Mensaje de Nuestra Señora – María,
Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo –
Palabras de Nuestra Señora
EL TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS
PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
07 de Junio de 2013 –
Fiesta del Sagrado Corazón de Jesucristo
Queridos hijos, con mucho amor y cariño vengo a
bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a
buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, hoy, en este día tan lindo, Yo, vuestra
Madre Santísima, la Madre Celestial, no podía dejar de venir a vuestro
encuentro, para traer a cada uno de vosotros una Gracia especial que viene de
la Fuente de la Vida y de la Misericordia, para todos que creen en Dios. Son
todos los pecadores que desean la Salvación.
Ésta es la
Gracia para vuestro mejoramiento, para vuestra conversión, Ella es derramada
desde el interior del Sacratísimo Corazón de Jesucristo para la Salvación de todos
los que se arrepienten de los pecados cometidos y piden a Dios el perdón. Mas,
vosotros necesitáis además, arrepentiros, pedir y esperar el perdón, reparar el
mal que le hicisteis a vuestras almas. Vosotros necesitáis perseverar en el
deseo de enderezar vuestros pasos, practicar el bien, la caridad y tener la
aceptación de la Voluntad de Dios.
Dios Padre derramó sobre el mundo Su Gracia, cuando
os dio a Su Divino Hijo Jesucristo para vuestra redención.
Jesucristo vino al mundo para la Salvación de los
pecadores.
Él derramó
toda Su Sangre y toda el Agua de Su Cuerpo para la purificación y santificación
de todos los hijos de Dios. Él entonces derramó sobre el mundo entero Su Espíritu Santo para dar
calidez a vuestras vidas y ellas entonces podrán producir el fruto de la conversión.
El fruto es la pureza; la santidad requiere fe, esperanza y caridad.
Vosotros debéis elevar vuestras vidas, vuestros
corazones a Él todos los días; para vuestro crecimiento espiritual es necesario
crecer, florecer y dar fruto. En el Día del Juicio Final el fruto será recogido.
El día del Juicio Particular veréis cómo están
vuestros corazones y entonces veréis también si estáis secos o si conseguisteis
volveros frutos saludables o podridos.
Sed fieles, purificándoos
cada día más con la obediencia a Dios. Sed perseverantes en el mejoramiento,
enderezad vuestros pasos, vosotros necesitáis de la ayuda de Dios, sin ella no
lo conseguiréis. Solos no llegaréis al Cielo, es necesario sostenerse firme en
esta Gracia que Él os ofrece todos los días, es necesario convertirse cada
segundo, no dejar espacio para que el pecado entre en vuestros corazones y
haceros esclavos. Decid no al pecado y sí a Dios.
Acercaos más al Sacratísimo Corazón de Jesucristo,
escuchando Su Palabra y mejorando vuestra manera de vivir. Él es Amor, Él os da
de este Amor. Él es vuestro Salvador y vosotros necesitáis la Salvación.
Jesucristo es el único Camino que lleva al hombre al Cielo.
Yo no soy el camino, soy apenas vuestra Abogada, vuestra
Mediadora entre el Cielo y la Tierra, soy La que intercede delante del Hijo
Jesucristo por vosotros, Él intercede ante el Padre por vosotros.
Yo soy La que entrega a cada pecador la Gracia que
Jesucristo os envía convidándoos a la conversión. Creed, Mis hijos, creed, es la última llamada a la conversión, aceptad
la Voluntad de Dios.
Estoy en el mundo invitándoos a un encuentro con
Jesucristo antes de vuestra partida de este mundo, donde os volvisteis esclavos
del pecado. Es hora de la libertad, permaneced
atentos aprendiendo a romper las cadenas que os apresan en la desobediencia a
Dios.
¿Dónde buscaréis esta Gracia? Mis hijos, en verdad
os digo, buscaréis dentro del Sacratísimo Corazón de Jesucristo, vuestro
Salvador. Él es Justo, es Misericordioso, Él es Dios, es vuestro Salvador.
Levantaos, hijos, enderezaos, porque se está
acabando el tiempo, aún viene en este año un gran sufrimiento que acontecerá en
el mundo y él no está listo, no tendrá cómo impedirlo, porque el mundo está
idolatrando el pecado cada día más.
Es necesario
pedir a Dios que os dé fuerzas y valor para no
desistir de la Salvación por ningún motivo. Debéis vencer y vence quien cultiva la fe,
la esperanza y también practica la caridad,
Continuación II del
mensaje del día 07 de Junio del año 2013
especialmente con vuestras almas. Arrepentíos de
vuestros pecados y confesaos pidiendo a Dios el perdón antes de que termine
vuestra peregrinación en la Tierra. No pequéis más. Por peores que sean las
pruebas que vienen, procurad vencer, son las pruebas finales. Dios os quiere ayudar, Él os quiere salvar.
Mirad para el
Cielo y ved, es allá donde está la Felicidad Eterna, es allá que está Aquél que
murió en la Cruz para salvaros dándoos el derecho a la Vida Eterna, junto a Él. En la Tierra
fuisteis sembrados para crecer espiritualmente. Jesucristo os enseñó a cultivar
la semilla de la vida, es necesario amar, ser puros, ser fieles a Él, ser
Santos para agradarlo.
Esto es tener gratitud por la vida y por el amor
recibido de Él.
Lo que le está faltando a la humanidad en el mundo
es amar, ser fieles y ser obedientes en todo lo que Dios quiere que ella sea.
