Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
el tiempo de preparación para la purificación de la humanidad
22 de Febrero de 2012 – Miércoles de Ceniza
Queridos hijos, hoy en el día del Señor, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os da a conocer que vos estáis hoy dando inicio a la Santa Cuaresma, tiempo de cambios en vuestras vidas, es tiempo de penitencia, de sacrificios y de más oraciones.
Por lo tanto, Dios hoy, en este miércoles, os llama a recibir las cenizas que son bendecidas por el Sacerdote, vos las recibisteis para vuestra protección, durante este tiempo de Santa Cuaresma, cuando el enemigo está más furioso tratando de herir el alma y el cuerpo. Dios quiere vuestra protección por esto os da todo lo que vos necesitáis de ayuda como dio a Jesucristo en Su tiempo de Ayuno en el desierto, donde se quedó aislado orando.
Por esto hoy sois invitados a revivir aquellos días con El, meditando, preparando para la hora que se acercaba más de Su Muerte en la Cruz.
Mis hijos, meditad, Jesucristo asumió vuestros pecados para Salvar pero vos fuisteis los que pecaron, por esto debéis arrepentiros de vuestros pecados y enderezaros, debéis pedir a Dios el perdón, debéis estar listos porque tenéis que pasar por vuestra purificación.
En cualquier momento seréis sorprendidos, no penséis como los insensatos que incluso dicen: “!Ah! Jesucristo ya murió en la cruz para salvarnos, ahora no necesitamos más preocuparnos con lo que hacemos, El vino antes de nuestro nacimiento, nosotros ni sabíamos lo que era el pecado y ya estábamos salvos, ahora pecar no tiene más importancia.”
Mis hijos, si Dios no anticipase la Venida del Salvador del mundo, no se salvarían persona alguna, por esto Jesucristo vino mucho antes de la transformación de la humanidad, para que ella comprendiese que habría un tiempo de reparación de los pecados cometidos.
Antes del Juicio Final vino la Misericordia de Dios, Jesucristo nació y enseñó al hombre a valorizar la vida, luchar por ella y salir del fango del pecado, porque en el día del Juicio el hombre necesita rendir cuentas a Dios de su gratitud por existir.
Son dos Juicios, el primero ya está a las puertas, el segundo no demorará.
Dios quiere cambios en vuestros corazones, no en el suelo. Cuando vuestros corazones estuvieran conforme a la Voluntad de El, el suelo también se acomodara, no habrá más hambre, más enfermedades y tampoco las guerras, todo se silenciará para vivir la verdadera paz en la tierra entera.
Silenciaos, silenciaos para que podáis escuchar dentro de vuestros corazones la Voz de Dios guiándoos para siempre.
A través del Santo Evangelio habréis de comprender que es una Gracia muy grande la humildad, el hombre crece cada día mas amando a Dios por encima de todo, amando la vida que recibió, y amando a su semejante, sabiendo que sois hermanos porque todos son hijos de Dios. El Padre no quiere perder a Sus hijos.
Vengan Mis hijos, que durante muchos años He estado enseñando que es necesario enderezar vuestros pasos, no andar en los caminos del infierno, ellos son muchos, son las desobediencias a Dios.
Vos tenéis que prepararos para estar un día delante del Verdadero Juez, El conoce todo, no se equivoca, es justo y nadie sabe más que El, por esto es necesario prepararos para llegar al Tribunal del último día, tenéis que llevar en vuestras manos las obras que practicasteis durante vuestra vida. Ya no está siendo parte de vuestra vida la caridad.
Dios Me envió hasta vos porque una Madre tiene la misión de educar, de ensenar, hasta de asegurar con sus propias manos a los que no consiguen permanecer de pie, para que ellos se queden y sientan la alegría de lograrlo.
Hoy estoy con vosotros ayudando, vos necesitáis sentir la alegría de lograr pedir a Dios el perdón de vuestros pecados y sentirse ligeros, fuertes, valientes y dispuestos a caminar en rectitud.
¿Porqué se dice rectitud? Porque en verdad Yo os digo, el Camino para el Cielo es Jesucristo, El sólo tiene la Palabra, El no cambia, quien no se convierte no va al Cielo, va al infierno. Esto es una orden, no avanza el hombre pensar e ir dando vueltas, diciendo así: “¡Ah! Después yo pienso en la santidad, ahora quiero vivir la vida conforme a lo que ella es, aprovechar las fiestas, aprovechar las bebidas, aprovechar el placer de la carne, en fin aprovechar todo lo que es sabroso.”
Mis hijos, en verdad Yo os digo, quien valoriza la vida es aquel que no cae en estas trampas, es quien tiene las manos limpias, el corazón puro, quien ama la verdad y agradece a Dios por existir. Es cuando el hombre para y mira todo lo que Dios creó y piensa: “Dios me llamó a existir y soy parte de Su creación, quiero pasar mi vida agradeciendo.”
Cuando el hombre es grato, él está siempre atento para no pecar ni una vez más a propósito. Este hombre anda en rectitud y tendrá el premio por el buen comportamiento. Es claro que puede pecar, pero no lo hará a propósito. Pecar es una cosa, pero perseverar en el pecado es mucho peor.
Debéis arrepentiros de vuestros pecados y esforzaros más para no continuar pecando.
Vos sois caminantes en dirección al Cielo, este es el último tiempo, si caen no os levantareis más. Aceptad la ayuda del Cielo, enderezad, estáis para subir a vuestro calvario y Yo os estoy ayudando, escuchad los consejos que os traigo o no conseguiréis vencer, no resucitareis para la Felicidad Eterna, iréis al infierno. Viene ahí la gran tribulación para el mundo y el desespero es el peligro mas grave en esta hora.
Silenciaos, escuchad solamente la Voz de Dios y la descendencia de los Angeles y Santos que están llegando para ayudaros.
Vos estáis queriendo hacer muchas cosas al mismo tiempo, es la hora difícil, permaneceréis confundidos, haced por lo menos una cosa a la vez, pensad en vuestros pecados, arrepentiros, pedid a Dios el perdón de ellos y no pequéis más, reparad antes que sea tarde. Silenciaos, silenciaos.
Es esto lo que vengo a revelaros para vuestra entrada en el tiempo de penitencia, arrepentimiento y reparación antes de las pruebas terribles que tendréis que vencer sin desesperaros. Enfermedades, hambre, sed, guerra y tantos sufrimientos. Dios os ama y no os abandona.
Rezad, rezad, rezad por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, ayudadlos a despertar y regresar a Dios con vuestras oraciones.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, seáis fieles a Dios, obedeced los Mandamientos, valorizad los Sacramentos, no piséis en la Gracia de la Salvación.
Ayudad al Santo Padre el Papa en este tiempo de mucho peligro.
El enemigo os atacará y os herirá en la carne.
Permaneced en Dios hasta el último momento de vuestras vidas en la tierra.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Confiad en la protección de Dios. Brasil, prepárate para vencer.
Todas las naciones, estéis listas para Dios.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis meditar el Santo Evangelio de hoy: Mt. 6:1-6, 16-18.
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