Mensaje de Nuestra Señora – María Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra
Señora
El tiempo de la realización de las
profecías dadas al mundo
3 de noviembre de 2012 - Primer sábado
Queridos hijos, con amor y cariño Vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, juntos vamos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Hijos Míos, siento una gran alegría en encontraros aquí reunidos en esta casa para orar por las almas del Purgatorio, hoy, en este día dedicado a ellas, vamos a pedirle a Dios para llevarlas a todas al Cielo, con nuestras oraciones.
¡Oh! Hijos Míos, ¡Qué triste es ver las pequeñitas almas ansiosas por pagar sus penas y merecer entrar por la Puerta del Cielo, donde van a ver el rostro de Dios!
Vos que estáis todavía en la tierra teniendo oportunidades para pagar ahora todo lo que hicisteis en ofensas a Dios, esforzaos, procuréis reparar todo haciendo sacrificios, penitencias, rezando y ayunando para suavizar vuestro tiempo si fueseis al Purgatorio. Recordad que debéis agradecer a Dios por cada día de vida en la tierra que El os da, podéis reparar mucho, podéis hacer silencio durante el día y ofrecer este sacrificio, soportar ofensas, soportar dolores, soportar el hambre, soportar insultos, soportar vivir con menos de lo que tenéis, soportar quedarse sin alimento por algunos instantes, porque vuestra hora esta próxima y podéis hasta no tener más tiempo para reparar vuestras culpas. Arrepentíos hijos, de vuestras culpas, recordad que Dios es misericordioso, El tiene compasión de vos.
Vos estáis
a pocos pasos de pasar por gran sufrimiento en el mundo y Dios todavía no os ha
enviado avisos con fechas, pero podéis percibir que el tiempo está cambiando de
acuerdo con las ofensas hechas a Dios, hechas a la naturaleza también.
El pecado del mundo ha enfurecido a la naturaleza y ella no perdona, reacciona con gran violencia.
Preparaos
recordando cómos sufren las almas del Purgatorio que no valoraron el tiempo de
vida en la tierra y ofendieron mucho a Dios y no pidieron ayuda de Dios antes
de su muerte, apenas se arrepintieron, no tuvieron tiempo de reparar. En reparación de vuestras ofensas a Dios debéis
participar de la Santa Misa con más atención al punto de acompañar a Jesucristo
en el camino al Calvario rezando por los pecadores del mundo entero, haced adoración
al Santísimo Sacramento, visitéis a los prisioneros, practiquéis la caridad,
haced la Consagración todos los días a los Corazones Unidos, al Mío y al de
Jesucristo.
Extendéis
vuestras manos al Cielo agradeciendo por cada día que podéis reparar vuestras
culpas porque en el Purgatorio se quedan esperando por la oración del mundo
quien no reparó en la tierra.
Sabéis queridos
hijos, que estoy aquí para rezar con vos y estoy feliz cuando Soy recibida
porque puedo derramar sobre vos las Gracias que traigo del Cielo para todos los
que Me acogen.
Mis
hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a reflexionar sobre la humildad.
Cuando Dios envió a Su Divino Hijo Jesucristo al mundo, escogió a los más sencillos, a los más humildes. Jesucristo siendo Rey, no ocupó los tronos de la tierra, no tuvo riqueza alguna, no tuvo muchos recursos para esparcir la Palabra, iba a lugares lejanos, donde encontraba siempre amigos pobres como El que sentían gran alegría de Escucharlo.
Cuando Dios envió a Su Divino Hijo Jesucristo al mundo, escogió a los más sencillos, a los más humildes. Jesucristo siendo Rey, no ocupó los tronos de la tierra, no tuvo riqueza alguna, no tuvo muchos recursos para esparcir la Palabra, iba a lugares lejanos, donde encontraba siempre amigos pobres como El que sentían gran alegría de Escucharlo.
Vos estáis
en un mundo donde es difícil encontrar puertas abiertas para Mí, vuestra Madre
Celestial, porque el orgullo está en los corazones. Son pocos los que Me acogen
y no siempre confían plenamente en Mi presencia. Cada día estáis dejando la duda
habitar dentro de vuestros corazones.
Animo
Mis hijos, sin ánimo de creer vos estáis perjudicando vuestras almas. Yo no estoy en el mundo por causa del
cuerpo, Yo hasta ayudo en la cura de las enfermedades, pero Yo estoy con
vosotros para la cura de vuestras almas. Y quien cura es sólo Mi Divino
Hijo, no soy Yo, Yo sólo traigo la Gracia que El envía. Soy vuestra Mediadora, si vos no creéis que estoy aquí, regreso con las
Gracias para el Cielo pues sólo puedo darlas a quien cree en Dios. Si
creéis en Dios, tenéis que creer en lo que El hace. Y lo que está haciendo en
este final de tiempos para vos en la tierra es Enviarme a ayudaros. Soy llamada
Nuestra Señora de las Gracias porque traigo las Gracias aunque no podéis Verme
con los ojos de la carne porque la carne es impura, el espíritu para Verme
tiene que estar en Dios y vos estáis lejos de Dios en todas las maneras. No estáis
elevando vuestro espíritu a Dios porque vuestros ojos de la fe están cerrados. Aumentéis
vuestra fe aproximaos más para recibir las Gracias que os traigo.
Humillaos,
reconoced que Dios es quien os da la vida, felicidad, solamente El puede
libraros del Infierno. Regresad a El lo más de prisa, porque el mundo está en
su ultima hora de agonía.
Va a
comenzar la purificación por medio de los sufrimientos.
Es esto
lo que vengo a revelaros para vuestra conversión.
Animo, ánimo,
ánimo para humillarse y reconocer que sois criatura, dependéis del Creador.
Convertíos,
convertíos, nadie es mejor que el otro, vos sois todos hijos de Dios y si regresáis
a El recibiréis todo con igualdad, nada os faltará.
Rezad,
rezad, rezad por el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero, por
los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, rezando podréis ayudar más a las almas a ganar la Salvación.
Rezad por los ateos y paganos, rezando podréis ayudar más a las almas a ganar la Salvación.
Rezad por
la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, unidos venceréis todas las batallas.
Dios os promete la Vida Eterna, creéis Mis hijos y aumentéis vuestras
esperanzas para tener coraje de renunciar al pecado.
Ayudéis al Santo Padre el Papa, él
tendrá mucho que sufrir en esta hora de tanta persecución al Misterio Eucarístico.
El mundo
necesita sólo de Dios y El quiere ayudaros, pero es necesario que el mundo
tenga fe y crea que más allá de este mundo lleno de guerras, de hambre, de
enfermedades, de tantas cosas tristes, existe un mundo lleno de Fruto y este
Fruto es el Señor. Creáis Mis hijos, en el Santo Evangelio y seréis salvos.
Yo os
amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasil y
todas las naciones, aumentéis vuestras oraciones, deis vuestras manos, la
tierra va a temblar fuerte y azotará a todas las naciones.
Ahora os
bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la Madre de
Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada
Concepción.
Doy las gracias a los que llegaron por primera vez, tú, hija, llevarás en tu corazón la paz que traigo del Cielo y tu vida va a quedar más bella, porque amarás más todavía Al que te dio la vida y vais a cuidar de ella con más coraje. Te amo.
Debéis meditar en el Santo Evangelio de hoy: Lc.14: 1, 7-11.
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