Nota Importante

Este es un blog estrictamente Católico. La información que aquí se publica es con fines de propagar el mensaje de Dios a través de sus siervos. Hay alguna información que no tiene que ver con los mensajes y aquí se publica para el conocimiento de todo el que visite esta fuente de información.

Amamos a Nuestro Dios Padre Todopoderoso y Eterno, a Jesucristo su Único Hijo Nacido del Padre, al Espíritu Santo dador de Todos los Dones, a la Santísima Virgen Maria, Madre de Dios y Madre Nuestra y a todos los Ángeles y Santos que habitan en el Cielo.

Es por ellos que este blog fue creado con la ayuda del Señor Jesús, Nuestra Bendita Madre Maria y la autoría del Espíritu Santo.

¡Bendecidos sean todos los habitantes en el Cielo y la Tierra!

Adoremos el Sagrado Corazón de Dios el Padre

Adoremos el Sagrado Corazón de Dios el Padre
Consagración a Nuestro Padre Celestial

Hermanos Lectores

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sábado, 15 de junio de 2013

Mensaje a Darly Chagas



(Primer Juicio = El Aviso)
Mensaje de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
EL TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
30 de Marzo de 2013 – Sábado Santo
El Lamento de Nuestra Madre Santísima

Queridos hijos, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo.

Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.

Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a reflexionar sobre la gran tristeza que la Muerte de Jesucristo causó en todos los que Lo amaban. Aun sabiendo lo mucho que iba a sufrir, Él aceptó todo con humildad y obediencia al Padre, para Salvaros.

Espero que todos comprendan lo que Él hizo para libraros de la muerte eterna. Estad atentos ahora para no cometer ingratitud, valorad la Salvación. La crueldad que Le hicieron fue la más terrible.

Mis hijos, hoy vosotros estáis reviviendo lo que pasó en el segundo día después de la muerte y la sepultura de Mi Divino Hijo Jesucristo. Él fue, después de muerto, llevado al sepulcro, todo fue triste para Mí, Mi Corazón estaba traspasado por la espada, Yo estaba en la mayor soledad sintiendo profundamente aquella separación tan dolorosa.

Ved, Mis hijos, cuánto sufrí al ver a Mi Hijo separado de Mí. Sólo el Amor de Dios Padre Me consolaba y así Yo iba soportando la nostalgia que sentía, Me dolía el Corazón. Él Me preparó para comprender, pero Me dolía mucho esta aflicción, esta nostalgia de no tenerlo cerca de Mí.

Los verdugos Lo arrancaron de Mí, Yo estaba allí derramando Mis Lágrimas, porque en todo instante sentía Su falta.

Aun sabiendo, teniendo la certeza de Su Promesa de que Él Resucitaría al tercer día después de Su Muerte, Yo no conseguía contener Mis Lágrimas, porque pensaba en Él dentro de aquel sepulcro.

Ahora Él estaba lejos, muy lejos, así era como Yo lo sentía, lejos de Mí, de Mi Amor, de Mi calor de Madre que siempre estuve cerca de Él para servirlo, pues Él es Mi Dios y Yo soy la Madre Sierva de Mi Señor. Yo esperaba el amanecer del tercer día para verlo nuevamente después de Su Resurrección. Juntos conmemoraríamos Su Pascua, que sería también la Pascua de todos los pecadores que murieron con Él, en aquella Cruz. Vuestra Pascua, pues Él os libró de la muerte eterna.

Con Su Muerte, vosotros moristeis con Él, y con Su Resurrección vosotros resucitasteis con Él. ÉL VENCIÓ LA MUERTE PARA TODOS LOS QUE PERMANECIEREN UNIDOS A ÉL.

Mas, Mi Corazón enlutado se mantenía lleno de esperanza, sabía que Él ya os había Salvado en aquella Cruz. En aquel día sentí mucho frío, mucha tristeza, porque estaba lejos de Él y comencé a pensar en Él, vivo, pequeñito, cuando el Padre Me escogió para ser la Madre de Su Divino Hijo, Él Lo colocó en Mí y en Mis Brazos después de Su Nacimiento, Yo comencé a cuidar de Él, amamantándolo, sosteniéndolo en Mis Brazos, haciéndolo dormir bien cerca de Mi Corazón. Pero Él creció y murió en la Cruz.

