Mensaje de Nuestra Señora – María Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra
Señora
El tiempo de la realización de las
profecías dadas al mundo
11 de noviembre de 2012
Queridos
hijos, hoy, el día del Señor, con mucho amor y cariño Vengo a bendeciros en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, juntos vamos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, Mis hijitos, escuchéis los consejos de Dios, no sabéis cuán difícil será para toda la humanidad el tiempo de las pruebas que comenzará en breve. Preparaos debéis crecer espiritualmente, debéis pedir a Dios por el perdón de vuestros pecados y pedir también la sabiduría, la fuerza y el coraje para vencer las dificultades que se extenderán por todo el mundo.
Humillaos delante de El, reconoced que sin la ayuda de Él, no venceréis.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva a pensar hoy en dar vuestra vida a Él, porque el que no se entrega a las Manos de Él, no conseguirá sobrevivir porque fuera de Él no hay vida.
Debéis desprenderos de todo lo que es cosa material para descubrir el Tesoro que existe ahí dentro de vos. Estos son los dones que el Espíritu Santo derrama sobre el hombre en el momento del Bautismo. Son derramados igualmente sobre todos los niños que reciben el Santo Bautismo. Sabiduría, Fortaleza, Ciencia, Entendimiento, Consejo, Piedad, el Temor de Dios.
Pero el hombre debe valorarlos y agradecer siempre a Dios por tener este tesoro en su interior.
Existe el peligro cerca de vos, que es el desprecio a lo que recibisteis de Dios y vuestra aceptación a lo que viene del mal. Vosotros estáis unidos al pecado y no os estáis dando cuenta de que vuestra vida está en peligro de perder el Cielo. Desapegaos Mis hijos, de todos lo que tenéis porque no podréis llevaros nada a la nueva vida que Dios ha preparado para vosotros cuando dejareis este mundo hacia atrás.
Todo lo que es material nace de la tierra y todo lo que es espiritual nace de Dios y prevalece para siempre por toda la eternidad. En verdad, todo viene de Dios, pero existen los bienes que son temporales y estos bienes no son más importantes que los bienes espirituales. Lo que hoy es material, vuestro cuerpo, él tendrá que pasar por gran trasformación para entrar en la eternidad, tendrá que ser glorificado, santificado por Dios.
Unidos a la Santísima Trinidad, juntos vamos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, Mis hijitos, escuchéis los consejos de Dios, no sabéis cuán difícil será para toda la humanidad el tiempo de las pruebas que comenzará en breve. Preparaos debéis crecer espiritualmente, debéis pedir a Dios por el perdón de vuestros pecados y pedir también la sabiduría, la fuerza y el coraje para vencer las dificultades que se extenderán por todo el mundo.
Humillaos delante de El, reconoced que sin la ayuda de Él, no venceréis.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva a pensar hoy en dar vuestra vida a Él, porque el que no se entrega a las Manos de Él, no conseguirá sobrevivir porque fuera de Él no hay vida.
Debéis desprenderos de todo lo que es cosa material para descubrir el Tesoro que existe ahí dentro de vos. Estos son los dones que el Espíritu Santo derrama sobre el hombre en el momento del Bautismo. Son derramados igualmente sobre todos los niños que reciben el Santo Bautismo. Sabiduría, Fortaleza, Ciencia, Entendimiento, Consejo, Piedad, el Temor de Dios.
Pero el hombre debe valorarlos y agradecer siempre a Dios por tener este tesoro en su interior.
Existe el peligro cerca de vos, que es el desprecio a lo que recibisteis de Dios y vuestra aceptación a lo que viene del mal. Vosotros estáis unidos al pecado y no os estáis dando cuenta de que vuestra vida está en peligro de perder el Cielo. Desapegaos Mis hijos, de todos lo que tenéis porque no podréis llevaros nada a la nueva vida que Dios ha preparado para vosotros cuando dejareis este mundo hacia atrás.
Todo lo que es material nace de la tierra y todo lo que es espiritual nace de Dios y prevalece para siempre por toda la eternidad. En verdad, todo viene de Dios, pero existen los bienes que son temporales y estos bienes no son más importantes que los bienes espirituales. Lo que hoy es material, vuestro cuerpo, él tendrá que pasar por gran trasformación para entrar en la eternidad, tendrá que ser glorificado, santificado por Dios.
Entonces, hoy Dios os habla sobre la donación, debéis dar todo lo que
pudiereis, haciendo así la caridad, es importante el hombre saber donar con
humildad, no debéis hacer nada para ser vistos por los ojos humanos, pero sí
por los ojos de Dios. No os engrandezcáis cuando hiciereis la caridad, sino que
haced esto por amor, por agradecimiento a Dios de la gracia de desapegaros de
lo que tenéis de más.
Vos ya fuisteis engañados por el mal, caísteis en tantas trampas, pero el
enemigo todavía hace más trampas con los Siete Pecados Capitales, sobre los que
estáis desatentos. Dios os alerta cada instante porque el peligro de esta
trampa es todavía muy grande.
Debéis renunciar a los Pecados Capitales, son terribles engaños que vos
estáis cometiendo todavía. Ellos son las trampas que el enemigo prepara a
vuestros corazones para viciaros y desistir en la Salvación.
El enemigo desea destruiros después
que vos hiciereis todo lo que él quiere, por esto debéis estar
atentos.
