Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de
Gracia
El
Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
EL TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS
PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
31 de Marzo de 2013
– Domingo de la Santa Pascua del Señor
Queridos hijos, hoy, en el día del Señor, con mucho
amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino
Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar
la verdadera Paz para el mundo.
Feliz Pascua a
todos.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a
reflexionar sobre vuestra Salvación. Vosotros estáis reviviendo el día en que
Jesucristo resucitó, venció a la muerte y os liberó del pecado.
Aquél fue el
momento más importante para la humanidad, Jesucristo rescató para ella la
felicidad perdida.
Mas vosotros no olvidéis que Él os dio también la libertad de escoger
acerca de vuestro futuro, si vosotros queréis o no la Salvación. Esta elección
la hacéis creyendo o no en Dios, que Él es vuestro Salvador, que Él os
quiere librar de la muerte eterna.
Hoy vengo a vuestro encuentro, a invitaros a una
renovación en vuestros corazones. Meditad, Mis hijos, vosotros pasasteis la
Santa Cuaresma rezando, haciendo ayunos, penitencias y sacrificios y oraciones,
esto os ayudará mucho a mejorar vuestros corazones, espero que ellos estén abiertos,
que acepten las enseñanzas que Jesucristo os da. Él os dio ejemplo de
aceptación de la Voluntad de Dios Padre, y os enseñó dónde están los peligros
que os amenazan y cómo buscar la fuerza y el coraje en Él para vencer. Haced
como Él, entregaos en las Manos de Dios, así venceréis todas las batallas.
Jesucristo os enseñó a amar, a obedecer, os enseñó a
ser humildes como Él es, os enseñó a batallar por la paz dentro y fuera de
vuestros corazones. Es preciso que todos tengan la misma voluntad de luchar por
la Paz. El mundo hoy no la está buscando, está lejos de Dios. No quiere oír
que Él está hablando y con estas actitudes no quiere formar parte de la Santa
Iglesia de Jesucristo y, apartados como están, quedarán confundidos en medio de
tantas cosas.
Ved, Mis hijos,
todo el sufrimiento que Jesús pasó está hoy siendo criticado, porque gran parte
de la humanidad no ha aprendido a amar, no obedece las Leyes de Dios, no Lo
respeta, no tiene fe, no agradece a Él por haber asumido el pecado del mundo
para salvarlo.
Todo lo que pasó en el tiempo en que Jesucristo vino
al mundo quedó documentado, y hoy el ser humano desprecia la Escritura, la repudia y se dice sabio por no caer en esta trampa
hecha de mentiras, de invenciones, esta historia que nadie tiene pruebas
ciertas sobre ella para creer realmente.
Hasta los científicos siempre están queriendo ocultar
las Señales de Dios, hacen experimentos para probar que el Santo Sudario y la
túnica de Jesucristo son falsos, ellos no
piensan hacer la investigación para probar que son cosas verdaderas, sólo
piensan lo contrario. ¡Pobres hijos! ¡Qué tristeza abatirá sus corazones cuando
Dios dé testimonio de Su Existencia! Quien prueba las cosas de Dios solamente
es Él.
Nada es imposible para Dios. El hombre Lo desafía para
ver si Él muestra al mundo Su Existencia. El hombre piensa que así será más
fácil creer que Él Existe. ¡Pobres hijos! Quien actúa así corre el riesgo de ir
para el infierno, como muchos ya fueron, son los que persiguieron a Jesucristo
y no se arrepintieron de haberlo ofendido. Eran cobardes, querían ver milagros
para confirmar por sí mismos que Él era el Mismo Hijo de Dios. Ellos no tenían
coraje de decirse a sí mismos que Aquél a quien ellos perseguían era el Mesías
Prometido por Dios. Ellos todos tenían miedo de la Verdad.
Dios Padre no dejaba de mostrarles lo que estaban
haciendo y ellos no tenían cómo huir de lo que Dios les mostraba a ellos. Así,
Mis hijos, será también la situación para los que no se esfuerzan por creer. Dios va a mostrar a todos los incrédulos Su
Existencia y ellos tendrán el arrepentimiento tardío. Será el día en que el
Divino Espíritu Santo, descienda sobre el mundo, muy pronto Él vendrá.
Preparaos, los escogidos son los que se humillan y
asumen con fe, los que creyeron que Dios Existe.
Por eso, en el día de la Resurrección de Mi Divino
Hijo Jesucristo, estaban ahí solamente los que Lo amaban. Estos fueron los que
permanecieron a la espera del amanecer del día, para ir a la tumba, y así
esperaban verlo pronto y cuando Lo vieran, agradecer a Dios Padre por este gran
Milagro.
