Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras
de Nuestra Señora
EL
TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
03 de Marzo de 2013
Queridos hijos,
hoy, en el día del Señor, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo.
Unidos a la
Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, escuchad
con atención lo que Dios os está hablado, ya no hay mucho tiempo para que os
quedéis como estáis, vuestros corazones están totalmente cada día más
divididos, llenos de dudas.
No estáis abiertos a los Avisos de Dios, no estáis
preparados como os alerté, vuestra fe no está creciendo, pero las dudas sí,
esto no puede continuar, es necesario cultivar más la fe, pues lo que está
llegando al mundo está ya muy cerca y es algo tan terrible que si vosotros no
tuviereis fe en Dios, no conseguiréis ni soportar saber lo que es, y podéis
perder el equilibrio y caer al suelo desmayados.
Cuando los secretos sean revelados, entonces quedaréis
pensativos, os diréis a vosotros mismos: “Y ahora, ¿qué haremos?”
En verdad Yo os
digo: vosotros no tendréis más tiempo para hacer lo que no quisisteis hacer
hasta aquel día, porque el espacio es muy corto.
Vosotros
estáis perdiendo el tiempo ahora, y luego habréis de querer este mismo tiempo
de vuelta, pero será tarde, porque el tiempo no vuelve.
Él pasa y ya no hay
otra oportunidad para nadie.
¿Sabéis por qué,
Mis hijos? Vosotros estáis siempre queriendo competir con Dios en sabiduría. En
verdad Yo os digo, vosotros estáis diciéndole a Dios, que no necesitáis de
Avisos, porque sabéis cómo defenderos de cualquier cosa.
Pobres hijos,
vosotros no podéis volver el tiempo, hoy estáis vivos todavía, mas en cualquier
momento podéis morir. Dentro de poco podréis ya no estar en este mundo. Y
recordad también que no podéis mover un dedo sin la ayuda de Dios.
Vosotros no estáis
valorando la Gracia de Dios; de aquí en adelante, procurad mejorar porque ya no
será como antes, el tiempo está llegando, revelando día a día que todo cambia.
Por eso, estáis siendo avisados, para que os
preparéis y venzáis las pruebas. Pasaréis por ellas de aquí en adelante.
Vosotros
sufriréis mucho más, pero si tenéis fe en Dios venceréis.
Así, cuando todo
pase y lleguen los Juicios, el Particular y el Final, si vosotros merecéis la
Salvación, iréis a conmemorar vuestra Pascua definitiva con Dios en el Cielo.
Pero lo que tenéis
que hacer ahora es prepararos para vencer.
Vosotros subiréis a
vuestro Calvario muy pronto, necesitáis de fuerza y coraje, porque
vuestro viaje es difícil y vosotros no estáis todavía preparados para soportar
subir con vuestra cruz, vosotros no conocéis el peso de ella.
Si vosotros
permanecéis indiferentes a Dios, no tendréis ninguna posibilidad de vencer.
Vosotros estáis esperando que sucedan primero las profecías, para después
decidir sobre qué hacer para buscar la ayuda de Dios. La ayuda es ésta, los Avisos, convertíos, convertíos.
Mis hijos, es
grave, y muy grave; es la hora de hacer vuestra elección, si queréis el Cielo
enderezaos, vuestra vida está en gran peligro, ya no hay mucho tiempo.
Cuando veáis
el Cielo dando señales, estad preparados, porque nadie podrá decirle a Dios lo que Él debe hacer.
Él sabe qué hacer
para despertar a los hijos que están dormidos, en esta hora de peligro, el
tiempo ahora se hizo más corto.
Aumentad vuestros
esfuerzos para que no quedar perdidos en la hora que el Cielo os muestre que
terminó para el mundo el desacato por los Avisos que están descendiendo de allá
desde hace muchos y muchos años.
Habrá gritos y
gemidos por todas partes del mundo. Estad atentos, muchas trampas ya se han
preparado delante de vuestros pies, especialmente ahora, cuando estáis abriendo
más vuestros corazones a Dios. Sed perseverantes, no os desaniméis, tenéis
un trecho de pesado sufrimiento, pero recordad que ellos no son eternos;
después, cuando entréis en la eternidad, tendréis solamente alegrías, no
sufriréis más; pero esto acontecerá solamente para los convertidos hasta el
último momento.
Quien no se
convierta perderá toda la felicidad e irá al infierno. Nunca más tendrán ellos
tiempo de alegría. El sufrimiento allá es eterno sumergidos en el fuego sin
consumirse.
Creed en el
Santo Evangelio y volved a Dios, antes de que sea tarde.
Mis hijos, la Santa
Palabra de Dios hoy os lleva a reflexionar sobre las diferencias en las
situaciones de la vida de un pecador.
Jesucristo da a
conocer que los accidentes, las catástrofes, las tragedias, las enfermedades,
las guerras, el hambre, la sed, todo esto a lo que la humanidad está sujeta, no
son castigos para los pecadores, sino que son para acabar con el pecado del
mundo.
Él, siendo Dios,
revela Su Plan de Salvación.
Dios no quiere que ninguna de estas cosas que suceden,
interrumpan el viaje de un hijo Suyo. Él le dio al hombre un tiempo para que
viva, que podría ser largo si el hombre Le obedece a Él, mas la desobediencia
provoca todos los accidentes en el mundo.
Para Dios la muerte
acontecería solamente por medios naturales, en la vejez, pero el hombre
desobedeciendo a Dios cambió así su ciclo de vida, porque atrajo para sí la
interrupción.
Dios ha dado un
tiempo para que el hombre haga su decisión de vida, Él no obliga a nadie a
nada, mas quien se decide por la obediencia vive tranquilo y tiene la
aceptación a la Voluntad de Él.
