Mensaje de
Nuestra Señora – María Llena de Gracia
El Advenimiento
del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
El Ultimo Tiempo
de Preparación para la Purificación de la Humanidad
18 de enero de 2014
Queridos hijos,
con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Divino Espíritu Santo.
Unidos a la
Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, Mi
alegría es grande en poder encontraros aquí reunidos aun después de tanta
lluvia, responsables en vuestra misión, porque sabes que el tiempo ahora está
más corto.
No es bueno
dejar de comparecer, puesto que el mundo necesita ahora más oración para
convertirse, como de comida para dar salud al cuerpo. Felices sois porque
comparecéis aquí hoy, cada día que rezáis juntos, más beneficios vendrá para el
mundo.
Por esto vamos
a agradecer juntos la presencia de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
El mundo está
cada día más cerca de pasar por un trecho de gran sufrimiento. Pero, las
oraciones sumadas en el mundo entero, hasta las oraciones de los niñitos, os
dará fuerza para soportar grandes dificultades del mundo entero.
Unidos vos venceréis todas las batallas, todo Mi ejército, manteniéndose firmes
los vínculos que une un soldado al otro, que es el Santo Rosario, siendo
rezado todos los días, no será derrotado.
Mis hijos, os
he acompañado en vuestros esfuerzos y veo que vos estáis muy preocupados con lo
que el mundo tendrá que pasar para ser purificado. Soy vuestra Comandante y os
digo, no estéis preocupados, confiad en el Poder de Dios.
Vos
conseguiréis vencer si permanecéis de manos dadas, la división puede causar sufrimientos mayores, pero si vos sois los
que están aproximándose a Mi para saber lo que Dios quiere de vos, si guardáis
dentro de vuestros corazones los Consejos de Dios y os lleváis a los que están
distantes, divulgando cada día más, vos venceréis todas las dificultades.
Mis hijos, la
Santa Palabra de Dios os lleva hoy a meditar sobre el mal que una persona hace
a sí misma, cuando ella se haya mejor que los otros comienza a juzgar a los
hermanos como siendo peores.
Vos sabéis que
Dios quiere que os améis unos a otros y nadie está amando cuando se hace el
juez, se llena de orgullo pensando que no peca, no erra, no ofende, no irrita,
no desprecia a los hermanos, todos cometen errores y muchos ya se creen puros,
exentos de culpas.
Todos tienen
culpas, por eso los soldados de Cristo necesitan mucho parar y pensar que
necesitan dar ejemplos de buen comportamiento.
No acuséis a
nadie de nada, rezad pidiendo ayuda para vos y para todos.
Es esto lo que
vengo a revelaros hoy para vuestra conversión.
Rezad, rezad,
rezad por los dos Santos Padres los Papas, Benedicto XVI y Francisco, por todo
el Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los
ateos y paganos, la hora está venciendo.
Siento mucho
recordaros que quien no se convierta no irá al Cielo, sino que sí irá al
Infierno.
Rezad por ellos
Mis hijos, y Dios os recompensará.
Rezad por la
Santa Iglesia fundada por Jesucristo, la
persecución a los cristianos aumentará ahora, preparaos hijos.
Este año será
muy difícil, es necesario que todos recéis más,
Ayudéis a los
Santos Padres los Papas en esta hora de muchos comentarios desagradables en el
mundo. Ayudéis a los Santos Padres los Papas en esta hora difícil para el
mundo, la economía mundial causará mucha confusión porque los hombres se juzgan
expertos y van a hacer muchos actos vergonzosos y no querrán ser descubiertos.
Ayudéis a los Santos Padres los Papas con oraciones, para atraer más hijos para
la Santa Iglesia.
Yo os amo mucho
y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasil,
tempestades y más tempestades causaran sufrimientos muy fuertes. Ayudéis los
unos a otros.
Velas
encendidas y más oraciones en la hora de las lluvias.
Todas las
naciones, preparaos, serán muchos los accidentes en el mundo entero. Confiad en Dios.
Ahora os
bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre
de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada
Concepción.
Agradezco
vuestra presencia y os espero en el próximo encuentro.
Debéis meditar
sobre el Santo Evangelio de hoy: Mt. 2: 13 – 17.
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