El mundo no
está bien, porque no ama como debe amar, es necesario rezar, pedir perdón a
Dios por los pecados cometidos y repararlos con más urgencia. Es necesario
abrir los ojos del corazón y ver que vosotros estáis en grave peligro de caer
en la desesperación.
La
desesperación es cuando la persona piensa que ya no conseguirá más la ayuda de
Dios. Así, no consigue controlarse, no consigue pedir perdón por las culpas, no
tiene más fuerzas para humillarse, y así pierde la Salvación.
Cada persona debe decidir si quiere la salvación o
no. Para convertiros, tenéis ahora el último tiempo que ya es éste que estáis
pasando, este tiempo no es eterno, él se acaba dentro muy poco tiempo. Después
de éste, entraréis en el tiempo que nunca se acaba, es la eternidad. Es el
tiempo de la Felicidad Eterna, nadie debe desistir de este tiempo que está
llegando.
Quien persevere será feliz
para siempre.
Hoy es el tiempo de pedir a Dios perdón por los
pecados cometidos.
Quien no le da importancia a la unión con Dios, no
será feliz.
Preparaos para
el paso de este tiempo que tiene fin, para el tiempo que es eterno. Dios enviará
al Divino Espíritu Santo sobre el mundo, será para la purificación de todos los
que serán salvos. Será el día del Juicio Particular, vosotros veréis todo lo que
hicisteis, y el Espíritu Santo os bautizará con el Fuego Sagrado.
Después vendrá el día de vuestra resurrección, será
el Juicio Final.
Entonces, si creéis
en este acontecimiento, mejoraréis vuestra vida.
Vosotros todavía no comprendéis este misterio porque
sois pecadores.
Ved, Mis hijos, cuánto el pecado os causa mal.
Mejorad, mejorad convirtiéndoos y reconciliándoos con Dios.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a
reflexionar sobre el amor que Él tiene por vosotros, especialmente por todos
los que se convierten. Queda bien claro que Dios cuida de lo que es de Él. Él
no pierde ni un alma que Lo acoge.
Por tanto, desapegaos
de las cosas materiales, preocupaos en manteneros firmes en vuestra fe en Dios.
Así prevaleceréis fieles a Él ¡Cuántos hijos están lejos de Él hoy! Son muchos.
Ellos no quisieron oír el llamado de Él.
Mas, ahora llegó el momento de buscarlos, quien no
quiso volver por amor, volverá ahora por el dolor, por el sufrimiento y muchos acontecimientos.
Jesucristo dio consejos, mas la mayor parte se hizo
el sordo, no quiso oír ni mejorar. Ahora sufrirá en gran cantidad. Sólo queda
un poco de tiempo.
Ya viene llegando el día del Juicio Particular.
Jesucristo está llamando, Él vence todos los
desafíos humanos, preparaos. Él va detrás de cada pecador y lo encontrará.
Sea cual sea el deseo de Salvación, Dios dará al
pecador Su ayuda. Él entregará el rebaño completo a Dios Padre
Quien se esté haciendo el sordo, será sorprendido.
Nadie sabe lo
que tendrá que soportar para limpiar el corazón.
Continuación III del Mensaje
del día 07 de Junio del año 2013
Vosotros estáis a pocos pasos de pasar por pruebas
muy difíciles, vosotros nunca habíais visto cosas más difíciles que éstas de ahora.
El mundo no sabe cómo será su vuelta de este camino
equivocado, la desobediencia es el nombre de este camino errado. Ahora la
humanidad va a aprender, de una vez por todas, a pisar recto y nunca más vacilar
nuevamente.
Es esto lo que vengo a revelaros hoy para vuestra
conversión.
Vamos juntos a pedir al Sagrado Corazón de Jesús que
derrame sobre la humanidad Su Misericordia, y Él derramará el Divino Espíritu
Santo sobre todos los que el Padre quiere con Él en el Cielo para siempre.
Rezad, rezad, rezad por los dos Santos Padres Papas,
Benedicto XVI y Francisco.
Rezad por todo el Clero, por los religiosos y
religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, ofreced a Dios
oraciones por ellos para la conversión de todos los que quisieran la ayuda.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, caerán todos los pedestales humanos, las
falsas religiones, todo lo que no agrada a Dios.
Solamente permanecerá de pie la fundación de
Jesucristo, la Santa Iglesia, representada por el Santo Padre el Papa. El mundo
está diciendo muchas cosas, por su propia evaluación. Mas no adelanta al mundo
pensar que lo sabe todo, mas no sabe casi nada. Piensa que es más que Dios,
pero no lo es. Ahora es la hora de conocer la verdad. Preparaos todos vosotros,
cristianos, vienen ahí muchos sufrimientos para todos.
Ayudad a los Santos Padres Papas en la búsqueda de
los dispersos, con vuestras oraciones, sacrificios, penitencias y ayunos.
Todos unidos de manos dadas caminando por la senda
del Señor.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileros, si deseáis la verdadera Paz para
vuestro país, buscadla en Dios, porque solamente Él os puede ayudar.
Viene ahí para Brasil, vuestra Patria, momentos de
gran dificultad.
Todas las naciones, sosteneos firmes en las Manos
de Dios. Así tendréis la Paz, primero en vuestros corazones y después en el
mundo.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Corazón Divino de Jesucristo,
providenciad la Paz para nuestro país y para los otros también. Venid, Señor
Jesucristo. Venid sobre todos nosotros y salvadnos.
Debéis reflexionar sobre
el Santo Evangelio de hoy: Lc. 15, 3-7.
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