Los verdugos Lo coronaron con una corona de espinas, Le escupían en Su Rostro, Lo abofetearon y Lo arrastraron y, maltratándolo, hicieron todas las maldades con Él insultándolo, porque dudaban de que Él era el Mesías Prometido por Dios Padre.
Pero Él venció a todo el imperio satánico, Él Salvó al mundo.

Fue así que pasé aquel día tan triste, tan doloroso, mas tenía fe en Mi Corazón, fe en el Amor de Mi Padre, Él estaba Conmigo mientras Mi Hijo estaba en aquel sepulcro.

Después comencé a pensar: Yo Lo enseñé a estar de pie y Él se convirtió en un Hombre hecho, había llegado la hora de cumplir la parte final de Su Misión. Esto Me consolaba.
Ved, Mis hijos, cómo fue dolorosa la espera de la Resurrección de Él.

El dolor pasó, sin poderlo Yo impedir, porque ésta era la Voluntad del Padre, que Yo participase de aquel Sufrimiento para ayudar en vuestra Salvación. Ved cómo sufrí Yo por vosotros. Aunque va a llegar el día en que vosotros comprenderéis todas estas cosas, como llegaron ellas para vuestra permanencia en Dios.

Por lo tanto, debéis valorar la Salvación escuchando los Consejos del Cielo. Así cuando Jesucristo vuelva al mundo vosotros podréis recibirlo con amor y alegría, y juntos conmemorar vuestra Pascua definitiva. No permanezcáis indiferentes, para no perder esta Gracia que  podréis recibir si no despreciáis la Salvación.

Los que despreciaren el Amor de Dios, estarán lejos de la Gracia de Él, y ellos habrán de querer que el tiempo vuelva, mas será tarde, el tiempo no volverá más.

Todos los días vosotros tenéis un tiempo nuevo y ahora se necesita mucha atención, porque algo terrible está llegando al mundo. No es sólo la pérdida de lo material, sino el sufrimiento de la conciencia y el sufrimiento provocado por la reacción de la naturaleza, vosotros no sabéis soportar.

Quien se arrepiente de los pecados cometidos, tendrá fuerzas para vencer lo que viene al mundo muy pronto, procurad hacerlo antes de que se cierre completamente este tiempo final de la conversión.

Será un tiempo que vendrá mostrando la consecuencia de vuestros pecados, vosotros tendréis que aceptar el paso de este tiempo, porque fuisteis insensatos, ofendisteis mucho al Creador, ahora necesitáis pasar vuestra purificación, para merecer la Salvación.

Jesucristo derramó Su Sangre para Salvaros, mas vosotros no valorasteis lo que Él hizo por vosotros. Estáis indiferentes, sin agradecimiento.

Estos Mensajes que están en el mundo entero son gotas de rocío que caen del Cielo sobre vosotros, mas vosotros en vez de alegraros, habéis tenido el mayor desprecio por ellos, mas peor todavía que el desprecio por los Mensajes, es el desprecio por Santa Eucaristía, la Santa Misa, así estáis despreciando la Resurrección de Jesucristo, algunos incluso critican. Y ahora sólo os resta pedir perdón.

Pasaréis la purificación muy pronto y entonces veréis todo lo que os hicisteis a vosotros mismos, veréis cómo estuvisteis lejos del verdadero amor por la vida.

¡Ay, de aquellos que perdieren esta última oferta que Dios dará al mundo!

Quien se arrepiente de lo que hizo mal, se humilla, reconoce que erró, y si lo hiciere todo correcto, con fidelidad a Dios, soportará lo que viene para el mundo, si se enmienda de una vez por todas.

Están llegando a vosotros acontecimientos terribles y dolorosos.

