MENSAJE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
(05/05/2010) SÃO JOSÉ DOS PINHAIS/PR, Brasil
Eduardo mi hijo, mis labios continúan resecos por la falta de amor.
Mi pequeño lirio, cuánto todavía Me duele ver a mis sacerdotes revelándose en contra de mi Iglesia.
Eduardo, consuela este Corazón clavado por la lanza de la traición.
Yo el Señor lloro por los sacerdotes…
En cuanto muchos Me persiguen, Yo deseo que se preocupen con Mis ovejitas que se están dispersando cada vez más.
Amados, no se desanimen con las críticas.
¡Soy Jesús!
MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA
(29/04/2010) SÃO JOSÉ DOS PINHAIS/PR, Brasil
¡Queridos y amados hijos!
En este día los invito a rezar por el XVI congreso eucarístico nacional. Es necesario muchas oraciones para los obispos que allí estarán. También pido oraciones por el Papa Benedicto XVI.
Hijos míos, agradezco a vos de Corazón las oraciones dirigidas a las victimas de las inundaciones. Vos amo, vos amo.
Continúen firmes en las oraciones y no se desanimen delante de las dificultades del día a día. ¡Recen por mis jóvenes!
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
(05/05/2010) SÃO JOSÉ DOS PINHAIS/PR, Brasil
Eduardo mi hijo, mis labios continúan resecos por la falta de amor.
Mi pequeño lirio, cuánto todavía Me duele ver a mis sacerdotes revelándose en contra de mi Iglesia.
Eduardo, consuela este Corazón clavado por la lanza de la traición.
Yo el Señor lloro por los sacerdotes…
En cuanto muchos Me persiguen, Yo deseo que se preocupen con Mis ovejitas que se están dispersando cada vez más.
Amados, no se desanimen con las críticas.
¡Soy Jesús!
MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA
(29/04/2010) SÃO JOSÉ DOS PINHAIS/PR, Brasil
¡Queridos y amados hijos!
En este día los invito a rezar por el XVI congreso eucarístico nacional. Es necesario muchas oraciones para los obispos que allí estarán. También pido oraciones por el Papa Benedicto XVI.
Hijos míos, agradezco a vos de Corazón las oraciones dirigidas a las victimas de las inundaciones. Vos amo, vos amo.
Continúen firmes en las oraciones y no se desanimen delante de las dificultades del día a día. ¡Recen por mis jóvenes!
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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