Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Mundo Nuevo – Palabras de Nuestra Señora
El tiempo de preparación para la purificación de la humanidad
18 de septiembre de 2011
Mis hijos, Mis pequeñitos, despertad, Dios os llama, la hora es grave y vosotros se estáis haciendo los sordos para no dejar de lado este mundo de pecado y prepararse para la hora de la gran tribulación que se aproxima. Vosotros estáis pasando de este mundo tierra y luego iréis a la eternidad, esforzaos por obtener la Felicidad Eterna. Quien no se esfuerza, quien no se convierte, no la tendrá.
El infierno es un lugar de tristeza e infelicidad, es para allá donde irán los que no se convierten.
La Santa Palabra de Dios os revela hoy que Dios le da una gran oportunidad a aquellos que trabajan en Su Viña, los que cuidan del alma, los que valorizan lo espiritual.
Lo que falta en el mundo de hoy es valorar la vida que Dios os dio, debéis trabajar en la construcción de un mundo con más fe, esperanza, un mundo de amor, de caridad.
Seáis siervos de Dios, constructores de paz, de alegría, de felicidad.
El mundo no tiene nada de esto, ni paz, ni alegría, ni felicidad verdadera, porque está faltando trabajadores en la Viña del Señor, los trabajadores que escuchan, cambian, se arrepienten de sus pecados y dan valor a la preciosa vida que han recibido de Dios.
Venid Mis hijos, vamos ayudar a restaurar y reconstruir lo que el mundo perdió, la obediencia a Dios.
Tenéis que hacer un gran esfuerzo para que haya hermandad, la unidad, la verdadera paz, sólo entonces conocerán la felicidad eterna.
Vosotros habéis sufrido mucho por culpa de vuestra desobediencia a Dios. La desobediencia atrae todo lo que perjudica vuestras vidas.
Es necesario que dejéis este mundo de desobediencia y vengan a conocer el mundo donde no hay impurezas, donde no hay abortos, ningún crimen, un mundo donde no hay muerte, no hay falta de honradez o la infidelidad a Dios.
Es necesario reconstruir un mundo donde unos respeten a otros y así, todos seréis verdaderamente felices, seréis una familia unida.
Sabéis, queridos hijos, que vosotros estáis viviendo el tiempo de merecer la Gracia de la Salvación, para esto debéis escuchar las advertencias del Cielo y prepararse, no hay más otro tiempo.
No se puede comprar el tiempo, es necesario agradecer a Dios por este tiempo de ahora, a pesar de que es duro, pesado, pero es un tiempo para que el hombre se arrepienta de sus pecados y pida perdón a Dios. No hay nada más necesario que el perdón de Dios. Pero es necesario pedir, es necesario sentir que vosotros estáis en deuda con El porque no valorasteis la vida que El os dio, estáis apegados al pecado.
Vosotros no sabéis cuán doloroso será el momento que se aproxima para toda la humanidad. Fueron los pecados del mundo que atrajeron el sufrimiento que se aproxima.
El mundo verá tragedia tras tragedia, catástrofes, las guerras, el hambre y lo peor, la sed del hombre. Grabéis lo que os revelo en sus corazones. Vosotros estáis a punto de pasar por grandes sufrimientos. Vosotros pasaréis por la mutación. Como Me gustaría cambiar las cosas que vienen para vosotros, pero no puedo porque vosotros no estáis valorando las Advertencias del Cielo para vosotros, vosotros estáis dejando para creer en el último minuto, pero no sabéis cuándo será y vosotros estáis acomodados en el pecado.
Sólo Dios puede ayudaros, sólo El sabe en que vosotros seréis sorprendidos, debéis confiar más en El y hacer un mayor esfuerzo para orar más, porque la oración os animará a libraros de caer en la desesperación.
La tierra va a temblar, y vosotros estaréis asustados, es necesario acostumbrarse a rezar para no flaquear en aquel día venidero.
