Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
EL TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
16 de Marzo de 2013
Queridos hijos, con
mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Divino Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima
Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, Mis hijos
pequeñitos, qué gran alegría Yo siento de poder todavía estar aquí con
vosotros, para rezar juntos, agradeciendo a Dios por el Santo Padre, el Papa
Francisco, y por la permanencia del Santo Padre, el Papa Benedicto XVI,
presente con nosotros, en este momento tan importante para toda la humanidad.
Este momento final de preparación para que Mis hijos en el mundo entero, sepan
vencer las grandes pruebas que ya están llegando.
Dios quiso que
nosotros, Madre e hijos, tuviésemos una ayuda más, por eso Él no se llevó
todavía al Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, para el Cielo.
Dios nos dio otro
Papa. Estamos ahora más alegres, porque vamos a vencer la batalla que se
aproxima.
Están con Nosotros, Dios Padre, Dios Hijo y Dios el Espíritu Santo, para
enseñarnos a vencer las dificultades. Entonces, Yo y los Santos Ángeles, todos
Nosotros, estamos prontos a ayudaros, los Santos Padres, los Papas, y los
Sacerdotes también, todos Nosotros estamos prontos a ayudaros en esta hora, Mis
hijos, que se acerca al mundo.
Vosotros sois el
tesoro del Padre, Él no os deja sin protección.
Vamos entonces a
hacer juntos nuestra oración, agradeciendo a Dios por este Amor tan grande. En
este momento, invito a todos a hacer nuestra oración por todos los que
dirigen la Santa Iglesia, por todas las personas que trabajan dentro de
Ella, sabiendo principalmente que somos todos nosotros la Iglesia de Jesucristo.
Rezad un Ave María,
un Padre Nuestro, un Gloria.
Hijita, ya hablamos
sobre la Gracia que hemos recibido, vamos ahora a prepararnos para seguir
nuestra jornada.
Soy la Sierva del
Señor, y Él Me envió del Cielo hasta vosotros, para estar con vosotros todo
este tiempo de preparación y para vencer el gran sufrimiento que está llegando
para vuestra purificación.
Jesucristo vino al
mundo para enseñaros a crecer en la espiritualidad, en la santidad, porque el
Padre tiene un Plan muy bello para retornaros a la Gracia de la pureza.
En la Tierra muchos
dicen que, quien perdió la pureza no la tendrá más. Pero Dios está por encima
de todo, Él prometió purificar a Sus hijos, y darles el Paraíso que el mundo no
conoce porque se volvió pecador. Mas ahora venció el tiempo que Él dio al
hombre para reconocer que el pecado no tiene poder de quitaros el derecho de
recibir nuevamente la Felicidad perdida por culpa de vuestra desobediencia a
Dios.
Dios ahora viene a
buscar a todos los hijos que se han arrepentido y se volvieron a Él, y dará a
cada uno el derecho de entrar en el Paraíso donde vivirán eternamente la Paz.
El enemigo será
derrotado y nunca se acercará a vosotros.
Por eso, Mis hijos, los
Mensajes fueron dados al mundo entero para que todos se arrepintieran y pidan
perdón a Dios, que reconozcan que está llegando la tarde, es hora de buscar
abrigo seguro para pasar la noche y despertar en la Nueva Tierra. Dios
quiere dar a todos mucha fuerza y coraje, porque no será fácil este pasaje.
Vosotros sabéis que Jesucristo ya os salvó, mas falta que cada uno diga que
quiere ser salvado.
Con los sufrimientos
que vienen, vosotros recibiréis todos los Avisos, ahora es sólo perseverar en
la decisión por el Cielo y rezar más. Tenemos ahora muy poco tiempo, gran
cantidad de peligros, las trampas ya están puestas ante el mundo.
Mas la Luz de Dios no
se apaga, sólo cae quien quiere y para no querer caer es necesaria mucha fe.
Cultivad la fe antes que sea tarde, así no caeréis.
