Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
EL TIEMPO FINAL DE PREPARACIÓN PARA LA PURIFICACIÓN DE LA HUMANIDAD
19
de Julio de 2013
En esta linda mañana,
el Señor viene a alimentaros con Su Santa Palabra, para que tengáis vida
eternamente.
La Palabra de Dios es
Salvación, aquellos que La escuchan y guardan en el corazón las Enseñanzas que
Ella les da, vivirán eternamente y se sentarán a la Mesa del Padre.
Es grande Mi alegría
de poder estar todavía con vosotros, trayendo para todos vosotros el Mensaje de
Dios. Todos los días Él está enviando ayuda al mundo, informaciones para que
toda la humanidad tenga la oportunidad de decidirse sobre la conversión.
El Cielo se alegra
por cada criatura que se convierte. Es necesario abrir los oídos del espíritu y
acoger los Consejos del Cielo, humillarse delante de Dios, para merecer el
lugar en la Mesa del Padre.
Mis hijos, ahora es
la hora de la perseverancia en la fe, de la esperanza y de la caridad, vosotros
no sabéis todavía cuándo será el día de prestar cuentas a Dios de vuestros
actos cometidos durante vuestra vida, hasta la hora de dejar este mundo Tierra,
mas Dios os está alertando que está ahora muy cerca.
Vosotros veréis
muchos cambios en el mundo, mas solamente el hombre pasará por la purificación,
porque tiene alma, tiene sentimientos. Él tiene la Luz que recibe de Dios, es
hijo de Él, recibe enseñanzas de Él para sobrevivir. El alma vive eternamente.
Los que merecen el
Infierno, después de su muerte, ya no reciben la ayuda de Dios, quedan separados
de Él para toda la eternidad. Estos son los que pisotean la Palabra de Dios,
los que no se convierten. Creyentes o no, todos pertenecen a Dios, Él es el
Creador, Él es quien tiene autoridad sobre todo el Universo.
Dios es el Único que
puede transformar vuestras vidas, solamente Él tiene el Poder de acabar con el
pecado del mundo. Vosotros podéis renunciar al pecado, mas Dios es el que acaba
con él.
Vosotros debéis pedir
ayuda a Dios para que renunciéis al pecado, porque el pecado es lo que os lleva
a correr el peligro del Infierno, porque vosotros todos estáis apegados al
pecado.
Debéis desapegaros, arrepentiros de pecar y pedir perdón a Dios, con más
esperanza en vuestros corazones.
Para vuestra
Salvación necesitáis del Perdón de Dios.
Pero necesitáis aprender
bien, arrepentiros verdaderamente. No es verdadero el arrepentimiento sin
reflexionar que se pecó. Así el hombre va a pensar que pidiendo perdón
puede pecar nuevamente ya que Dios perdona. Dios quiere que os esforcéis para
no pecar más.
Dios es Misericordioso,
pero Él también es Justo, y cuando el hombre desprecia lo que Él enseña, pierde
la felicidad.
Es necesario que cada
uno se esfuerce más para dejar el vicio del pecado. Muchos
hijos están despreciando Mis Consejos, más adelante irán a llorar, pues todos
los días vengo al mundo para hablar con todos los hijos, les traigo Consejos y
más Consejos, que todos necesitan, mas la mayor parte los desprecian, debéis
acogerlos para vuestra mejoría.
Soy la Madre
Celestial y lloro hasta Sangre en el mundo entero para que todos vuelvan a
Dios.
Quien se quede lejos de Él sufrirá mucho más de lo que puede imaginar. Yo deseo
a todos reunidos en el Cielo, después de que partan de este mundo y entren en
la eternidad. La familia de Dios no puede quedarse lejos de Él.
Mis Consejos
continuarán hasta el final, convertíos, convertíos.
Queridos y amados
hijos de Mi Inmaculado Corazón, os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Divino Espíritu Santo, que os ilumina conduciéndoos con Su Luz.
Soy la Sierva del
Señor, María, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo, el Cordero de Dios
que quita los pecados del mundo. Yo soy la Inmaculada Concepción de María, soy
la Mensajera de Dios y en el Mensaje de hoy Él os agradece por el momento de
oración y os alerta:
“Mis hijos,
preparaos, voy a derramar sobre el mundo el cáliz de Mi Justicia. Quien tiene el corazón sucio debe
limpiarlo, porque todo lo que está sucio será quemado. Mi Palabra sólo es una,
solamente no tendré compasión con el que pise en Ella.
No
obligo a nadie a creer en Mí, ni a obedecerme, Soy Paciente y Misericordioso, di tiempo para que todos se conviertan,
mas quien no se convierta no seguirá Conmigo, no participará del Banquete
Celestial, perderá el derecho al Cielo, será merecedor del Infierno.