Es necesario haber el equilibrio en vuestra mente, ella estará muy confundida por tanto sufrimiento en el mundo.
Es esto lo que os revelo hoy a vosotros para vuestra conversión.
Dios llamó, llamó a todos a trabajar en la reconstrucción de un mundo mejor y ha prometido una recompensa igual a los trabajadores, pero muchos están indecisos y no ayudaron. Algunos se ofrecieron y otros fueron elegidos para la misión de profetizar, y anunciar que Dios ha enviado avisos a todo el mundo a través de vuestra Mediadora que soy Yo, vuestra Madre Celestial. La recompensa a aquellos que han obedecido a la voluntad de Dios será grande, y sólo porque Dios es justo y retribuye con Gracias especiales a los que escuchan.
Lo que Dios quiere que todos hagan es que se arrepientan de vuestros pecados y no pequéis más, va a comenzar la hora más difícil para el hombre, debéis estar listos para Dios y pedirle el perdón de los pecados con arrepentimiento verdadero, es necesario reparar, valorar los Sacramentos, confesar y comulgar.
La Comunión que ahora estáis recibiendo, os alimentará cuando no tengan que comer para saciar su hambre.
La Santa Eucaristía es el Pan de Vida, es la comida espiritual, pero también da fuerza al cuerpo, porque llegará un tiempo de hambre y vosotros veréis lo bueno que fue recibir la Santa Eucaristía cuando era posible. Días vendrán en que no La recibiréis más dentro de la Santa Iglesia porque el enemigo os atacará y os impedirá continuar recibiéndola.
Por lo tanto, debéis dar gracias a Dios por las Advertencias del Cielo, porque ya es muy poco el tiempo en el que todavía la Santa Eucaristía se distribuya a los fieles.
Alegraos y venid más a la Santa Iglesia, allí se encuentra la mayor Riqueza que es Jesucristo, el Hijo Unigénito, el Verdadero Hijo de Dios, Verdadero Dios, Verdadero Hombre, que dejó para que vosotros se alimenten de esta riqueza, la Santa Eucaristía, para que podáis vivir Eternamente.
Todos los que se dieron a Dios en este tiempo de ahora, seréis bien recompensados, felices aquellos que decidieron por Dios y ayudaron en Su Viña para trabajar también para un mundo mejor, estos recibirán la misma recompensa, la recompensa prometida por el Dueño de la Viña, es la Salvación.
No tengáis miedo de ofrecer vuestras vidas a Dios, vosotros seréis bien recompensados, aunque sea en el último segundo de vuestras vidas. El paraíso es para todos los que decidan por Dios.
Orad, orad, orad por el Santo Padre Benedicto XVI, por todo el clero, los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Orad por los ateos y paganos, vosotros que sois cristianos ayuden a Mis hijos que están lejos de Dios a volver antes que sea tarde. Dios os recompensará, esta es una misión difícil, buscar a los que están lejos, pero la oración hace milagros, id en confianza a buscaros con la oración y lo conseguiréis.
Orad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, al final de la tarde, todos vosotros los que estáis orando por la mejora del mundo, compareceréis ante El para recibir vuestro salario y vosotros sentiréis una gran alegría comprender lo bueno que fue trabajar en la Viña del Señor.
Orad por los que están fuera de la Iglesia para que ellos vengan lo antes posible dentro de ella, será muy bueno para todos.
Estéis atentos en vuestra ayuda al Santo Padre Benedicto XVI, ¡Ay del mundo si alguien le hace algo malo a él!
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor, no dejéis para convertirse a última hora, hacedlo ahora mientras puedan.
Vosotros brasileños, orad, orad, orad y orad, su hora viene, preparaos.
Todas las naciones estéis listas también, muchos desastres caerán sobre toda la tierra. Quienes vivan verán, esperad, permanezcáis en estado de Gracia.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis reflexionar el Santo Evangelio de hoy: Mateo 20: 1-16.
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