Mensaje de Nuestra Señora – María Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra
Señora
El tiempo de la realización de las
profecías dadas al mundo
16
de septiembre de 2012
Queridos hijos, hoy, el día del Señor, con mucho amor y cariño Vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz al mundo.
Mis hijos, Mis pequeños niños, tanto que os llamé, tanto que os advertí, tantas cosas que os revelé para ayudaros. Soy la Sierva del Señor, y todo lo que os hablo es por orden de El.
Cuando Dios Me envió hasta vos para deciros lo que necesitáis hacer ahora para aliviar vuestro sufrimiento, Dios está dándoos los conocimientos del tiempo que estáis viviendo y vosotros no estáis preparados para vivirlo porque siempre estáis pensando que no estaréis más en el mundo cuando lleguen las profecías anunciadas para el final del tiempo.
Para vosotros el futuro nunca llega. Esto es lo que han puesto de manifiesto. Vosotros no quisisteis tomar en serio las Enseñanzas de Jesucristo, no os humillasteis ante Dios y no obedecisteis los Mandamientos y aún no han pedido que os perdone por vuestros pecados, pocos lo hacen.
Sin humildad no sois capaces de entender lo que Dios os ha revelado. Tenéis que aprender a observar, el futuro se hace presente cada día. Los sufrimientos que hay en el mundo indican el final de una época en que todo el que cree en Dios, que cultiva la fe, espera que pasen las profecías.
Años y años Dios comunicó a la humanidad que un día transformaría este mundo de tantos desacuerdos en un mundo de paz, amor, justicia, felicidad verdadera y eterna.
Se pondrá fin a las guerras, el hambre, la sed, la enfermedad, la rebeldía, toda desobediencia, y le daría el derecho a entrar en la Eternidad.
Mirad y veáis Mis hijos, ha llegado la hora, no hay más otro tiempo después de este para que el hombre vuelva a Dios. Este es el último tiempo para que el hombre se convierta, ya sea a través del amor o el dolor. Es por eso que los mensajes se han multiplicado en el mundo, para que os avise, porque es el momento de transformar este mundo en un mundo de amor verdadero. Es el fin del pecado, no el fin del mundo. El que cree en Dios vive eternamente y el mundo son hijos de él.
Escuchéis con los oídos del corazón, convertíos.
Dentro de poco comprenderéis porqué María, que Soy Yo, la Madre de Jesús y Madre vuestra, llegó para quedarse todo el tiempo cerca de vosotros.
Fue para ayudaros bendiciéndoos todos los días porque os traigo la Fuerza que Dios os da todos los días para aprender a apreciar más vuestra vida y nunca renunciar a la santidad que recibiréis cuando venceréis el momento de la tentación. Sabréis que Dios lo hace todo por vosotros y vos debéis darle gracias con vuestra vida. Debéis cuidar del alma.
Este es el último tiempo para el hombre renunciar al pecado y volver a Dios. Vos partiréis de este tiempo de pecado para el nuevo tiempo cuando no cometeréis pecado alguno, porque Dios tiene el Poder sobre todas las cosas y Él va a acabar con el pecado del mundo. Él dará felicidad eterna al que se convierta.
Vosotros partiréis en dirección al Cielo si os convertís, de lo contrario el destino es otro. Quien no se convierte va para el Infierno.
Mis hijos que Me estáis escuchando y meditando sobre lo que os hablo, la Santa Palabra de Dios os revelará hoy de la gran batalla que Jesucristo ha vencido para salvar a la humanidad. Él se sometió al desprecio del hombre viniendo al mundo y muriendo en la Cruz por la salvación de todos.
Cuando Jesucristo vino al mundo, fue recibido con crueldad, el hombre no valora la Gracia que ha bajado del Cielo para salvarlo. Desde el momento de Su llegada al mundo, Jesucristo fue mal recibido porque la persecución ya lo esperaba para Matarlo.
Pero ahora, al acercarse a Su regreso, Dios está advirtiendo al mundo de nuevo, como siempre fueron advertidos por los profetas, que El vendría y vino.
Ahora viene por Segunda vez para juzgar a todos vosotros pecadores.
Han pasado más de dos mil años después de la primera venida de Jesucristo, y es el momento de comenzar la verdadera felicidad para aquellos que se conviertan.
Porque el hombre todavía está aprendiendo a renunciar al pecado y luego entrar en la Eternidad, porque hoy, en este tiempo que todavía no ha pasado, él todavía ama el pecado más que a Dios, el hombre adora el pecado.
Si Jesucristo os preguntara hoy como preguntó a Sus discípulos en ese momento: - "Y vosotros, ¿quién decís que Soy Yo?" (Mc.8, 23) – vosotros no sabríais responder, porque no tenéis la certeza de que Él es Dios.
El mundo está dividido en dos partes que son, tener la certeza y no tenerla, una dirá - “Tú eres el Hijo Unigénito de Dios Padre " Y la otra que es la mayoría dirá apenas: "No te conozco, no creo en ti."
Esta parte que no Lo conoce es muchas veces más de la que conoce el Amor de Dios, ella no cree que Él exista. Esta parte no cree en la Vida Eterna, para ella, la vida termina cuando se trata de la muerte y de ahí en adelante no hay nada más.
