Mensaje de Nuestra Señora, María Llena de
Gracia
El Advenimiento del Nuevo Mundo, Palabras
de Nuestra Señora
El ÚLTIMO TIEMPO
DE MENSAJES PARA LA HUMANIDAD
6 de
febrero de 2016 - 1º Sábado
Queridos hijos, hoy en el día del Señor, con mucho amor y
cariño, vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino
Espíritu Santo.
Unidos a la Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la
verdadera Paz para el mundo.
Mis hijitos, siento gran alegría en encontraros aquí hoy
reunidos para rezar juntos delante de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo. Están aquí también los Angeles y
los Santos para que nuestras oraciones sean más fuertes.
Vos estáis hoy en este día tan peligroso, porque existe
en vuestro país una fiesta peligrosa pues infelizmente las personas gustan de
causar la muerte aprovecha de estos tres días para realizar sus planes. Son
cuatro días, no tres, pero en domingo las iglesias están más tiempo abiertas y
las oraciones son más. Por esto, suaviza más.
Vos estáis aquí cumpliendo vuestra promesa de comparecer,
vos sabéis que esto alegra el Corazón de idos y el Mío también, muchos no
pudieron comparecer porque están en viaje o en otros compromisos pero lo poco
con Dios es mucho.
Sois felices porque estáis recibiendo hoy la Bendición
especial de protección.
Yo agradezco este vuestro amor por Dios y por Mí, el
esfuerzo que hicisteis, pero estéis felices porque recibisteis en este momento
dones especiales para llevar el Santo Evangelio a los lugares que estuvierais.
Hoy Mis hijos, es un día lindo, día de llevar más almas
para el Cielo. El está en fiesta para el mayor número de almas que hoy entraran
en el Cielo fue más difícil. Ellas estaban ansiosas para conocer frente a
frente el Rostro de Dios y hoy ellas iluminadas por El pudieron contemplar la
mayor maravillas, el Rostro resplandeciente del Señor y Agradecerle por
haberlas Salvado.
Veáis hijos, estos hijos no valoraron el tiempo en la
tierra, murieron con deudas con Dios y demoraron muchos años para merecer el
Premio de hoy.
Vos hijos, estáis en tiempo de reparar, cultivar las
Enseñanzas del Señor y comenzar nuevamente a cuidar de vuestras almas.
Seáis fieles, seáis puros de corazón, cesáis obedientes a
Dios. Cultivéis la fe, la esperanza y la caridad. Vos ya jugasteis mucho tiempo
fuera con la práctica de las cosas que no agradan a Dios.
Es tiempo de recomenzar, es tiempo de valorar el resto de
tiempo que vos tenéis todavía, porque si vos no estuvieseis haciendo este
esfuerzo para rezar por las almas del Purgatorio estaréis en la más completa
oscuridad. Aquí aprendisteis a ayudar a vuestros hermanos, tanto a las almas
del Purgatorio, pero también a los enfermos, sea del cuerpo o del alma, siendo
que el alma corre más peligro. Vos aprendisteis que es necesario amar, a
perdonar, a ser aquella persona que piensa en el sufrimiento de vuestros hermanos.
Estoy feliz con vosotros que respondisteis vuestro ‘sí’ a
Mí cuando os llama a hacer parte de Mi ejército. Sois soldados de Jesucristo,
el Hijo Unigénito de Dios, Verdadero Dios, Verdadero Hombre, el Salvador del
mundo. Sois portadores del Sello de la Divina Misericordia, fuisteis marcados
para servir, fuisteis llamados para recuperar vuestras almas y ser ejemplo para
el mundo.
Vos tenéis una protección especial, no es una protección
que vos podéis ver, pero es una protección para cumplir la Voluntad de Dios
ayudando a derrumbar las fuerzas del Infierno.
Nadie puede contra los hijos que pertenecen a Mi
ejército.
Vos tenéis una obligación de cuidar más, no solo de
vuestras almas para estar atentos al Llamado de Dios, más la obligación de
aprender a amar a aquellos que no os aman. Sabéis querido hijos, aquellos
hermanos que más os odian son vuestra Salvación, porque vos estáis aprendiendo
a perdonar y ellos necesitan de vuestro perdón, para ser Salvos. Vos también
necesitáis de perdón de aquellos que vos ya ofendisteis un día, pero vos estáis
aprendiendo a pedir perdón. Peor es para el que queda lleno de orgullo y
prefiere perder el Cielo a pedir perdón.
Mis hijos, la Santa Palabra de Dios os lleva hoy a
reflexionar sobre os beneficios que reciben los que escuchan las Enseñanzas de
Dios, debéis reflexionar también sobre el tiempo que resta para la humanidad
decidir si regresa para Dios o si prefiere conocer los sufrimientos mayores,
los que le mundo todavía no paso por ellos.
Meditéis Mis hijos, si hoy el mudo está comenzando a
conocer los peligros anunciados antes, es porque lo prefirió que de rezar, de
que se preparara y especialmente evitar.
Yo os hable de las tempestades, os hable de la epidemia
mundial, os hable de los grandes terremotos, los maremotos y la lluvia de
meteoritos que acontecieron como está escrito en la Sagrada Escritura, hambre,
sed, enfermedades, guerras, están a las puertas, preparaos.
Rezad cada día, esforzaos porque ahora será un
acontecimiento después de otro.
Debéis meditar día a día, para vencer todo en Nombre de
Jesucristo, El vendrá a Salvaros.
Es esto lo que vengo a revelaros hoy para vuestra
conversión.
Rezad, rezad, rezad, por los dos Santos Padres, los
Papas, Benedicto XVI y Francisco, por todo el Clero, por los religiosos y
religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, ellos necesitan
apresurarse o no conseguirán más. Ayúdenlos, Dios os recompensara.
Rezad por la
Santa Iglesia fundada por Jesucristo. Unión y
oración, vos pasareis muchas dificultades, es necesario uniros en esta hora
para soportar sin desesperar.
Ayudéis a los Santos Padres los Papas a recuperar a los
cristianos indecisos y a buscar a las ovejas que están lejos de la Santa
Iglesia.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi manto de Amor.
Brasil, peligro de revolución,
aumentéis vuestras oraciones el país está como un enfermo, que no tiene fuerza
para levantarse.
Es necesaria mucha oración y compromiso de obediencia a
las Leyes de Dios. Cuidado con la epidemia, cuanto más hiciereis aborta más
sufrimiento vendrá sobre los países.
Brasil está ofendiendo mucho a Dios.
Todas las naciones, renunciéis al aborto, Dios os llama a
la realidad. La Puerta del Cielo está abierta a los obedientes a los
Mandamientos. La del Infierno está abierta a los que insisten en o creer en
Dios, pero todavía es tiempo de luchar para no ser lanzado en el Infierno.
Agradezco la presencia de todos y os espero en el próximo
encuentro.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la Inmaculada Concepción.
Debéis reflexionar sobre el Santo Evangelio de hoy: Mc.6, 30-34 -
Lectura: 1Rs.3, 4-13.
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