Vosotros tendréis las pruebas del Cielo, apretad vuestros cinturones de seguridad todos los días al acostaros y al levantaros, tendréis muchos sustos y para quien no se prepara, despertará en medio de tragedias terribles, sin la condición de poder hacer cosa alguna, puede caerse y no levantarse más.
La naturaleza está agitada, sea de día, sea de noche, el mundo está en peligro de desmoronarse una parte en cualquier momento. La Tierra está parpadeando: ¡Vida! ¡Muerte! ¡Vida! ¡Muerte! Una parte vida, otra parte muerte.
El mundo provocó la Ira de Dios, está perdiendo la unión con Él, y ahora quedará en la soledad, como quedó en aquel día en que Jesucristo fue entregado a la muerte por aquel hombre traidor que Lo traicionó y Lo entregó a los crueles que Lo mataron porque tuvieron miedo de la Verdad.
Ellos eran infieles, tenía la mente en tinieblas, sin ninguna luz porque no quisieron aprender a amar y esto produce tinieblas. La ingratitud produce días así, sin Luz.
Jesucristo fue entregado a la muerte, los que Lo aman también lo serán, mas se levantarán por el Poder de Él y serán felices para siempre.
Preparaos, porque de aquí en adelante en la Tierra habrá gritos y crujir de dientes por todas partes.
El mundo perdió el respeto, el equilibrio, se involucró con el poder satánico y ahora caerá en la soledad de la Tierra sin la Presencia de todos los pueblos sobre ella. Gran parte se consumirá en pocos instantes, cuando los que sirven a satanás provoquen la destrucción total de una parte de la Tierra.
Entonces, los Avisos del Cielo en la Tierra para recordar a la humanidad que es necesario convertirse, porque no es la guerra la que destruye la vida junto con Dios, sino es el pecado el que causa la muerte peor que la pérdida de la unión con Él, con Dios, la guerra no mata al alma, sino el pecado es el que la mata porque por causa del pecado existe el Infierno, lugar donde permanecen aquellos que no aman a Dios.
Vosotros, que Me estáis acogiendo, permaneced junto a Mí escuchando los Avisos del Cielo y enderezando vuestros corazones, convirtiéndoos cada día más, con vuestra obediencia, vuestra atención, podéis buscar ayuda para muchos de vuestros familiares y para otros, porque en consideración a vuestros esfuerzos Dios os acogerá.

Soy vuestro Refugio, para pasar este tiempo. Si tuvierais fe, atentos, escuchándome y transmitiendo lo que os hablo, no caeréis. Yo soy vuestra Madre Celestial, la Mujer vestida de Sol, el Arca de la Tercera Alianza de Dios con vosotros que os prometió el Espíritu Santo.

Soy el Refugio para vuestras almas, para los que se convirtieren hasta el último momento que Dios os permita, vuestro arrepentimiento antes de la muerte.

En el último día Jesucristo volverá al mundo y vuestras almas estarán guardadas a la espera de Él dentro de Mi Inmaculado Corazón, que es vuestro Refugio. Los que estuvieren en este Refugio irán al Paraíso.

Ahora antes soy vuestra Medianera, vuestra Madre Auxiliadora, la Madre que permaneció con los hijos, mientras Jesucristo estaba en la tumba, Él no os dejó solos. Vosotros no podéis comprender todavía lo que Yo soy para vosotros, sólo Dios lo sabe. Él Me hizo vuestra Madre antes de morir y Me dio poderes para protegeros mientras estaba muerto, y hoy vosotros estáis reviviendo aquel día, el Sábado Santo, este poder se extiende hasta el último día de vida de cada hombre que se convierte. Vosotros nunca estaréis sin La oración del Cielo.

Yo soy vuestro Refugio, Refugio de las almas que sufren y tienen la esperanza en la Salvación. Si podéis guardar vuestras almas para no perderlas es porque Jesucristo os dio a Su propia Madre para vuestra protección. Somos la familia de Dios y esta familia no seguirá dividida, como todavía está, porque la mayor parte de la humanidad todavía está despreciando la Gracia del Cielo, despreciando el Amor de Dios, pero pronto todo va a cambiar. Los Misterios de Dios son el Secreto de Él y un día Él va a transformar al mundo, habrá una Nueva Tierra y un Nuevo Cielo.

En la Tierra no habrá más pecado, y en el Cielo todos tendrán la Paz Eterna.

Por eso estáis siendo orientados con los Avisos que vienen del Cielo.

En esta hora en que los sufrimientos están ya comenzando en el mundo, debéis cultivar más la fe, la esperanza y la caridad para permanecer en Dios. Aquí estoy con vosotros para ayudaros. Traigo los Mensajes de Dios para vosotros, apareciendo a muchos hijos en todos los países que Me acogen, estoy hablando para muchos hijos, mostrando claramente al mundo que en la hora de vuestra partida a la eternidad, vuestros cuerpos irán a las tumbas y vuestras almas permanecerán dentro de Mi Inmaculado Corazón hasta que Jesucristo venga a daros la Resurrección.

Es con la Consagración que estáis entrando en el Refugio, este Lugar Santo, donde esperaréis el día del Juicio Final.

Pero antes pasaréis el primer Juicio, el Particular, para quedar listos a la espera del segundo Juicio, que es el último.

