nombre.”
Debéis reflexionar sobre el Santo Evangelio de hoy:
Jo. 3:31-36.
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