Mensaje
de Nuestra Señora – María Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo –
Palabras de Nuestra Señora
El Ultimo Tiempo de
Preparacion para la Purificacion de la Humanidad
24 de noviembre de 2013
Queridos
hijos, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del
Hijo y del Divino Espíritu Santo.
Mis
hijos, siento gran alegría en poder encontraros hoy aquí para juntos rezar
delante del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, pidiendo a Ellos la
Misericordia para el mundo.
Mis
hijos, hoy la Santa Iglesia conmemora la fiesta del mayor de todos los reyes
que pueda existir en todo el universo, Jesucristo, El es nuestro Rey
verdadero, no existe nadie que pueda
estar por encima de Su Autoridad porque El es Dios.
Pero
todos sabéis que Jesucristo cuando estuvo preso e interrogado por Pilatos, él
le preguntó si El era Rey, la respuesta fue que sí y también que Su Reino no
era de este mundo. El dijo también que si Su Reino fuera de este mundo, Sus
súbditos no lo habrían entregado a los judíos. Así quedó bien claro que ellos
no Lo reconocerían, porque Lo trataron como si fuese el peor de todos los
hombres.
El
Reino de Dios es lo que está encima de todo lo que existe. El Reino de Verdad
es este reino que nunca será destruido.
Jesucristo
es el Rey de todo el universo, quiera creerlo el hombre o no, El es el Salvador
del mundo. Pero, la mayor parte de la humanidad Lo desprecia, no tiene temor a
El, no Lo quiere conocer.
Todas
las criaturas tienen que someterse a El. El es el Rey por encima de todo, Su
Poder está sobre todo el universo.
Por
lo tanto, ahora el mundo va a conocer Su Poder, el mundo va a doblar la rodilla
delante del verdadero Rey. Muy pronto El se manifestará con Su Segunda Venida
al mundo. Vos sabéis que está próximo, el Cielo entero está preparando a la
humanidad para el descenso del Rey sobre la tierra.
Alegraos
toda la humanidad porque está próximo el descenso del Reino de Dios. Todo lo
que está podrido será quemado, la tierra entera necesita lavarse antes del día
en que el Rey del Universo estará presente visiblemente para juzgar a vivos y
muertos.
Vivos
son los que aman a Dios por encima de todas las cosas y a su prójimo, y muertos
son los que merecen el Infierno.
Cada
persona va a analizar su vida, conocer si el alma está limpia del pecado para
entregarla a Dios. Será el día en que el pecado será eliminado de la faz de la
tierra.
Veáis
Mis hijos, vos estáis todavía en el mundo donde Dios quiere que todos despierten
y reaccionen en contra del error, que todos se conviertan. Y hoy estáis
recibiendo avisos del Cielo y vos escondiéndoos para continuar pecando, pero
Dios ve todo, no hay cómo esconderse de El. Todos tendrán que rendir cuentas de
sus errores y enderezarse para recibir al Rey.
Yo
estoy aquí para ayudaros, no quiero dejar a nadie atrás. Hagamos juntos
nuestras oraciones, el enemigo no puede ganar esta batalla. Tenemos a Dios con
nosotros, pero necesitamos usar los dones que El nos dio para atraer más almas
para el Cielo. Limpiéis vuestros corazones rezando siempre el rosario todos los
días vos conseguiréis vencer.
Renunciad
al pecado cada día más, valorad los Sacramentos, obedeced los Mandamientos de
Dios y de la Santa Iglesia, confesad y dejéis que Jesucristo cuide de vos. El
es el Alimento que vuestras almas necesitan para llegar al Padre.
Su
Sangre es verdadera Bebida y Su Carne es verdadero Alimento para que todos
tengáis Vida Eterna.
Comed
y bebed todos para vivir eternamente.
Quien se alimente de Dios nunca pasará hambre.
Preparaos,
el Reino de Dios es para todos, vamos a combatir lo que hace al hombre perder
el derecho de vivir en el Reino de El, el pecado.
Jesucristo
es nuestro Rey, pero es necesario vencer al pecado para entrar en este Reino. Jesucristo reina en los corazones y en
todo, pero El no obliga al hombre a querer vivir en Su Reino, el hombre es
quien tiene que decidir porque todos son libres para decidir. Por esto
descendí al mundo para rezar con vosotros, a ayudaros en busca de fuerza en
Dios para que cada uno decida por Dios.
La
felicidad que vos conocéis no se compara con la Felicidad que Dios os quiere
dar. El os ofrece Vida Eternamente.
La
felicidad del mundo es pasajera, dura horas, pero la del Cielo dura por toda la
eternidad. Todo lo que Dios os da es para siempre, pero con el pecado vos
estáis siendo perdedores. Despertad y venced.
Vos
seréis ricos verdaderamente cuando no piséis más en la Felicidad. Cuando el
hombre peca, él está pisando en ella, está despreciando el derecho a la
Salvación. La Salvación significa libre de pecado, ningún apego, ni recordar
nuevamente el tiempo en que el corazón fue pecador, todo será apagado después que
el hombre se convierta y entre en el Reino de Dios. Vos seréis ricos, no de
esta riqueza que conocéis, seréis verdaderamente ricos, cuando entréis en el
Reino de Dios.