Y así, todos los
que Lo vieron permanecieron fieles a Él hasta el final de su tiempo en la
Tierra. Muchos fueron martirizados.
Todo aquel que prevalece, no tiene miedo, se prepara
para verlo en el último día.
Como vosotros oísteis hoy durante la Santa Misa, todo
el pasaje de aquel día, Mi Divino Hijo se levantó Triunfante de la muerte
con Su Poder, como el Padre le ordenó que hiciese, que Salvase al mundo,
venciendo la muerte. Él hizo la Voluntad del Padre y la de Él.
El Cordero de Dios fue inmolado en la Cruz por
vosotros y Resucitó al tercer día, trayendo así la Salvación a todos los que se
convierten. Él da la Salvación a todos los que se convierten.
Por tanto, hoy
vosotros estáis recibiendo los Avisos del Cielo, alegraos porque fuisteis
escogidos por Dios para vivir en el Cielo con Él, con vuestros hermanos y
con los que ya están espiritualmente y que un día volverán para recibir de
vuelta un cuerpo glorioso, también estos cuerpos aguardan el día de la
Resurrección que será pronto, muy pronto.
Este Aviso que os
traigo es del Padre, solamente Él sabe el día y la hora, mas Él Me está
enviando a deciros que ya está más cerca de lo que podéis imaginar.
Hoy estáis
conmemorando la Santa Pascua del Señor, Él Resucitó de entre los muertos, mas
vuestra Pascua todavía no ha acontecido. Ella acontecerá en el último día
cuando todos Resucitarán. Entonces, los que van al Cielo conmemorarán la Pascua
definitiva.
Convertíos, convertíos en cuanto hay tiempo.
Preparaos, vosotros estáis ya muy cerca del día de
vuestra Pascua.
Pasaréis primero por la purificación para estar listos
a la espera del retorno de Jesucristo.
Él es el Rey de todo el universo, viene muy pronto a
instaurar entre todos los pueblos Su Reino de Amor, de Paz y de Justicia
verdadera.
Vosotros ahora todavía tenéis que aprender un poco
más, porque no sabéis todavía el valor de la fe, de la esperanza y de la
caridad.
Para daros esta última preparación vendrá el Divino
Espíritu Santo. Él os dará más entendimiento, más sabiduría para esta hora
final. Él abrirá vuestro espíritu y vosotros no dudaréis más
de la Existencia de Dios. Sabréis volveros más humildes y desapegaros
definitivamente del pecado.
Es esto lo que vengo revelaros hoy para vuestra
conversión.
Mañana será el
primer día del tiempo dado al mundo para que vosotros venzáis los sufrimientos
que comenzarán en el mundo entero. Preparaos, tendréis mucho que sufrir.
Solamente Dios os puede ayudar, buscad fuerzas, buscad ayuda en Él lo más
rápido que podáis, todavía no estáis listos.
Rezad, rezad, rezad
por los Santos Padres los Papas, Benedicto XVI y Francisco, ellos todavía
tendrán mucho que sufrir para vencer las persecuciones. Rezad por todo el
Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, sed perseverantes
mientras estáis vivos en la Tierra, no dejéis atrás a vuestros hermanos.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, y
sed fieles a Él, permaneced firmes hasta el fin, preparándoos para el encuentro
con Él, frente a frente, en el día de vuestro Juicio.
Penitencia,
oración, sacrificios, ayunos, seguid haciendo todo esto; ayunad lunes,
miércoles y viernes siempre que podáis, vosotros necesitáis fuerzas, no podéis
perder el coraje de luchar contra los pecados.
Ayudad a los Santos
Padres, los Papas, aumentad vuestras oraciones, prestad atención a las Señales
que Dios os está dando, haced todo lo que Él os ordena, recordad que sois
criaturas, sed sumisos, así no quedaréis sin amparo. Vamos a ayudar a los que
necesitan ayuda para entrar en el Camino del Cielo.
Para el Infierno
existen muchos caminos, mas para el Cielo, sólo existe uno que es Jesucristo. Convertíos, convertíos.
La hora va a estar
más difícil, sólo Dios os puede ayudar.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasil, la hora es
de mucho recogimiento. Estoy con vosotros y en cada día traigo para todos
vosotros la Gracia que Dios os envía, gran sufrimiento viene para el mundo.
La epidemia está
avanzando en algunas partes del país.
Está faltando
oración, preparaos, no será fácil.
Nunca se vio en la
Tierra tantas lluvias como las veréis ahora caer sobre el mundo.
Todas las naciones,
preparaos, estad listas para el paso de un gran episodio en el mundo.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis reflexionar
sobre el Santo Evangelio de hoy: Jn. 20, 1-9.
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