Nunca más tendrá alegría ni felicidad. Yo os envié Avisos y más Avisos, años y
años, mas aquellos que pisan en ellos, no tendrán Mi Paz.
Llegó
la hora de los méritos. Yo Soy Dios, Soy el que Soy, Soy Misericordioso y
Justo, Mi Justicia será conocida por
todos, incluso por los que irán al Infierno.
El
Juicio será para todos. Los que pierdan
la salvación conocerán lo que perdieron.
Para
juzgaros no necesito de testimonios, como no necesito de nada, porque Soy Dios,
lo veo todo. Nada Me queda oculto. Soy el Señor de todas las cosas que existen.
No cometo errores, no condeno inocentes, condeno solamente a los que pisotean
la Gracia que les doy. Mi Palabra es
Vida. Quien pisa y pisotea la vida recibida de Mí, pierde la Salvación.
Mi
Amor es Eterno, por lo que con este Amor Justo y Puro, Yo amo a todos los que
creen en Mí. Felices son los que Me
están escuchando y viviendo los Consejos que estoy enviando al mundo. Estos
encontrarán Mi Paz. Recordad que Yo os amo con Amor Eterno.”
Queridos hijos,
unidos vamos a reflexionar las Palabras de Dios Padre Eterno, el Todopoderoso,
que hoy, una vez más, invita a escuchar los Consejos que Él está enviando todos
los días en el mundo a la humanidad entera. Guardad en vuestros corazones Su
Palabra.
Debéis reflexionar
una vez más lo que Él os revela en esta hora.
Dios os habló sobre
el Banquete Celestial, es necesario prepararse, porque está muy cerca el día
del Banquete. Será después de vuestro juicio final. Tenéis el deber ahora
de desapegaros del materialismo y valorar la vida espiritual. Vosotros ya
sabéis que lo que os pone en peligro de perder la gran Fiesta es el pecado,
entonces renunciad a él.
El mundo está
idolatrando al pecado, la desobediencia a Dios.
Dios os dio los
Mandamientos para que vosotros respetaseis la vida que tenéis, mas vosotros no
habéis comprendido, y hoy estáis corriendo el riesgo de perder vuestra
Salvación.
Preparaos, levantaos,
aumentad vuestra fe, vuestra esperanza, porque ya están ahí las profecías.
Quien no se preparó no tendrá tranquilidad, va a desesperarse.
Los que están
esperando que ellas sucedan para creer van a llorar lágrimas de sangre.
El mundo dejó para
creer en las profecías viéndolas suceder y ahora verá que no tendrá tiempo de
reparar sus errores, porque despacio no tiene más tiempo y de prisa no lo
conseguirá, por lo tanto perderá. Éste es el peligro, el final está cerca.
Ved con vuestros
propios ojos, convertíos,
convertíos.
Mis hijos, vosotros
que estáis atentos, prestad atención a lo que Dios os habla hoy a través del
Santo Evangelio. En todos los tiempos, antes de la Venida de Jesucristo, las
personas tenían costumbres diferentes y por eso no tenían facilidad para
comprender los límites que Dios marcaba para aquellos que creían en Él.
Ellos no comprendían
que el día de sábado era para agradecer a Dios por la vida que recibieron.
Había quienes se juzgaban mayores que los otros, superiores, y que determinaban
cómo debería ser respecto al sábado. Ellos actuaron como si fuesen un dios,
querían ser obedecidos a la fuerza. Dios no obliga a nadie a nada,
especialmente a hacer sacrificios. Él sólo quiere que las personas tengan
gratitud por la vida recibida. Que sepan hacer ofrendas, también en beneficio
de la mejoría de todos.
Para corregir lo que
el pecador entendía mal, Dios Padre envió a Su Divino Hijo Jesucristo. Él tenía
autoridad y autorización de Dios Padre para corregir y enseñar cómo era la
Voluntad del Padre.
Por eso Jesucristo le
dijo al mundo que haría cambios en todos los tiempos en el comportamiento
humano.
Jesús fue reprendido
por los fariseos que se consideraban mayores que Dios, ellos no creían que
Jesucristo era el Mesías Prometido por Dios al mundo. Ellos no percibían que Él
estaba allí, en medio de ellos, frente a frente de ellos.
Y Jesucristo los
sorprendía revelándoles que Él era mayor que el Templo. (Él les dijo: “Ahora,
Yo os declaro, que aquí está quien es mayor que el Templo” (Mt 12, 6).