Rezad Mis hijos, pidiendo el perdón a Dios de haber pecado y procurad no
pecar más. Valorad vuestra vida, vivid en la pureza, en la santidad, no os
apartéis de El que es vuestro Creador, vuestro Protector, vuestro Salvador.
Dios está iluminándoos, guiando vuestros pasos en dirección al Cielo, no os
apartéis de El nuevamente.
El demonio usa la fuerza que tiene para poseeros, la fuerza de él es la
fuerza del mal, todo lo que hace es en contra de Dios.
Cuántos hijos hoy están al servicio de él, haciendo barbaridades terribles,
no tienen respeto por Dios, ni piensan en El, porque sólo quieren poseer cosas
materiales y para poseerlas le piden ayuda al enemigo de Dios, ofrecen el alma
a él a cambio de riquezas. Pobres hijos, no saben lo que están haciendo con sus
almas, ¡En breve verán con sus propios ojos!
El demonio quiere ganar la causa en contra de Dios, usa todo lo que todavía
posee para ser admirado y adorado por el hombre.
Pero, cuando el hombre deje la tierra, sentirá gran tristeza de no haber
valorado el tiempo que tuvo para aprender a amar a Dios y a los hermanos. Principalmente
por no haber practicado los Consejos de Dios sobre el valor de la práctica de
la caridad.
No es sólo dar limosnas, sino también practicar la caridad fraterna, no se
respeta a los hermanos, haciendo juicios errados sobre los hermanos. Quien sabe
juzgar es sólo Dios, porque El lo ve todo, nada le queda oculto. El hombre
comete infidelidades, traiciones contra Dios y los hermanos, todo esto es falta
de caridad. No tratar bien a las personas, humillar, calumniar, negar al
hermano.
Pobres hijos, cómo tendréis dolores en sus conciencias.
El tiempo ahora es muy, muy y muy
corto para la humanidad reparar todo lo que hizo, pero todavía le resta sólo
pedir el perdón a Dios y reparar lo que fuera posible todavía.
No hagáis la caridad con vanidad, sino por el bien de vuestras almas. Abandonéis
vos en las Manos de Dios cuanto antes. Así tendréis la Bendición de Dios y estaréis
debajo de la Protección de El. Procuréis y encontrareis el Tesoro que tenéis
dentro de vuestros corazones. Reconoced que somos todos Madre e hijos, la
familia de Dios.
Los que creen serán salvos. Convertíos cada día más.
Los que no creen tienen todavía hasta la hora de la muerte para decidir,
después se acabó, quien no se convierte irá al Infierno.
Hoy Mis hijos, quiero también recordaros que no debéis preocuparos con el
día y la hora en que Dios sorprenderá al mundo, sino que debéis preocuparos en
cuidar de vuestras almas. Estáis olvidando de cuidar de ellas principalmente. Si
ellas estuvieran bien, Dios las acogerá en aquel día y les dará a ellas toda la
felicidad. Cuidando del alma no tendréis que temer. Todo lo que hiciereis ahora
hacedlo en beneficio de vuestras almas, recordando siempre que ofender a Dios hiere al alma. Limpiéis
la suciedad que contamina vuestras almas, el pecado.
Dios vendrá de repente, sin ninguna espera, no se adelanta el estar
marcando el día, ni la hora. Aceptad las determinaciones de El.
El hombre necesita tener decisión cierta, quien se burla, quien critica,
quien desprecia los Avisos del Cielo, tendrá lo que merece. Delante de la
Voluntad de Dios todos se tienen que inclinar y aceptar o perderán todo.
Es esto lo que vengo a revelaros hoy para vuestra conversión.
Apretaos vuestros cinturones de seguridad, la tierra va a temblar en varios
lugares del mundo. El mundo entero quedará abatido con tantos sufrimientos que están
llegando.
Rezad, rezad, rezad por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, por todo el
Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, la hora es ahora más grave.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, entréis en
reconocimiento haciendo más oraciones pidiendo la paz mundial.
Ayudéis al Santo Padre el Papa a buscar a los dispersos. Sembrad la paz
para recoger más tarde el Pan de cada día o no soportareis el hambre que abatirá
a todas las naciones. Todo esto será por causa del odio que creció en el mundo.
Solamente quien siembra la Paz tendrá qué recoger. Todos de manos dadas en esta
hora en que el Santo Padre el Papa necesita mucho de la unión de los cristianos
para juntos vencer las persecuciones de este tiempo.
Pasarán todas las guerras. Después
vendrá la Paz.
Al Santo Padre el Papa Dios le dio una misión de acogeros en el Nombre de
El. Debéis confiar en él y permanecer unidos los Sacerdotes y los fieles.
Quien desea la Paz, lucha por Ella y la consigue, esta es una promesa de
Dios para todos Sus hijos.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Os pido a los brasileños que abran el corazón para Acogerme, que los
mantengan abiertos, pues es ahora que recogeréis el fruto de vuestra atención a
lo que os hablé.
Vienen ahí cosas tristes, pero vendrá
en breve también cosas buenas.
Todas las naciones estéis atentas, todo lo que Dios quiere de vosotros es
vuestra obediencia a El y vuestra aceptación a las Señales que El os dará muy
breve. Siguiendo las Enseñanzas de Jesucristo, podréis comparar que los Avisos de
este tiempo fueron anunciados por El y esta es la hora de concretizar la última
parte que es la realización de las profecías.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la
Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis meditar en el santo Evangelio de hoy: Mc. 12, 38 - 44.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario