Mensaje de Nuestra Señora – María Llena
de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo –
Palabras de Nuestra Señora
El Ultimo Tiempo de
Preparacion para la Purificacion de la Humanidad
8
de diciembre de 2013 – 2do domingo de Adviento,
Fiesta de la Inmaculada Concepción
Queridos
hijos, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del
Hijo y del Divino Espíritu Santo.
Unidos
a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis
hijos, agradezco a todos vos los lindos homenajes hechos as Mí en este día, en
que la Santa Iglesia conmemora la fiesta de Mi Inmaculada Concepción. Esto significa
que es una cosa que Dios quería para todo ser humano, el hombre nacer sin el
Pecado Original. Dios Me preservó del pecado y Me escogió para ser la Madre
de Su Divino Hijo Jesucristo.
Adán
y Eva fueron contaminados por el pecado, desobedecieron a Dios y lo pasaron a
todas las generaciones, este error fue creciendo, creciendo y atrayendo gran
sufrimiento para todas las generaciones.
Dios
Me preservó de este terrible acontecimiento que fue la contaminación del
pecado. Dios no ama al pecado, pero El no abandona a nadie, está siempre
enseñando al mundo cómo liberarse de este mal. El pecado es toda
desobediencia a Dios, todo hombre puede ser curado de este mal si
renunciara a la desobediencia y no pecar más.
Lucifer
os engaña, os domina y os incentiva a la desobediencia, porque perdió el
Cielo y quiere hacer que todos vos perdáis también el Cielo. Es por esto
que hoy el mundo está en gran peligro de ser castigado porque está dejándose
engañar por él y está ofendiendo más y más a Dios.
Dios
Me hizo pura, obediente, fiel, sumisa, El hizo de Mí Su Sierva, Soy aquella que
el sirve a Dios, con todo Mi amor, nunca Lo ofendí y vos debéis de aquí en adelante
esforzaros más para Agradarle y no Ofenderlo, quién sabe si todavía podéis
volveros puros, sin pecado.
Yo
Soy la que nació sólo para servirle a Dios, obedeciendo, siendo fiel, So la que
Lo ama verdaderamente por encima de todo lo que puede existir.
Nada
en este mundo fue motivo para Yo pecar, nací pura, sin ninguna mancha de
pecado. Soy toda purísima, Soy la Sierva del Señor, Aquella que fue creada para
Servirlo. Dios es para Mí, Mi Padre, Mi Señor, Mi propietario, sólo a El le
pertenezco, sólo a El dediqué y le dedico todo Mi amor, El es todo para Mí.
Mis
hijitos, seáis también así, todavía es tiempo para entregaros a El, traed en
vuestras manos vuestra vida para entregarla a El antes que sea tarde. Seáis
fieles, puros de corazón, reconocedores de que recibisteis de El la mayor
riqueza y todavía podéis Agradecerle procurando no perder esta riqueza que es
mayor, vuestra vida. Seáis fieles, obedientes, responsables, no continuéis
ofendiéndole a El. Todo lo tendréis bueno, no aquí en la tierra, sino que en la
Vida Eterna.
La
vida en la tierra es de poca duración, ella simplemente está contaminada por el
pecado y por esto tiene que pasar por una gran transformación para entrar en la
Eternidad. Tienen que ser curada, purificada y santificada y sólo conseguiréis
pasar por estas cosas, si fuereis capaces de dar testimonio de vuestra
decisión, si renunciáis al pecado porque todo pecado es muerte y quien ama al
pecado más que a la propia vida, pierde y muere para siempre. Muerte que es el
merecimiento del Infierno, separación del Amor de Dios.
Vos
pecando estáis muertos, estáis perdiendo el derecho de la Gracia de la vida,
por esto debéis regresar para Dios, arrepentiros de vuestros pecados y no pecar mas. Seáis responsables, no
continuéis ofendiendo a Dios, vos no tenéis más mucho tiempo sobre la tierra,
vuestros días están llenos de infidelidad, procuréis corregir y no pequéis más.