Pero Dios sabe
corregir a Sus hijos, y sobre los peligros cada hombre quiere explicar lo que
es castigo, mas no lo sabe.
Cuando Dios
fuese a castigar el pecado del mundo, habrá sólo dos castigos, los tres días de
tinieblas y el Infierno, por lo tanto, lo que vosotros paséis ahora no es el
castigo, son sufrimientos para vuestra purificación, pero habrá mucha tristeza.
Entonces, lo
que lleva al hombre a ofender a Dios es su desobediencia a los Mandamientos, es
el pecado, y para quitar el pecado del mundo y darle a él un nuevo tiempo, un
tiempo de Paz, primero es necesario purificarlo y la purificación son los
sufrimientos, no el castigo. El castigo viene
después, porque es Justicia de Dios lavar a Su pueblo y separar quién va al
Cielo y quién va al Infierno.
Todo este
tiempo de ahora es de purificación, después los que no quisieron seguir con
Dios, verán lo que es el mundo sin
Dios.
Por eso, Mis hijos,
desciendo del Cielo para ayudaros a todos los que quieran la Salvación.
Cuando Él habló
acerca de la higuera, dejó bien claro que aquellos que no quieren amar, que no
sean fieles a Dios, entregándose a la práctica del mal y que causen daño a sus
vidas, merecen el Infierno. Entonces, lo que no Le agrada a Dios, causa la
muerte, y el pecado es muerte, es separación de la Felicidad, de la Luz y de la
Paz.
El mundo
está muerto por el pecado, necesita resucitar por la obediencia a Dios. El mundo necesita decir ‘no’ al pecado y ‘sí’ a la
pureza.
La vida es la
Gracia de Dios, quien valora la vida no entra en el juego del infierno. El
castigo que vendrá un día será por el pecado que existe todavía en todos los
hombres, así él llegará al final.
Todos deberían
vivir en la Paz que viene de Dios, desde aquí en la Tierra, siendo fieles a Él,
creciendo en la fe cada día más, durante todos los días de la vida.
Quien no
escucha los Consejos de Dios es infeliz, nada será bueno para él, es un árbol
que no da fruto, el tiempo de la cosecha está llegando, procurad crecer
espiritual-mente para tener qué cosechar.
El fruto es el
amor, la humildad, la aceptación a la Voluntad de Dios, la obediencia a los
Mandamientos, el atajo es la separación.
Por eso todos
necesitan despertar y aumentar la fe, la esperanza en la Salvación; sed
sumisos, Mis hijos, no os quedéis como muertos, levantad la cabeza y mirad
hacia el Cielo, amad a Dios. Quien no ama a Dios no tiene amor verdadero por
nada. No será una persona buena, humilde ni sencilla, se estará ensalzando por
donde pasa.
Dios llamó a todos
a aprender a crecer en el amor, en la fe, en la esperanza, en la aceptación de
una vida más sencilla.
En fin, todos
necesitan Luz para crecer, mas quien anda en la oscuridad no crece.
Vosotros podéis compararos con la vida de un bebé, él
no desafía a Dios, él no conoce nada de la maldad que el adulto conoce. El niño
ve claramente un camino limpio, lleno de Luz, no es como el hombre que se deja
engañar a propósito.
Quien no quiera percibir el tiempo de ahora, caerá en
la red y pasará hacia el otro lado, el del enemigo.
Quien cree en Dios,
renunciará al dominio satánico, porque ya se fortaleció, y no temerá, sabe que
Dios está de su lado.
Permaneced atentos, está empezando a cambiar el mundo,
será con gritos y gemidos, con lágrimas y mucho derramamiento de sangre, mas lo
peor estará públicamente ante los ojos de todos, el tiempo os lo demostrará.
Atended al Llamado que Dios os hace, convertíos, así
veréis con vuestros propios ojos que Él Se os presentará en Vivo.
Es esto lo que
vengo revelaros hoy para vuestra conversión.
Rezad, rezad, rezad
por el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero, por los
religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos
y paganos, luchad por ellos, para que todos ellos despierten y vuelvan sus
corazones hacia Dios.
Rezad por la Santa
Iglesia fundada por Jesucristo, permaneced firmes en vuestra decisión por Ella,
no seréis decepcionados porque Dios está por encima de todas las cosas. Las
mentiras caerán y prevalecerá solamente la Verdad. La Verdad es Dios,
Jesucristo es Dios, nadie puede sustituirlo, los que se atrevieren a ser
más que él, serán desenmascarados.
La Verdad es
invencible. Ayudad al Santo Padre el Papa y, con la ayuda de los Sacerdotes,
seguiréis firmes en vuestra decisión en dirección al
Cielo.
No tengáis miedo,
Jesucristo es el Mayor Sacerdote, Él es vuestro Pastor, y vosotros no os
quedaréis sin rumbo.
Dios os mostrará
dónde están Sus discípulos.
Yo os amo mucho y
os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileños,
vosotros que Me disteis el Título de Señora Aparecida, tenéis de Mí la
gratitud. Soy vuestra Medianera, traigo del Cielo para vosotros la protección. Pensad en Mí cuando estéis en dificultades, encended
una vela, y mientras estáis rezando el Ave María derramo sobre vosotros la
Gracia de Dios que Él Me da para traeros consuelo, fuerza, en este tiempo de
gran sufrimiento para vosotros y para toda la humanidad.
Rezad para que
vuestra visión sea curada y así podáis ver que es hora de volver vuestros
corazones a Dios.
A todas las
naciones pido la misma atención, el peligro es para todos, es necesario que
todos estén atentos al Cielo.
Ahora os bendigo en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de
Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis reflexionar el Santo Evangelio de hoy: Lucas 13:
1-9.
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