Mensaje del Arcángel San Gabriel
9 de septiembre de 2011
El Ángel del Señor, el Arcángel San Gabriel vino hablar conmigo mientras yo dormía, Dios le ordenó el a que nos revelara.
Yo dormí después de las oraciones de la madrugada y él vino, estaba tan hermoso como siempre con sus trajes de Luz brillante, yo lo observaba, pero no le decía nada porque estaba admirando su belleza. El, con el rostro sereno me dio una gran paz, seguridad y alegría, no me asusta estar allí junto a él, no por el conocimiento que tenía de sus visitas, sino por la certeza que viniera de Dios, porque sólo Dios puede dar tanta belleza a Su criatura, esta visita sólo me podría hacer mucho bien.
El me habló en mi corazón, no movía la boca al hablar, aunque él sonrió suavemente dándome a ver que sus dientes eran rectos y muy blancos.
En esta visión espiritual pude entender un poco más acerca del Cielo, aquel Ángel tenía un cuerpo como el nuestro, pero se trataba de un cuerpo que ha sido siempre santo, su luz resplandecía, él nunca se contaminó con nada, era un siervo de Dios. Si se hubiera contaminado no podría estar ahí con Dios.
Los Ángeles que se contaminaron por el mal, fueron arrojados en el infierno, Lucifer y sus compañeros, perdieron el derecho a permanecer en el cielo.
San Gabriel ha sido siempre fiel a Dios por eso Dios le dio una misión tan hermosa, la misión de llevar advertencias para nosotros desde el cielo y ayudarnos en muchas cosas.
En aquel momento que hablaba conmigo me aconsejó que fuese fiel a Dios, no para Traicionarlo, porque todo el mundo que idolatra la traición será lanzado en el fuego del infierno.
Más adelante me dijo:
Jesucristo vendrá un día y hora que nadie sabe, es una sorpresa, y quien lo traiciona a Él será sorprendió, el arrepentimiento no sirve de nada ese día, el tiempo de arrepentirse es ahora, debe ser en la mañana temprano, ya que podría ser que Él llegue en una tarde.
Así que cuando abráis los ojos al amanecer, pidáis perdón a Dios por todo lo que hicistéis mal, no dejéis para arrepentirse más tarde.
Me comprometí a hacer lo mejor de mi capacidad de ser siempre fiel a Dios, pero como ella (la capacidad), sólo Dios sabe lo que soy leal. Espero que tenga buena cantidad de fuerza para ser fiel a Dios hasta el momento de la muerte.
Pero insistí en pedirle al través de él, el Ángel, para que pidiese por mí a Dios que me enseñe a ser cada vez más fiel a Él, mi Señor y mi Dios. Lo que deseo es la gracia de llegar al cielo y merece ser acogida por Dios.
El ángel del Señor me dijo que después de transcribir lo que Dios le dijo que me revelara al mundo. Que me iba a ayudar, ya que siempre me ha ayudado.
También me recordó un suceso diciéndome:
¿Recuerdas que la Biblia se abrió sola en la colcha de tu cama?
Sí, lo recuerdo.
La abrí para ti.
Así que yo le agradecí. Gracias San Gabriel, me siento feliz por ayudarme, no me dejes nunca sin tu ayuda.
Yo no me asustaba, sino que siempre confió en que Dios envía ángeles para que nos ayude. Confío en que mi ángel de la guarda está siempre cerca de mí. El Ángel me dijo entonces:
Tu ángel de la guarda es tu protector, Yo soy el Ángel que anuncia las horas de las alegrías y las felicidades que están cerca del mundo.
Le di las gracias. Después de hablar conmigo todas estas cosas, me pidió cumplir con mi deber de aquella hora, había que prestar atención a lo que me dijo cuándo me despertara y transcribir en papel, para no olvidar de revelarle al mundo.
Luego vi que él tomó un pergamino enrollado como un tubo. Él lo tomó desde el interior de un bolso que tenía colgado en el hombro derecho en el pecho hasta la cintura. Era rectangular, no era grande, el mango debe medir unos tres dedos de ancho. Abrió el libro en el que estaba escrito:
Traigo sobre ti la Paz que el Señor me envió para traerte a ti y a todos los que escuchan con el corazón, alma y espíritu.
Yo soy el Ángel Gabriel, rico en obediencia a Dios. Vengo hoy, a avisar al mundo solamente esto:
Todo dando inicio al tiempo final de la conversión. |
Enderezáis vuestros pasos, no continuéis en la desobediencia a Dios. |
No permanezcáis con miedo, busquéis la fortaleza y paz para vuestros corazones en nuestro Dios. |
Lo que no es eterno pasará, pero lo que es eterno no pasa. Vendrá sobre el mundo, el Consolador, muy pronto, Él es Dios el Espíritu Santo. |
Preparaos para recibirlo, limpien su corazón. |
Yo soy el que sirve el Todopoderoso. Yo soy el Ángel Gabriel. |
Luego se despidió de mí diciéndome que no volverá en octubre, sólo en noviembre y en diciembre será el último mensaje para escribir. Me hablará solamente, pero que no tendré que escribir, sólo conocer. Dijo que debemos valorar los últimos avisos que estamos recibiendo avisos para acelerar la conversión.
Todavía recordaremos todo lo que Dios nos ha enseñado, pero sólo después de que el Espíritu Santo venga a abrir nuestra mente a la realidad.
Él se fue despacio, siempre delante de mí sin darme la espalda. Era maravillosa aquella visión llena de luz y le di las gracias por ayudarnos y pensé: cómo es de grande y paciente el Amor de Dios para nosotros. Él nos está dando mucho tiempo para enderezar nuestras vidas y no llevarnos hace Él con las manos vacías.
Vamos a hacer más caridad, no sabemos cuáles tendrán valor ante Dios. Tal vez haya algo de valor para Dios.
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