Seáis
siervos fieles capaces de dar vuestra vida enteramente en las Manos de Dios. El
os purificará y os santificará, vos seréis sabios de una sabiduría completa no
cometeréis más ningún pecado.
El
enviará al Divino Espíritu Santo sobre la Santa Iglesia que sois vos todos los
hijos que El creó, todos los pueblos, transformando así vuestros corazones. Vos
no causareis más ningún mal a nadie, seréis humildes y simples, desapegados de
toda la desobediencia.
El
os perdonará si vos pedid a El perdón con verdadero arrepentimiento y
entonces recomenzareis vuestra vida de plena felicidad.
Es
necesario que ahora, en este final de tiempo, vos os desapeguéis de toda vida
material, confiando que Dios os da todo lo que vos necesitáis.
Muchas
veces vos pensáis que Yo no tuve dificultades para vivir en la tierra, pero estáis
engañados, porque debajo de Mi Divino Hijo Jesucristo, Yo fui la persona que
más sufrió, porque sufrí viendo a Mi Divino Hijo sufrir y sufro hasta ahora
viendo a vos que sois Mis hijos pecadores sufriendo.
Mi
Divino Hijo también fue perseguido por el demonio que quería Destruirlo desde
cuando estaba en Mi Vientre. Pero, Dios no permitió que él venciese, Jesucristo
venció la muerte y resucitó salvándoos.
Yo
acompañaba la vida de Mi Divino Hijo, no podía cambiar Su sufrimiento porque la
Mision de El era mayor que la Mía, tenía que suceder. El obedecía fielmente al
Padre porque era Dios, pero también era Hijo.
El
Padre determinó que era con sufrimiento que El salvaría a la humanidad.
Mis
hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a meditar sobre la palabra siervo.
Todos debéis parar un poquito para escuchar esta palabra, mirar para ella y
guardarla dentro del corazón. Debéis plantar esta palabra dentro del corazón
con amor y cuidar de ella siempre.
Cuando
se planta en el suelo alguna cosa, una hortaliza, un árbol o apenas una semilla
de un fruto cualquiera, no se tiene la certeza de que ella va a fecundar,
porque depende de munchos cuidados, agua, sol y tierra fértil. Pero, cuando se
planta en el corazón del alma, que es tierra fértil, sabe que dentro de poco
tiempo nace una nueva esperanza, no fue perdida la plantación.
Por
esto hoy os invito a acoger dentro de vuestros corazones, de vuestras almas, la
palabra ‘siervo’. Deseo que todos sepan coger el fruto de esta palabra que os
da la condición de merecer la Salvación. Cuando el hombre consigue ser ‘siervo’
él aprende a valorar su vida, no la echa afuera, cuida de ella y tiene la
alegría de tenerla. El siervo agradece lo que recibe y cuida de lo que recibió
para no perder. Vos como Yo recibimos de Dios la vida y esta vida que El nos
dio es parte de la Vida de El porque él es Vida.
Entonces,
toda criatura tiene que decidir si quiere esta vida o no.
El
siervo se humilla, trabaja, y es responsable, no engaña, no se eleva por encima
de Dios y ni de los hermanos. El siervo escucha los consejos de Dios y
agradece. El siervo ama si exigir recompensa porque ama, fue creado sólo para
amar, no odia.
Veáis
Mis hijos, mirad alrededor de vos y
veáis que la mayor parte de la humanidad no sabe ser sierva. El mundo está sólo
traicionando al Amor de Dios, el mundo crucifica al Hijo Unigénito de Dios que
también es Dios.
Vos
sois dependientes del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo. Somos hijos,
somos dependientes de Ellos para existir.
Dios
todo lo crea, todo sustenta. El nos da todo lo que necesitamos tanto para
nuestras almas como para nuestro cuerpo. Vos todos necesitáis hacer que
vuestras vidas lleguen hasta el Cielo y vuestros cuerpos merezcan también
llegar al Cielo.