Nada
os faltará, nunca más ofenderéis a Dios.
No
existirá más tristeza, ni enfermedades, ni hambre, ni diferencias, ni
desesperos, ni fracasos, ni catástrofes, ni tragedias, ni ingratitudes, ni
aflicciones, y principalmente ni discordias ni guerras.
Todo esto ya habrá pasado, todo lo que no agrada a Dios.
Así
comenzará la Nueva Jerusalén, la Iglesia de Dios, el pueblo lleno de sabiduría,
de paz y de alegría eterna.
Mis
hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a meditar sobre el Paraíso y todo lo que os hablé fue para vos
decidir si queréis entrar en El o entrar en la peor morada que es el Infierno.
El
Paraíso es el Reino de Dios, allá existe sólo felicidad.
Preparaos para recibir esta Herencia que Dios tiene para daros. Todos los
que se convierten la recibirán.
Mis
hijos, preparaos ahora para la Santa Navidad con el corazón abierto, lleno de
esperanza y confianza en la Misericordia de Dios. El mundo está todavía
dividido porque una parte menor cree y la otra, que es la mayor, no ha decidido
todavía si cree o no en Dios. Esto se llama desprecio, indiferencia y ellas van
a causar una gran tristeza al mundo. Estos no tendrán fuerza para comprender
los momentos difíciles que se están aproximando.
Pero,
es bueno que todos conmemoren la Navidad para que la Gracia de este día se
extienda al mundo entero dejándoos preparados para vivir el tiempo de las
mayores catástrofes en el mundo entero.
Dios
quiere a todos de manos dadas viviendo la mayor fraternidad, ayudándose unos a
otros. Pido a Dios que esta Navidad Mis hijos reconozcan que no es una fiesta
sólo de dar regalos, sino que mucho más que esto, es una fiesta de agradecimiento a Jesucristo que se hizo hombre y nació
en medio de vos, para liberaros de la muerte eterna que es ser condenado al
Infierno. Espero que todos Mis hijos sepan pedir a Dios el perdón de
sus pecados para que El reconstruya en ellos una nueva vida. Que se acaben las
diferencias, todos sean felices para siempre. Es hora de prepararse para este
gran cambio en vuestras vidas.
Vos
no sabéis cuál será la última Navidad, pero debéis aceptar la Voluntad de Dios
sin rebelión, suceda lo que suceda Dios os invitó a prepararse, pero vos
dejasteis para prepararos sólo después, cuando veáis con los ojos de la carne y
pudierais tener certeza que era verdad.
Mis
hijos, aumentéis vuestra fe cada día más y convertiros.
Es
esto lo que vengo a revelaros hoy para vuestra conversión.
Rezad,
rezad, rezad por los dos Santos Padres los Papas, Benedicto XVI y Francisco,
por todo el Clero, por los religiosos y religiosas y por toda la humanidad.
Rezad
por los ateos y paganos, pidiendo a Dios que os de más fuerza para ayudar con
oraciones a todos ellos.
Aumentéis
vuestra fe y esperanza para no desanimaros. Así Dios os dará la alegría de
saber que luchasteis por vuestros hermanos. Mostrad a El que sois capaces de
amar a vuestros hermanos y no dejarlos atrás.
Rezad
por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, haced todo lo que fuera posible
para vuestra Salvación.
Todos
los que se están convirtiendo tiene el deber de ayudar a buscar a los que
todavía no han regresado a Dios, que regresen con urgencia. Faltan muchos y vos
no tenéis la noción de cuántos son. Pero, Dios sabe y El quiere que vos os
améis unos a otros porque la hora es muy grave.
La
verdad será conocida por todos vosotros.
Esta es la última generación que está sobre la tierra.
Dentro de poco tiempo toda la humanidad estará delante del Divino Juez. Sea
para recibir la Salvación o la condenación.
Ayudéis
a los Santos Padres los Papas a buscar a los que todavía no se han despertado y
necesitan despertar y buscar Refugio dentro de la Iglesia.
El
Refugio es Mi Inmaculado Corazón. Cuidéis de vuestras almas. Es hora de mostrar a Dios que estáis
arrepentidos de vuestros pecados y queréis el perdón de El. Mostradle a El
que sois capaces de amarse unos a otros.
Yo
os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileños,
brasileños, atención, permaneced en estado de gracia, pedid a Dios fuerza para
ayudarse unos a otros en este tiempo de grandes aflicciones en vuestro país.
Todas
las naciones, haced lo mismo, las pruebas son para todos vosotros. Confiad en
la Misericordia de Dios.
Ahora
os ofrezco Mi Inmaculado Corazón como Refugio en esta hora tan dolorosa para
todas las naciones.
Os
bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre
de Jesucristo el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada
Concepción.
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