Mensaje a Darly Chagas

 Mensaje de Nuestra Señora – María Llena de Gracia

El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora

El Ultimo Tiempo de Preparacion para la Purificacion de la Humanidad

21 de diciembre de 2013  

Queridos hijos, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo. 

Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo. 

Mis hijos, estoy feliz en encontraros aquí reunidos en oración valorando la presencia de la Santísima Trinidad, la Mía y la de los Santos y Angeles. Sé que estáis pensando cómo es posible que estén aquí tantas personas siendo la casa tan pequeña. Pero en verdad os digo, no existe límite para el Cielo, en este momento el espacio se vuelve bien grande porque Dios realiza Sus Misterios aunque no podáis todavía conocerlos porque sois pecadores. 

Ya se aproxima el tiempo en que la tierra y el Cielo pasarán y vos comprenderéis porque aprenderéis a comprender la Palabra de Dios, Ella es la única que no pasa,  Ella prevalece para siempre. Estamos aquí reunidos para un momento especial, cuando estamos en una batalla y para vencerla todos nosotros juntos rezamos, los hijos juntos como el Cielo.  

Vuestras oraciones sin nuestra participación, de nada valdrían, por esto estamos aquí para ayudaros. No es el Cielo quien necesita de oración, sino que vosotros los pecadores.  

La oración abre vuestros pensamientos, os da crecimiento espiritual y os enseña cómo hablar con Dios. El quiere que todos confíen y hablen sobre todo lo que os deja triste, que está trayendo momentos difíciles. Dios os enseña a vencer y nunca desistir de buscar cada día más ayuda. 

El hombre que escucha la Voz de Dios, él es fuerte, él vence las dificultades, él aprende a darse por los otros hermanos. 

Dios está ensenándoos como vencer las dificultades, no con dinero, no es con robos, ni con inteligencias, ni exigencias a El, sino con la paciencia, la tolerancia y la aceptación.  

Cuando el hombre acepta su cruz, él consigue llevarla en los hombros como Jesucristo llevó la de El porque Dios le dio fuerza a El y se la da también a vos. 

Entonces, queridos hijos, vos estáis entrando ahora en este final de año, en un tiempo de muchas dificultades y por esto Yo estoy con vosotros para ayudaros trayendo del Cielo la Gracia que vos necesitáis. Vos estáis entrando en la semana en que iréis reviviendo el momento del nacimiento de Jesucristo, el Salvador del mundo. Tengo la gran alegría de revelaros que esta Navidad estaréis recibiendo una Gracia especial de Dios. Vos tendréis más fuerza para cargar vuestra cruz sin reclamar.  

Llegó el momento de vuestra caminata para el calvario, vendrá para el mundo lluvias fuertísimas, epidemias, muchos hijos quedarán desabrigados, entonces es tiempo de dividir lo que tenéis con quien se quede sin nada. Vuestro país es muy grande, pero vuestros corazones están aprendiendo a ser graneros de la Gracia de Dios, así sabréis andar de manos dadas. 

Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a meditar sobre los tres meses que fui a ayudar a Mi prima Santa Isabel, que también ya estaba en cinta hacia 6 meses. Para Mí no fue difícil ayudarla porque Dios Me preparó para este momento, Yo quedé feliz con el recibimiento de ella a Mí porque vi que ella sintió la Presencia de Mi Divino Hijo Jesucristo y Lo glorificó. Cómo es de bueno que alguien sienta Mi Presencia como Isabel sintió la de Jesucristo. Yo estoy con vosotros porque El Me envió y siento gran alegría en ayudaros como sentí en ayudar a Isabel. Ella rezó y Dios la bendijo y vos estáis rezando y Dios os bendice también. 

En esta Navidad debéis mirar a la imagen de Jesucristo en el pesebre y pedir a El vuestra protección. 

Juan Bautista nació y creció preparando a las personas para vivir en aquel tiempo que sería muy importante para todos los hijos pecadores. El pedía la conversión y quien se convirtió en aquel tiempo, recibió la ayuda que necesitaba.

Juan Bautista fue el mayor de todos los profetas, pero Jesucristo siempre fue y será mayor que El, porque Jesucristo es Dios. Pero, Juan Bautista tenía una linda misión, una misión grande que era llamar a todos a la conversión.

Esto es lo que vengo a revelaros hoy para vuestra conversión.
De aquí en adelante tendréis mensajes pequeños, porque ahora, en este tiempo de los acontecimientos vos necesitáis revivir todo lo que ya aprendisteis y poner en práctica. 

Espero que todos hayáis cultivado más fe, que dediquéis más tiempo a la oración, porque no será fácil para nadie. 

Haced caridad sin medida, seáis buenos porque Dios es Bueno y que todos seáis buenos también. 

Rezad, rezad, rezad por los dos Santos Padres los Papas, Benedicto XVI y Francisco, por todo el Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad. 

Rezad por los ateos y paganos, no dejéis de luchar contra la falta de fe de ellos, seáis fraternos cada día más. 

Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, unidos venceréis todas las dificultades, principalmente las tempestades que están llegando. Ayudéis a los Santos Padres los Papas en esta hora de recoger las ovejas que se alejaron bien lejos de la Santa Iglesia. 

Preparaos Dios quiere que todos alcancen la Salvación. 

Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.

Brasileños, Me gustaría deciros solamente cosas bellas y ricas en especial, pero tengo que deciros que si estoy en el mundo es especialmente para ayudaros en esta hora de mucho sufrimiento para todo el país. Confiad en Dios y aumentéis vuestra fe. Permaneced en estado de Gracia. 

Todas las naciones, busquéis la ayuda que necesitáis en esta hora, pero busquéis en Dios solamente El puede ayudaros. 

Agradezco la presencia de todos y os espero en el próximo encuentro. 

Deseo a todos una feliz Navidad y que vuestros corazones estén abiertos para recibir la ayuda de Dios. 

Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,

María, la Inmaculada Concepción.

Debéis meditar sobre el Santo Evangelio de hoy: Lc.   1: 39 – 45.    

1^ra lectura: Sf. 3,14 – 18.

Gracias por agradecer las Gracias recibidas, esto es señal que estáis ahora mucho mejor. Pero, mejorad cada día más.

Estoy cerca de todos vos, no os quedéis con miedo de pedir Mi ayuda, voy hasta Jesucristo para pedir por vos en todos los momentos porque os amo mucho. 

Vuestra Madre María.