Septiembre 2, 2009 Iglesia de San Bruno, San Bruno, CA
¡Queridos hijitos, Alabado sea Jesús!
Vengo esta noche a darles gracias por haber aceptado a mi invitación que les puse en sus corazones. Muchos pétalos forman una rosa y esos pétalos en el momento que se abren, empiezan a despedir un aroma exquisito. Esas flores, con ese aroma angelical, da gloria a Dios y Dios se glorifica en esa bella flor porque es su creación. Así ustedes son Su creación y El se glorifica en ustedes ya que ustedes son hechos a Su imagen y semejanza.
Cuando Su creación no despide ese olor de un aroma exquisito, es porque esa criatura vive en pecado mortal. Mis pequeñitos, los que viven en gracia de Dios, despiden delante de los ángeles y del cielo un aroma exquisito que da gloria a Dios y Dios se glorifica en ese ser que vive en santidad despidiendo ese olor de santidad, amor y humildad.
En cambio, los que viven en pecado mortal, despiden un mal olor. Yo oro por todos ellos, por su conversión.
Mis pequeñitos, vengo a pedirles que oren por una conversión sincera de sus corazones y que abran sus corazones a esa gracia que deseo darles. Deseo oren, oren, oren por su santidad para que Dios pueda glorificarse en cada uno de ustedes. Pidan con el corazón y les daré esa gracia. Pidan, pero cuando pidan, pidan con fe.
Gracias por haber aceptado a mi mensaje de esta noche. Los bendigo y los cubro bajo mi manto maternal. Dejo una gracia muy especial a mis sacerdotes y diacono que me ayudaron.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Queridos hijitos, Alabado sea Jesús!
Vengo esta noche a darles gracias por haber aceptado a mi invitación que les puse en sus corazones. Muchos pétalos forman una rosa y esos pétalos en el momento que se abren, empiezan a despedir un aroma exquisito. Esas flores, con ese aroma angelical, da gloria a Dios y Dios se glorifica en esa bella flor porque es su creación. Así ustedes son Su creación y El se glorifica en ustedes ya que ustedes son hechos a Su imagen y semejanza.
Cuando Su creación no despide ese olor de un aroma exquisito, es porque esa criatura vive en pecado mortal. Mis pequeñitos, los que viven en gracia de Dios, despiden delante de los ángeles y del cielo un aroma exquisito que da gloria a Dios y Dios se glorifica en ese ser que vive en santidad despidiendo ese olor de santidad, amor y humildad.
En cambio, los que viven en pecado mortal, despiden un mal olor. Yo oro por todos ellos, por su conversión.
Mis pequeñitos, vengo a pedirles que oren por una conversión sincera de sus corazones y que abran sus corazones a esa gracia que deseo darles. Deseo oren, oren, oren por su santidad para que Dios pueda glorificarse en cada uno de ustedes. Pidan con el corazón y les daré esa gracia. Pidan, pero cuando pidan, pidan con fe.
Gracias por haber aceptado a mi mensaje de esta noche. Los bendigo y los cubro bajo mi manto maternal. Dejo una gracia muy especial a mis sacerdotes y diacono que me ayudaron.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
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