Mis hijos, la Palabra de Dios es Vida Eterna, nada puede superar la Palabra de Dios. Hijos Míos, ya os he revelado muchas veces y repito cuanto sea necesario que más allá de este mundo de odio, de guerra, de hambre, de sed, de muchas enfermedades, muchos vicios, tanta desarmonía, tanta crueldad, hay un mundo de Felicidad Eterna de amor, verdadera justicia, la Paz y la armonía que está esperando por vosotros.
La humanidad entera está enferma a causa del pecado, que es la peor enfermedad que existe, causa todas las destrucciones, quita el interés en la vida espiritual.
Vosotros os condicionasteis a adorar la vida material y dejasteis de pensar en el amor de Dios por vosotros. Vosotros siempre estáis Despreciándolo. Vos sólo creéis en lo que podéis ver con los ojos de la carne.
Por eso Jesucristo vino a restaurar a la humanidad con Su Palabra, Su Poder de Dios que es El, vino a sanar a cada criatura del vicio del pecado y darle la conciencia y se recuperada para decirles que este tiempo después de Su Venida al mundo por primera vez, se le dio un tiempo para cada hombre a convertirse antes de su regreso, cuando se hará el Juicio Final.
Entonces niños, preparaos porque está cerca la venida del Señor.
Vosotros os quedareis pensando que el mundo va a mejorar ahora, primero él tiene que tomar conciencia de la existencia de Dios.
Y Dios hace todo para ayudar a evolucionar la mente humana y creer.
Es necesario tener fe, tener esperanza y practicar la caridad. La única mejora sucederá cuando Jesucristo envíe al Consolador, el Espíritu Santo que os preparará para daros más conocimiento para no cometer ningún pecado, y os quedareis listos para recibir a Jesucristo con amor verdadero.
Aquellos que creen en Él recibirán la salvación. Es necesario creer en su Pasión y Muerte, su Resurrección ocurrió en el tercer día de Su Muerte en la Cruz, debéis creer que Él vive y reina por toda la eternidad. Quién cree en un mundo de Paz vivirá esta Paz por toda la Eternidad.
El que no cree no será salvo, irá al infierno.
El hombre tiene hasta el último segundo de su vida en la tierra, antes de su muerte, para decidir qué creer de verdad. Tendrá que creer en Dios para merecer el Cielo.
El hombre que esté vivo, incluso cuando el Espíritu Santo, que vendrá sobre el mundo, tendrá que decidir de antemano ya que Él descenderá sobre todos, lo que debe hacer de su vida, seguir con Dios o ir al Infierno. Cada persona es libre de decidir sobre el futuro de su alma.
Pero Dios ayuda a todos los que quieran ayuda y El inunda la tierra con tantas advertencias para todo el mundo que despierte y tome la decisión: "Cielo o Infierno”. No sólo existen estos dos lugares para después del Día del Juicio. No habrá más Purgatorio, se extinguirá, el Purgatorio no es eterno, porque el pecado no es eterno. Después de no se necesitará un lugar donde las almas permanezcan en purificación para entrar en el Cielo.
El Divino Espíritu Santo vendrá antes del Juicio Final, a limpiar los que estén vivos será un juicio particular, esto es, para el hombre que sobreviva hasta la Venida ya estar purificado a la espera de Jesucristo. Estos tendrán la marca de la Salvación.
Es necesario limpiar el corazón de todo pecado, porque de repente será la Venida del Espíritu Santo, será el día de la nueva visita de Él, tal como apareció en el Cenáculo después de la Ascensión del Señor.
Mis hijos, ya se está terminando Mi tiempo con vosotros revelándoos los mensajes de Dios. Él ya me ha dicho que esto va a terminar este tiempo de preparación vuestra, para dar inicio a las correcciones de vuestros errores. Vos no debéis estar tristes, pero sin estar listos tendréis cada vez más condición de mejorar más.
Siempre
estaré a vuestro lado ayudándoles en lo que Él Me permite, nunca os dejaré
porque Soy Vuestra Madre que os ama mucho, espiritualmente os hago compañía en
todo el tiempo de las pruebas finales.
Dios el Padre que sabe lo que los hijos necesitan,
Él es el único que puede ayudaros y Yo vengo cuando Él me envía y subo para el
Cielo cuando Él Me ordena para subir. No puedo estar sin la orden en El, Soy Su
Sierva. Dios es el Único que puede daros el conocimiento de la hora en que
estaréis listos para recibir la Salvación.
Ella os será entregada de acuerdo con
vuestra decisión, si queréis o no permanecer en El por toda la eternidad.
Vamos preparando para la terminación de vuestro tiempo como pecadores,
puede ser en cualquier momento que una parte de la tierra se derrumbe. Preparaos rezando, confiando y con mucha
esperanza en la Gracia de Él. El todavía no Me autoriza a revelar cuál es la
parte que se va a derrumbar, toda la humanidad corre peligro.
También, el final de los mensajes está muy
cerca para muchos mensajeros. No sabéis cuándo, será muy pronto.