Mis hijos, hoy el
mundo está en la misma indiferencia a la Palabra de Dios, no reconocen las
diferencias, no reconocen los Milagros, la Gracia de Dios, incluso dentro de la
Santa Iglesia hay vacilación, la mayor parte de los Sacerdotes no creen que
Yo estoy igual en el mundo, trayendo el Mensaje de Dios para este tiempo de
grandes sufrimientos.
Éste es el tiempo
final de preparación para que el mundo se reconcilie con Dios definitivamente.
No hay otro tiempo.
Jesucristo Me envió,
estoy aquí para ayudaros. Nadie puede decirle a Él qué hacer, mas Jesucristo sí
puede decir a cada uno lo que ellos pueden hacer, porque Él es Dios. Él es el
Señor sobre todas las cosas. Él vino a renovar a la humanidad por orden del
Padre. Por tanto, estad atentos, ya llegó la hora, todo será transformado,
pero es necesario que todos despierten y se preparen.
El tiempo ahora es de
peligro, pero después será de Paz para todos los que se convirtieron.
Poco a poco iréis
sacando de vuestros corazones las cosas erradas, sucias, que perjudican vuestra
salvación.
Dios os dio este
tiempo en la Tierra para vuestro crecimiento en la fe, en la esperanza, y para
que practiquéis la caridad.
Mas ahora estáis
comenzando a comprender que llegó la hora final para el mundo. El egoísmo se
está terminando.
Dios va a despojar al
mundo de todas las cosas materiales, y pasará a vivir solamente de la Gracia de
Dios.
Vida pura y santa unida a Él para siempre. Humildad, simplicidad, confianza, fe
y esperanza, caridad y fraternidad, todos sometidos a Dios.
Renunciad al pecado,
Mis hijos, y convertíos con urgencia.
Ésta es la hora más
urgente para que el hombre reparare sus errores, y reconozca que apenas es
criatura, que se debe someter al Creador.
Es esto lo que vengo
revelaros hoy para vuestra conversión.
Ahora os pido la
Santa Misa, la Santa Eucaristía con fidelidad a Dios.
Rezad, rezad, rezad
por los dos Santos Padres Papas, Benedicto XVI y Francisco, por todo el Clero,
por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y
paganos, ayudadlos con vuestras oraciones para que ellos se humillen y vuelvan a
Dios con urgencia.
Rezad por la Santa
Iglesia fundada por Jesucristo, estad atentos, veréis ahora muchas señales
de Dios, serán para ayudar a la humanidad a reincorporarse antes del fin de
este tiempo en la Tierra.
Ayudad a los Santos
Padres Papas en esta hora en que Dios llama a Su pueblo y este pueblo se está
haciendo el sordo. Está prefiriendo sufrir más de lo que puede imaginar, porque
no quiere reconocer que es criatura, no tiene poder para reducir ni su propio sufrimiento.
La criatura necesita
de la ayuda constante de su Creador.
El Creador es Dios,
el Todopoderoso, Creador del Cielo, de la Tierra, de todo el Universo, de todo
lo que existe.
Ahora es tarde para
el mundo, él jugó con la vida.
Rezad con el corazón,
será muy difícil.
Yo os amo mucho y os
cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileros, estad
atentos, valorad la visita del Santo Padre, Papa Francisco, y agradeced a Dios
por la presencia de él en Brasil.
Aunque acontecerán
cosas tristes en estos días, vosotros veréis cómo Dios os está ayudando.
Vosotros estáis siendo preparando para vencer las pruebas, no para desanimarse.
La presencia del
Santo Padre el Papa Francisco es providencial para todas las naciones en este
momento. Brasil es ejemplo de fe para el mundo.
Todas las naciones,
rezad, rezad, rezad, el mundo será ahora más violento porque está distante
de Dios.
Pocos están rezando
como se debe rezar.
Ahora os bendigo en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de
Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Gracias por
corresponder al Llamado de Dios.
Felices los invitados
para el Banquete que será servido en el Cielo a todos los que se convirtieron.
Feliz el hombre que
abre su corazón a Dios, escuchando Su Palabra, éste encontrará la Felicidad y
la Paz.
Esforzaos, estáis en
gran peligro.
Ahora os ofrezco Mi
Inmaculado Corazón como Refugio en la hora del gran castigo que se acerca para
el pecado. Un gran castigo se aproxima, cuidad de vuestras almas.
Con todo cariño y
amor de Madre os deseo y llevo hasta Dios vuestras peticiones.
La Paz de Nuestro
Señor Jesucristo esté con vosotros, ahora y para siempre. Amén. La Paz.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!
¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!
Bendito
sea Dios, Bendito sea Su Santo Nombre.
Debe
reflexionar en el Santo Evangelio de hoy: Mateo 12:1-8.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario