Mensaje de Nuestra Señora – María Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra
Señora
El Ultimo Tiempo de Preparacion para la
Purificacion de la Humanidad
9 de febrero de 2014 – Presentación
del Niño Jesús en el Templo
Queridos hijos,
hoy, en el día del Señor, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo.
Unidos a la
Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijitos,
Jesucristo dice a todos los pueblos, no sólo a aquellos que presenciaron Su
Venida al mundo: “Así también brille
vuestra luz delante de los hombres, para que vean las buenas obras y alaben a
vuestro Padre que está en los Cielos.” (Mt. 5: 16)
Mis hijitos,
vos que estáis Escuchándome, sois capaces de muchas cosas, porque sabéis que
Dios existe y de El vos vinisteis. Si vos vinisteis de la Luz, porque Dios es
Luz, vos sois también Luz. Pero, la diferencia que vuestra Luz se apaga cuando
pecáis, y como estáis siempre pencando, no estáis dando preferencia a Dios,
estáis prefiriendo la oscuridad. Todo
pecado es oscuridad.
Si vuestra
preferencia fuera por la Luz, con ella viviréis días mejores.
Sabéis queridos
hijitos, que Mi descendida al mundo es para ayudaros a fijar vuestros pasos en
el camino de la Felicidad Eterna, por esto estoy con vosotros hace tantos años
ayudándoos en la preparación para recibir la Venida del Divino Espíritu Santo
que vendrá muy pronto para fortaleceros más en vuestra fe, más luz y vos no pisareis
más en peligros.
Yo soy la
Jardinera del Jardín de Dios en la tierra, aquí El plantó flores que contienen
vida, Yo estoy cuidando de ellas. Estas flores contienen alma, sentimiento,
amor, no pueden secarse, necesitan del Divino Espíritu Santo y El mismo Me
llenó de El para cuidar de vos. Así,
aquí estoy para cuidar de vos.
Espero que
vuestro sentimiento esté abierto al amor, a la Luz de Dios, El Me envió a
ayudaros en esta hora.
Vos escuchasteis que Jesucristo os
dice a todos vos, todos los pueblos, todas las naciones que creáis en El. “Vos
sois sal de la tierra, pero, si la sal se torna insípida, ¿con qué la
salaremos?” (Mt. 5: 13)
Mis hijitos, si vos perdiereis
vuestro valor, nada seréis, simplemente no tendréis más saber, no tendréis función ninguna, así vuestra vida es
una vida de oscuridad.
Pero, si
tuvierais el sabor, tendréis función, tendréis apenas todavía que aprender a
preservar vuestro sabor.
Este sabor es
la bondad, la misericordia verdadera.
Esta bondad,
esta misericordia es para ser vista por Dios. No adelanta fingir que es bueno,
que es misericordioso pensando que estáis agradando a Dios, el sólo gusta de la
verdad.
Por eso cuando
un hombre finge ser lo que no es, ¿de qué vale este sabor? En verdad os digo que no vale de nada.
Mis hijos, Dios
quiere que todos seáis buenos, que todos tengáis valor, lo que valoriza al
hombre es el buen carácter y la buena cualidad. Cualidad es obediencia, es amor, es misericordia.
El, Dios, da
todo de bueno para todos, El da vida, da Luz, vida es Luz, es clareza, pero la
mayor parte está echando fuera esta vida, porque no acepta ser conducida por
Dios, quiere medir fuerza con El. La mayor parte está pisando en la Palabra de
Dios y la Palabra de El es Luz.
Quien no se
somete a la Voluntad de El, está pisando en el camino equivocado, está
idolatrando el pecado y perdiendo la fe.
Sin fe el
hombre anda en la oscuridad.
Mis hijos, la
Santa Palabra de Dios os revela hoy sobre aquel momento en que Dios os creó y
os dice: “Id e iluminad la tierra, haced que no haya más la oscuridad. Llevad
Mi Palabra a todas partes de la tierra, dentro de vuestros corazones está Mi
Amor. Por donde pasares, Derrámenlo para
que siempre haya paz.”
Si el mundo
sintiese la Voz de Dios dentro de él, sería feliz.
Esta fuerza
hace desenvolver la voluntad de siempre ser feliz.
Esta felicidad
es para todos, no hay preferencias, Dios ama a todos con la misma medida. El
ilumina a todos los hijos para que ellos puedan ayudarse unos a otros.
Quien anuncia
en Nombre del Señor está pasando la Luz que recibió para que el otro tenga
beneficios, que deben pasarla también a otros. Es Luz que viene de Dios para
pasarla también de unos a otros.
Mis hijos, la
Luz del Santo Evangelio fue encendida en vos, para vuestra Salvación, llovéosla
al mundo entero para que cuando vengan los días de tinieblas, podáis vencerlos,
podáis amanecer fuertes y felices para recibir a Jesucristo.
El, el Divino
Juez, vendrá a juzgar a toda la humanidad.
Mis hijos, Dios
os invita en este tiempo a estar atentos a los Consejos de El, seáis buenos
siervos, vos tenéis una misión que necesita ser efectuada más de prisa, no
puede parar para no demorar darle al mundo los beneficios que él necesita.
Vos sois hijos
de la Luz, estáis encendidos para la vida que tenéis, no podéis apagar vuestra
vida, especialmente ahora en esta hora tan dolorosa para el mundo. Para todas
las naciones, Estéis alerta, anunciéis el Santo Evangelio para que todos estéis
con los corazones iluminados, fortalecidos, por el amor de Jesucristo.
El es vuestro
Salvador y todo lo que El os enseñó y os enseña todavía, El vino para Salvaros.
El es la Luz del mundo porque es Dios, pero el mundo no está valorando esta Luz
y por esto está en la peor oscuridad. Para
salir de ella será con mucho sufrimiento.
Es esto lo que
vengo a revelaros hoy para vuestra conversión.
Rezad, rezad,
rezad por los dos Santos Padres los Papas, Benedicto XVI y Francisco, por todo
el Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los
ateos y paganos, ya viene llegando el momento de la última decisión de ellos, o
regresan a Dios o no tendrán nunca más felicidad. Continuéis haciendo vuestra parte, estaréis felices como
resultado.
Rezad por la
Santa Iglesia fundada por Jesucristo, viene llegando la hora que comprenderéis
porqué Dios os aconsejó para hacer tantas oraciones, los consejos de El son
para vuestra protección. Vos estáis ayudando a muchos hijos a salir de la
oscuridad, estáis aclarando con la Luz que Dios os dio. Ayudéis a los Santos Padres
los Papas en esta hora con vuestras oraciones, aunque estén siendo perseguidos,
están también rezando para el regreso de los que se alejaron de la Santa
Iglesia. Dios os recompensará.
Yo os amo mucho
y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileños,
rezad, rezad, rezad, confiéis en Dios y seréis recompensados, cuando
estuvierais rezando no sólo para vos sino que para el mundo entero. Se aproxima
el tiempo de más tempestades.
Todas las
naciones, estéis atentas, el tiempo va a cambiar, aumentéis vuestra fe y verán
cosas que os dejareis pensativos – si Dios existe o no. Sin fe estaréis en la oscuridad.
Quien no cree
está en las tinieblas. Penséis
bien sobre esto.
Ahora os
bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre
de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada
Concepción.
Debéis meditar
sobre el Santo Evangelio de hoy: Mt. 5: 13 – 16.
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