PRO MULTIS significa POR MUCHOS. En la misa siempre se dijo PRO
MULTIS, hasta hace algunos años en que, luego de la reforma litúrgica,
incorrectamente se tradujo la expresión como si significase POR TODOS.
En todos los idiomas: desde el arameo hasta el latín siempre se
dijo POR MUCHOS y no "por todos". La liturgia maronita que se celebra
en la lengua que Cristo habló, siempre empleó la expresión POR MUCHOS.
Dice el Catecismo Romano refiriéndose a las palabras
consacratorias "POR MUCHOS", que "son muy propias para
manifestar el fruto y las ventajas de la pasión. Porque si atendemos a su
valor, habrá que reconocer que el Salvador derramó su sangre por la salvación
de todos; pero si nos fijamos en el fruto que de ella sacan los hombres, sin
dificultad comprenderemos que su utilidad no se extiende a todos, sino
ÚNICAMENTE A MUCHOS...(Cristo) Muy sabiamente, pues, obró no diciendo POR TODOS
(sino POR MUCHOS), puesto que entonces sólo hablaba de los frutos de su pasión,
la cual sólo para los escogidos PRODUCE FRUTOS DE SALVACIÓN". (Catecismo
Romano del Concilio dogmático de Trento, publicado por orden de San Pío V).
Por su parte, el propio Concilio dogmático de Trento enseña:
"Los frutos de esta oblación suya (de la cruenta decimos), ubérrimamente
se perciben por medio de esta incruenta". (sesión XXII. Cap. 2) (Denz.
940).
Hay dos dogmas:
1) La Redención. Habiendo sido creado el hombre
en estado de justicia original perdió por su pecado la amistad de Dios. Cristo
con su muerte y con su sangre se hizo víctima sustituta de la raza humana, pagó
el precio de nuestra redención (rescate); por su satisfacción borró nuestro
pecado, y por sus méritos ganó para nosotros la restauración en la gracia y en
la amistad de Dios. Cristo murió por todos. Eso es la Redención. La sangre del
Señor tiene el poder para salvar a toda la humanidad. En eso consiste,
precisamente, este dogma: Cristo muere para redimir a todos.
2) La Justificación que se refiere a quienes sí
aprovechan los frutos de la pasión de Cristo. Es decir aquellos que por la fe y
las buenas obras, reciben los frutos de la pasión de Cristo y se salvan. Son
MUCHOS, pues no todos se salvan ni aprovechan esos frutos. Decir que todos se
salvan es herético. Luego, cuando nos referimos a la JUSTIFICACION debemos
decir que la sangre de Cristo se derramó sólo POR MUCHOS, es decir por quienes
aprovechan los frutos de la Pasión de Cristo.
Por su parte, el Concilio dogmático de Trento es claro sobre el
dogma de la JUSTIFICACIÓN. En la Sesión VI (13 de enero de 1547), dice:
"Cap. 3 QUIÉNES SON JUSTIFICADOS POR CRISTO. Mas, aun
cuando Él murió por todos (2 Cor. 5,15) no todos, sin embargo, reciben el
beneficio de su muerte, SINO SÓLO AQUELLOS A QUIENES SE COMUNICA EL MÉRITO DE
SU PASIÓN". (Concilio de Trento. Denz 795).
De lo anterior resulta que:
a) En POTENCIA la Sangre de Cristo puede justificar (salvar) a todos, pues
por todos murió Cristo para redimirnos. "No todos, sin embargo, reciben el
beneficio de su muerte, sino sólo aquellos a quienes se comunica el mérito de
su pasión" (Concilio de Trento. Denz 795).
b) En EFICACIA justifica sólo a MUCHOS (a quienes la aprovechan y se salvan,
pues se requiere la participación de la voluntad de cada persona). A éstos se
refiere Cristo en la Última Cena, como señala el Catecismo Romano arriba citado
("Muy sabiamente, pues, obró no diciendo por todos..." etc.).
Recalcamos: Son muchos los que son justificados y se salvan, no
son todos.
c) Las palabras de Cristo (POR MUCHOS) en la consagración se
refieren al segundo dogma: LA JUSTIFICACIÓN (Catecismo Romano). No deben
cambiarse en la traducción.
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