Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
el tiempo de preparación para la purificación de la humanidad
27 de mayo de
2012 - Domingo de Pentecostés
Queridos hijos, hoy, el día del Señor, con mucho amor y cariño Vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, vamos a buscar juntos la verdadera Paz al mundo.
Mis hijos, Mi alegría es grande en encontraros aquí reunidos para darme la bienvenida y juntos oramos a Dios para pedir Luz y Paz para toda la humanidad.
Mis hijos gracias por prestar vuestra casa a vuestra Madre, para reunirnos aquí todos los meses en busca de más almas para el Cielo. Nunca estamos solos, porque donde nos reunimos para servir a Dios, Él nos dice lo que debemos hacer para que todos tengáis la Vida Eterna junto a El.
Mis hijos, por esto es que pido hoy a Mi Divino Hijo que es el Intercesor ante el Padre, que os conduce a El nuestras oraciones y que pueda traer al mundo la Gracia de la conversión. Es necesario para todo el mundo convertirse para recibir la gracia de la salvación, sin conversión, no hay Salvación.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os revela hoy acerca de cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Jesucristo y les dio el conocimiento de la Verdad.
Estaban llenos de Sabiduría y realizaron grandes cosas en el Nombre de Jesucristo.
Jesucristo prometió que iría al Cielo y les enviaría al Espíritu Santo para que les diera más conocimiento, para instruirlos acerca de sus misiones, al cual ellos eran fieles e hicieran todo conforme recibían las instrucciones para hacerlo. La Santa Iglesia fue creciendo poco a poco, los que amaban a Jesucristo, iban aprendiendo a seguir los pasos de El, construyendo una iglesia como Él quería que cada uno construyese, arrepintiéndose de los pecados, pidiendo perdón y reparando todo lo que era posible.
Hijos Míos, vosotros sois la Iglesia de Jesucristo, debéis seguir los pasos de Él por el amor a Dios sobre todas las cosas y a vuestro prójimo como a vosotros mismos.
El mundo de hoy tiene que estar preparado para recibir también la visita del Espíritu Santo, que va a purificar la humanidad, bautizándolos en el Espíritu con el Fuego Sagrado.
Seréis purificados para ser santificados por Dios el Padre.
Ninguna persona en el mundo puede hacer un hombre santo. Sólo Dios puede hacer un hombre santo.
Vosotros estáis viviendo una época de muchas dificultades, la guerra, la hambruna y las enfermedades, la sed de amor de Dios, porque no os detuvisteis para pensar dónde está Dios en vuestras vidas. Dios es el Creador y vos le debéis respeto, el amor, la obediencia y la confianza en Su Palabra.
El Divino Espíritu Santo, el Paráclito, el Consolador, vendrá al mundo para transformarlo, convertirlo en un mundo más unido, más humilde, más sencillo.
El Divino Espíritu Santo vendrá muy pronto, prepárense, porque no sabéis la hora, por lo que debéis prepararse, porque vuestros corazones necesitan dejar de odiar, de despreciar, de vengarse, de engañar, y de todos los pecados.
Es necesario estar preparados para recibir esta visita muy pronto.
Debéis luchar contra lo que desagrada a Dios y tratar de aprender como un niño aprende a agradarle a El, porque cuanto más le Agrades, más felices seréis.
La preparación es necesaria que sea con obediencia a Él y a los Sacramentos. Vosotros necesitáis permanecer siempre en un estado de Gracia, confesar, prepárense, será de repente la venida del Espíritu Santo y será cuando acontezca el Juicio Particular. Meditéis y reparéis, llevéis vuestros corazones limpios para el Nuevo Bautismo.
Con el Bautismo en el Espíritu, entenderéis el porqué de tantas advertencias del Cielo para vosotros, especialmente después de Mi descendencia en Fátima a Lucía, Francisco y Jacinta.
Es ahora Mis hijos que todo se dará a conocer, aunque hay todavía muchos obstáculos, pero Dios es más fuerte y el mundo lo sabrá.
Esto es lo Vengo a revelaros hoy en este mensaje de conversión.
Rezad, rezad, rezad por el Santo Padre Benedicto XVI, por todo el Clero, por los religiosos y religiosas.
Rezad por los ateos y paganos, ayúdenlos a regresar a Dios.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, unidos en la oración, ayudéis al Santo Padre con vuestras oraciones.
Rezad por los cristianos que están de brazos cruzados, una gran persecución viene en vuestra dirección, vosotros tendréis que ganar y dar más pasos en vuestra conversión.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasil, Brasil, creced espiritualmente porque así sabréis soportar todo lo que está llegando para ti.
Todas las naciones haced lo mismo, oración, más oración.
Gracias por vuestra presencia y pido al Divino Espíritu Santo que derrame sobre vosotros la bendición que necesitáis más en este momento.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis meditar el Santo Evangelio de hoy: Juan 15,26-27. 16,12 -15.
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