Quien no quiere la
Salvación, no tiene que cambiar nada, mas quien quiere ser salvo necesita amar
verdaderamente a Dios, a los hermanos y a sí mismo. Cuando el hombre no ama,
él solamente tiene desprecio por todo lo que viene de Dios, especialmente no Lo
obedece. Vamos a rezar más para que no haya más pecado en el mundo, para
que todos los hijos de Dios lleguen al Cielo.
Mis hijos, la Santa
Palabra de Dios os lleva hoy a reflexionar sobre el mal juicio, éste es un
pecado que todos cometen, porque se juzgan unos mejores que los otros.
Dios quiere que todos
se vuelvan humildes, ya no es la hora de las discusiones, ni de las
indiferencias, ni de los desprecios, ni del odio, rencores y agravios, cada uno
necesita entregar su vida a Dios, para la gran transformación que acontecerá.
Vosotros estáis ahora
reviviendo toda la preparación de Jesucristo en el desierto, para comenzar su
caminar en dirección a Su Martirio, el Sacrificio en la Cruz, y sabéis que
después iréis a revivir la hora de la Victoria de Él, Su Santa Pascua. Él os
enseñó a todos cómo vencer. El buen alumno tiene amor por su Maestro, sale de
la escuela formado y tiene fiesta para conmemorar.
Vuestra hora de
festejar también está cerca, vosotros todavía estáis aprendiendo cómo ser
fieles a Dios y vencer. Mas estáis olvidándoos de creer realmente en vuestra
resurrección que vendrá, estáis siempre hablando de los sufrimientos que os
revelo, mas no tenéis todavía la certeza de vuestra resurrección.
Antes de vuestra
muerte, deseo mucho ver vuestra alegría de saber que iréis a recibir la Santa
Cena en el Cielo, con el Padre, el Hijo y el Divino Espíritu Santo.
Alegraos, Mis hijos, sin
la alegría de la fe cultivada en vuestros corazones, no tendréis fuerzas para
subir vuestro calvario. Recordad que la mejor parte es vuestra conversión,
porque sin conversión, no tendréis fiesta después de la Resurrección, porque
quien no se convierte no tendrá la Alegría Eterna, no tendrá una Pascua para
conmemorar. Si os convertís tendréis la certeza que vuestra alegría será
grande.
Convertíos, vuestra
Pascua está llegando.
Es esto lo que vengo
a revelaros hoy para vuestra conversión.
Rezad, rezad, rezad
por los dos Papas: el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, ahora solamente en
oración por el mundo, y el Santo Padre, el Papa Francisco, el gran consuelo que
Dios os está dando. Rezad por los dos, tendrán mucho que sufrir. El Santo
Padre, el Papa Francisco, sufrirá mucho, pero va a soportar porque dio su sí a
Dios de muy buena voluntad.
Rezad por todo el
Clero, por los religiosos y religiosas, y por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y
paganos, haced vuestra parte, la caridad de rezar para buscar a las almas que
están distantes de Dios.
Rezad por la Santa
Iglesia fundada por Jesucristo, unión y oración.
El mundo está ahora
en peligro de una terrible guerra, solamente a través de la Santa Iglesia
recibiréis la ayuda de Dios. Todos unidos no debéis temer las enfermedades, el
hambre, la sed, ni incluso las guerras.
Un día, todo pasará,
solamente la Iglesia prevalecerá pie dando todos los fieles el consuelo.
Rezad para que todos vengan ahora de vuelta a Ella y así seréis bendecidos con
la fuerza, la Misericordia que Dios derrama sobre todos los que quieren la
Salvación.
Yo os amo mucho y os
cubro con Mi Manto de Amor.
Brasil, preparaos
para vencer las tempestades que ahora serán más fuertes.
Todas las naciones,
haced lo mismo, el tiempo ahora será diferente y vienen más sufrimientos que
antes, mas
todo esto anuncia la llegada del Reino de Amor que ya está muy cerca.
Ahora os bendigo en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de
Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis reflexionar
sobre el Santo Evangelio de hoy: Juan, 7: 40-53.
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