Un poquito más de tiempo y no estaré más trayendo mensajes como los que os
he traído todavía. Recordad que estaré en el silencio, pero continuaré
protegiéndoos y ayudándoos, Soy vuestra Madre Celestial y os amo mucho. Os ayudaré
siempre con oraciones por vuestra Paz. Soy la Madre Celestial tengo la
responsabilidad con todos Mis hijos, Yo os amo con Amor Santo porque no cometo
pecado.
Vos
debéis repasar los mensajes que os di en todos este tiempo para no olvidar que fuisteis
orientados por Dios.
El
Me hizo vuestra Madre y Sierva de Él. Yo también trabajo en la construcción del
mundo nuevo y quiero tener la Gracia de veros a Mis hijos todos Conmigo en el
Cielo. Los mensajes que traje en toda esta temporada es el Alimento Sagrado, el
medio de Salvación porque os lleva a la apertura de vuestros corazones a Dios. Grabéis
dentro de vuestros corazones, para crecer en dirección a Dios.
Vos veréis muchas catástrofes, siendo la
peor de ellas la pérdida de la fe, la apostasía en el mundo, pero si estuvierais atentos a los que os revele, permaneceréis cada día
más firmes asegurándoos en las Manos de Dios.
Muchos perderán la fe por la falta de humildad, volverán a creer que Dios no existe y así caerán, pero Dios los levantará y ellos alcanzarán nuevamente la Paz. Pero, es necesario el hombre convertirse antes que termine este tiempo de preparación.
Muchos perderán la fe por la falta de humildad, volverán a creer que Dios no existe y así caerán, pero Dios los levantará y ellos alcanzarán nuevamente la Paz. Pero, es necesario el hombre convertirse antes que termine este tiempo de preparación.
Es esto lo que vengo a revelaros para vuestra conversión. Convertíos,
convertíos.
Soy
la Madre del Buen Consejo, aquí queda Mi Aviso, si seguís las Enseñanzas de
Jesucristo, Mi Divino Hijo, veréis que Él os dejo bien claro que debéis
renunciar a todo lo que le desagrada a Dios, no debéis desafiarlo más a Él, no
debéis Desobedecerlo, vos ya estáis en una situación muy dolorosa, no debéis
desistir de vuestras esperanzas en vuestra mejora, para Dios nada es imposible.
Confiad
que Él os ama con Amor verdadero, Amor Eterno. Confiad que no estáis
abandonados, solitos, olvidados por Dios.
Este es el momento que tendréis que subir
a vuestro calvario, estáis cargando vuestra cruz, llevadla con fe, así
venceréis. No debéis dar más espacios en vuestros corazones, como estáis
siempre dando a las impurezas, a la vanidad y al orgullo, a todos los Pecados
Capitales, ellos son la destrucción de vuestros merecimientos. Abandónense en
las Manos de Dios, no hay mucho más tiempo para caer en la realidad.
Dios es el único que le puede dar la verdadera felicidad, la liberación de
vuestros pecados, arrepentíos antes de que sea demasiado tarde.
Aquí queda el Consejo de vuestra Madre que os ama mucho.
Aquí queda el Consejo de vuestra Madre que os ama mucho.
Rezad,
rezad, rezad por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero, por
los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad
también por los ateos y paganos, ya está más corto el tiempo, ofreced a Dios más
oraciones, sacrificios y penitencias y también ayunos para que estos también encuentren
la Paz en sus corazones.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por
Jesucristo. Permaneced unidos ahora más que nunca antes, echad fuera el pecado,
aproximaos más a Dios, vos no tenéis fuerza para vencer sin la ayuda de Él. Vos
sois pecadores, es necesario renunciar al pecado y pedir a Dios el perdón con
arrepentimiento verdadero.
Seáis puros Mis hijos, reconoced que sois
apenas criaturas, dependéis del perdón de Dios para vivir eternamente.
Debéis perder esta vida de pecado y nacer
para la santidad.
Sólo Dios puede daros una nueva vida,
recordad que esto no significa nacer de la carne nuevamente, sino que nacer
espiritualmente, porque el pecado es muerte y quien renuncia a él nace para
Dios, tiene la vida pura, santa y vive en el Cielo.
Falsas doctrinas consideran la reencarnación
como verdad, pero no lo es. Sólo existen dos muertes, una para el cuerpo y la
otra para el alma, que es la pérdida de la unión con Dios.
El
Infierno es el lugar más terrible y para allá van los que deciden por la
separación de Dios. Mis hijos, si queréis la Felicidad, permaneced en Dios.
Ayudéis
al Santo Padre el Papa, este es el momento que él va a sufrir mucho, ayudadlo a
buscar las ovejas descarriadas.
Yo
os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Una
gran catástrofe está llegando al mundo,
Todas
las naciones preparaos, Brasileños, preparaos para soportar las tempestades y
la gran catástrofe que está llegando para el mundo.
Todos los días vivid como si fuera el
último para reconciliarse con Dios, no hay más tiempo para nadie.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis
meditar en el Santo Evangelio de hoy: Marcos 8: 27-35.
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