La Madre Celestial permanece con los hijos hasta en la hora de la muerte de ellos, muchos morirán. Dios Padre Me envió cerca de vosotros, de todos los pecadores, sea el menor o el mayor, para daros asistencia, Él Me hizo vuestra Madre, y nadie tiene el poder para alejarme de vosotros. Dios es Todopoderoso, sea cual fuere vuestra decisión, Yo estoy cuidando de todos vosotros hasta la hora que Él determinó.

Así lo haré hasta el final. Incluso con el cierre de los Mensajes, después continuaré cuidando de todos hasta la hora de la muerte.             

No os abandono a ninguna hora, cuido de todos.

Yo no soy vuestro juez, no juzgo, no condeno, no humillo a nadie, solamente os ofrezco un Refugio seguro para vuestras almas. Ellas entran en este Refugio a través de la Consagración a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, Él derrama sobre vosotros la Luz para que percibáis toda la suciedad que está dentro de vuestros corazones, la suciedad olvidada y las nuevas que pusisteis con el desprecio por los Mandamientos que Él os dio. Ésta es vuestra ruina. La desobediencia a Dios, causa todo el mal que llega al mundo. Vosotros tendréis que arrepentiros de vuestros pecados y repararlos para vencer, para vencer los sufrimientos que están a tilde, llegando a partir del primer día después de la Santa Pascua del Señor Jesucristo Nuestro Dios.

De aquí en adelante debéis preocuparos apenas con vuestra situación delante de Dios. Preparaos, Mis hijos, éste es el tiempo final de preparación para entrar en la eternidad.

Deseo que vuestra entrada sea la Puerta del Cielo y no del Infierno.

Esforzaos para merecer la Felicidad Eterna.

Es esto lo que vengo revelaros hoy para vuestra conversión.

Rezad, rezad, rezad por los dos Santos Padres, los Papas Benedicto XVI y Francisco, por todo el Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.

Rezad por los ateos y paganos, no os olvidéis que podéis ayudarlos con vuestras oraciones y si no lo hiciereis sufriréis el peso de la conciencia causándoos mucho arrepentimiento, mas será tarde.

Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, es la hora de una gran batalla contra el mal. Soy la Madre de la Iglesia, soy la Mujer vestida de Sol, este Sol que es Dios, que Me ilumina e ilumina vuestras vidas dándoos Sabiduría para tomar la decisión correcta. El Divino Espíritu Santo vendrá muy pronto para daros el Bautismo en el Espíritu y con el Fuego os marcará a todos los convertidos. Quiero recordar a todos vosotros a ayudar hasta los encarcelados, para que los culpados se arrepientan de sus pecados y pidan perdón a Dios y repararen sus errores. Éste es también para ellos un momento de mucha reflexión sobre la vida espiritual.

Viene ahí el primer Juicio.

Es hora de que todos recuerden que delante de Dios nada queda oculto, todo saldrá a la luz dentro de poco tiempo.

El Juez es Dios, nadie consigue mentirle a Dios. Él conoce a Su creación por dentro y por fuera, sabe todo lo que cada hombre piensa y hace. No hay cómo esconder nada.

Él es el Juez Supremo, nadie sabe más que Él. Delante de Dios todos son iguales, quien se equivoca, tiene derecho de pedir perdón y reparar lo que hizo. Quien se humilla pide perdón y repara lo que hizo, acepta la Voluntad de Dios. Pocos están preparados, todavía es necesario rezar mucho por quienes están lejos para que vuelvan pronto. Ayudad a los Santos Padres los Papas a buscar a los que están alejados de la Iglesia. Ellos necesitan regresar antes de que sea tarde.

Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.

Brasileros, brasileros, recordad, Soy la Señora Aparecida, a todos los que invocaren Mi Nombre en este tiempo de peligro, tendrán Mi Protección, no os dejo solos, el peligro es muy grande. Viene ahí lo que el mundo nunca esperó que llegase un día. Es muy grave, rezad con más fe y esperanza, practicad la caridad, especialmente con vuestras almas.
Todas las naciones deben estar preparadas, viene mucho sufrimiento para todos vosotros en el mundo. Aseguraos firmes en las Manos de Dios. Él os ama y os quiere dar la Paz.

Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,

María, la Inmaculada Concepción.     

Sábado dedicado al sufrimiento de la Madre Santísima que llora hoy por los incrédulos del mundo entero y por muchos que morirán sin amar a Dios.

Debéis reflexionar sobre: “El mundo está lejos de Dios. Acercaos, la Tierra va a temblar.”

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