Pero
vos diréis: - “¿Será que llegaremos allá? Es tan difícil porque vemos en el
mundo diferencias, unos son pobres, otros son ricos, unos son sordos, otros no
lo son, unos saludables, otros enfermos, unos ciegos, otros no, unos son mudos,
otros hablan, unos trabajan, otros no tienen trabajo, unos comen, otros no
comen, mueren de hambre, …” – y así iréis haciendo otras tantas preguntas. Pero
Yo os digo, esto es un desequilibrio. En verdad el mundo no está acercándose a
Dios, pero Dios nunca abandonó, está a la espera del regreso de todos vos para
El.
Venid
y trabajad para el Señor, cuidéis de vuestras almas y la igualdad llegará para
todos.
El
pecado es la causa del desequilibrio, cuando todos renunciéis a él, no habrá
más desigualdad en el mundo. Todos se abrazaran y sabrán darse en todo unos por
los otros.
Cuando un hombre aprende a entregarse al comando de Dios,
nada más es difícil para él, porque él aprende a hacer lo que Dios
habla para él hacer y escuchando el hombre vence.
Mis
hijos, viene ahí un tiempo de destrucción, de miserias, enfermedades, hambre,
guerras, tantas dificultades, pero si vos os entregáis a Dios, venceréis
todo esto, seáis apenas siervos del Señor, el cuida de todos los que Le sirven.
Sabéis
Mis hijos, que la culpa de todo esto que viene llegando es vuestra
desobediencia, son los ‘Pecados Capitales’.
La
fuerza del mal está sobre el mundo, porque vos plantasteis dentro de
vuestros corazones la desobediencia a Dios. Vos atrajisteis esta fuerza sobre
vos. Os alejasteis de Dios y os aproximasteis al mal.
Esta
fuerza del mal quiere llevar al hombre a rebelarse en contra de Dios, él
saca la capacidad del hombre a humillarse y reconocer que necesita sólo de
Dios, nada más.
Vos
estáis cada día queriendo dirigir vuestra propia vida, pero no podéis, si así,
estáis sin Luz, porque fuera de Dios no existe Luz, es sólo oscuridad. Debéis
luchar contra de la oscuridad, sino no veréis lo que necesitáis ver, caires en
el Infierno.
Es
esto lo que vengo a revelaros hoy para vuestra conversión.
Seáis
siervos, humillaos y tendréis la Felicidad eterna.
Rezad,
rezad, rezad por los Santos Padres los Papas, Benedicto XVI y Francisco, por
todo el Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad
por los ateos y paganos, seáis siervos, trabajad para ayudar en la Salvación de
todos los que todavía no han regresado a Dios.
Rezad
por la Santa Iglesia fundad por Jesucristo, llegó el momento más difícil
para la humanidad, que es desapegarse de las cosas materiales y cuidar de la
vida espiritual. Este es el momento de las grandes catástrofes, de las
grandes tragedias también, es momento de mucha hambre, muchas enfermedades y
los rumores de la gran guerra, la guerra mundial.
Y
vos veréis una gran tragedia muy pronto, todo esto fue atraído por el pecado
del mundo.
La
desobediencia humana, el hombre quiso ser más que Dios y entró donde no podía,
no pensó que podría en lo que podría causar con sus inventos y ahí viene la
consecuencia muy pronto.
Ayudéis
a los Santos Padres los Papas en este momento de mucha dispersión, hasta dentro
de la Iglesia, es necesaria más unión en esta hora.
Todos
los cristianos deben rezar para que la apostasía tenga fin.
Yo
os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileños,
vos que tenéis buena voluntad para rezar, pongáis en vuestras manos el Santo
Rosario y recordéis que la Fuerza de Dios está sobre vos. Ayudéis unos a
otros, muchas tempestades están llegando, estéis firmes en vuestra fe.
Preparaos, encendéis velas y rezad por todos.
Todas
las naciones, rezad, rezad, rezad, no será fácil para nadie, unión, oración,
fe, esperanza y mucha caridad. Confíen en el Amor de Dios por vos.
Ahora
os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la
Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
Maria, la Inmaculada Concepción.
Debéis
meditar sobre el Santo Evangelio de hoy: Lc.1: 26 – 38.
“38.María,
entonces, dijo: “¡He aquí la Sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra!”
y el ángel se retiró.”
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