Mensaje del Arcángel San Gabriel
11 de mayo de 2011 – Visión en Sueño
Eran las 4:30 de la mañana cuando me desperté y comencé a rezar. Recé hasta las 6:00 a.m. y de repente sentí mucho sueño, me fui y dormí profundamente, no sentía nada más, era como un desmayo.
De repente yo estaba parada en un lindo lugar cuando vino a mi encuentro un Ángel del Señor trayendo en las manos tres tubos de pergamino. Los tubos de esta vez eran marrones, no muy blancos, tal vez significaba que fueron escritos hace muchos años atrás.
¡El Ángel era muy lindo! El rostro de un hombre joven muy bonito, un poco rosado, los ojos de tanta luz que tenían apariencia de fuego, la nariz era perfecta, la boca un poco gruesa, más rosada, los cabellos dorados, del largo de los hombros y llenos de risos.
Vestía una túnica blanca brillante con un cinturón muy largo, ceñido a la cintura. La túnica no cubría las rodillas. Estaba con unas sandalias bellísimas con tiras que cruzaban las piernas hasta cerca de la rodilla. Las manos eran fuertes y los brazos también. Del hombro descendía una tira larga hasta el codo. En la parte posterior traía una capa de puntas en los hombros y ella era un poco más larga que la túnica.
El Arcángel no tenía apariencia de alegría, pero aun así tenía una leve sonrisa para mí. Yo no vi movimiento de la boca, sino apenas la sonrisa, que dio para ver los dientes como lo son los nuestros, pero muy perfectos y blancos.
¡Como era de lindo el Ángel del Señor!
Mi corazón escuchaba lo que él hablaba y él me dijo:
Yo soy el Ángel que le sirve al Señor, el Altísimo Dios que nos creó para Servirlo y a vos proteger de los peligros.
Aquí vengo por Orden de Él a alertaros en cuanto Él todavía está os dando tiempo para vuestra conversión.
Yo traigo del Cielo la Paz para todos los que me acogen.
Esta Paz que os traigo vos no la conocéis todavía porque estáis en tiempo de aprender a escuchar lo que Dios quiere de vos. Cuando dediquéis más tiempo a El comprenderéis.
Después él comenzó a recoger el pergamino y lo abrió. En él estaba escrito:
“Observáis los dos olivos. Ellos están bien cercas de ser recogidos por vos.”
Yo le pregunté: mi Ángel, ¿Quiénes son esos dos olivos? El me respondió:
Muy pronto vos los conoceréis, no ha llegado la hora todavía, pero cuando llegue, no será necesario que yo os diga. Todo sucedió como Dios determinó.
Después él me mostró el segundo pergamino, donde está escrito:
“Observad y revela.”
Yo entonces vi un cáliz de oro sobre el pergamino.
“Las Manos luminosas de Jesucristo derraman Su Preciosísima Sangre. Esta es la Sangre del Cordero de Dios inmolado en la Cruz por vos.
Doblad vuestras rodillas y pedid a El perdón de vuestros pecados en cuanto todavía estáis conscientes, esta es la Sangre que os Salva, quien no quiera ser lavado por esta Sangre será quemado.”
Continuación del mensaje del día 11 de mayo de 2011
Después el Ángel me dijo:
Escucha ahora todos los pueblos antes que termine el tiempo de preparación.
“El Espíritu Santo de Dios vendrá a ungir a cada hombre que desee vivir para siempre en el Señor, El vos ungirá con Oleo Santo tirado de los olivos que están sembrados en el Paraíso donde muy pronto habitaréis.”
Yo le dije, gracias Santo Ángel por cuidar de nosotros. Ayúdame a andar por el camino seguro, espero que yo consiga, con vuestra ayuda, conseguir ser ungida en aquel día en que el Divino Espíritu santo descenderá sobre nosotros. Delante de Él pido:
“Divino Espíritu Santo, danos esta Gracia santificante, somos Vuestros hijos y Vos sois nuestro Dios. Socórrenos en la hora de nuestro pasaje de este mundo para la Eternidad. Que nuestra Eternidad sea en el Cielo y no en el infierno. Perdónanos y danos la felicidad de vivir debajo de Vuestra Sombra.”
Santo Ángel, ayúdanos despertándonos del sueño profundo y enséñanos con vuestro ejemplo a servirle a Dios como vos, los Ángeles, Le sirven. Él me dijo:
No todos están atentos todavía a lo que Dios les habla, pero muy breve se recordarán cuando sucedan cosas más fuertes que las primeras que sucedieron. Habrá un desastre mundial y entonces todos los pueblos comenzarán a temer del Poder de Dios.
Este es el tiempo en el que el mundo entrará en un progreso más rápido, para llegar a la perfección.
Este desastre hará que todos paren, cambien de vida y no se alejen más de Dios.
El Ángel se despidió de mí diciendo:
Ahora tengo que regresar a mi refugio, el Señor me llama. Estéis en paz, tú estáis sobre la protección de Dios, no tengas miedo de nada. La Fuerza que te cubre viene del Altísimo Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Hijo, el Hijo Unigénito de Dios, Verdadero Dios y Verdadero Hombre.
Yo soy el Arcángel Gabriel y sirvo al Altísimo Nuestro Señor Jesucristo. Haced lo mismo que yo hago.
Yo me desperté y aquí revelo todo lo que vi en el sueño:
El lugar donde yo estaba el Señor me llevó en espíritu, parte del Paraíso. La belleza es sin igual en la tierra en que vivimos. Allá no sentimos opresión de cosa alguna, es un lugar donde reina la más perfecta libertad, la paz, la felicidad.
Al despertar sentí el peso de este mundo y vi cuánto mi alma ansía por aquella paz. Entonces me sentí renovada en fuerza para luchar por ella y los invito a todos a que luchen, no es una ilusión, es una realidad, nosotros estamos en este mundo para aprender a desear más la verdadera Paz, no podemos desistir pues, si aquí estamos sufriendo tanto, imaginen cuánto más difícil será si perdemos el Cielo.
Esto aquí a veces tiene momentos que nos hace pensar que es un infierno, cuando vemos con nuestros ojos los crímenes, accidentes, guerras, enfermedades, el hambre, la oscuridad en la que está el mundo dominado por las drogas, es el propio demonio.
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